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La hora de María Corina Machado

Tomada de France 24

Alonso Moleiro

El triunfo de María Corina Machado en la elección Primaria –y el astronómico porcentaje de votos obtenidos, acaso un récord en el historial de eventos consultivos en el país-  expresa el endurecimiento en la postura de buena parte de la población respecto a la crisis, y termina convirtiéndose en una sanción, una especie de castigo en torno al desempeño del liderazgo opositor venezolano, muy especialmente el que está estructurado en torno al denominado G-4 .

Machado recibe un mandato que ha superado las expectativas generales, y, con el éxito político de la elección primaria, obtiene una plataforma indiscutible para asumir con legitimidad la conducción de la oposición. Los números de las encuestas le sonríen con una asombrosa nitidez: a nivel nacional, sus niveles de intención de voto sobrepasan el 50 por ciento, triplicando con holgura a su rival más cercano, en este caso Nicolás Maduro. Es muy probable que el efecto político de la consulta dispare aún más su popularidad.

La candidata electa ha concretado este inusual clima de opinión sin tener acceso a los medios masivos, censurada y convertida en un tabú por el Estado revolucionario, sin gozar de la particular simpatía de muchos formadores de opinión, sin poder desplegar una auténtica campaña proselitista y sin organizar actos urbanos de mediano o gran calado.

Con una narrativa y un diagnóstico en torno a la crisis nacional y sus responsables que no ha variado sustancialmente estos años. Aquí no parece haber marketing electoral.  La desesperación popular y la frustración colectiva han disuelto los mitos en torno a su figura, particularmente este según el cual ninguna persona de su procedencia social y posición económica podría aspirar a desafiar y trascender el chantaje emocional del chavismo.

Hereda Machado la mutación del descontento popular que expresa políticamente la oposición en términos históricos, cuyo capital, que ha ido de menos a más, ha sido administrado antes, sucesivamente, por Henrique Capriles, en 2010-2013; Leopoldo López, en 2014-2017; y Juan Guaidó, en 2019-2020.

Han sido duramente castigados en esta consulta, decíamos, los partidos hegemónicos de la oposición, los integrantes del G-4, que alguna vez dominaron a placer las estructuras y decisiones del epicentro del campo democrático.

 De manera muy específica, cierta manera de proceder, ciertos melindres, cierto espíritu de sobrevivencia, ciertas deficiencias culturales incorregibles en el manejo de los recursos públicos que han evidenciado varios cuadros políticos y técnicos de la oposición, heredando una conducta que fue la causante final del derrumbe de nuestra democracia. Partidos políticos históricos que no han querido aprender nada. No son todos, pero sí son varios.

El efecto terminante de estos resultados, que sin dudas tendrá un impacto en la psique social del país, es temido por la clase política chavista, consciente de su enorme descrédito, y por algunos actores sociales pertenecientes a la sociedad democrática, en el extrarradio la Unidad, corrompidos y bastardeados moralmente bajo el efecto de 20 años de autoritarismo. Políticos, periodistas, sociólogos, canales de televisión, influencers, presentadores y firmas encuestadoras de dudoso pelaje.

Bajo este parámetro es que descalifican y minimizan el impacto de una consulta que antes, según habían pronosticado, no se llevaría a efecto. Ahora acompañan silentes y encogidos de hombros la furiosa arremetida que un oficialismo sin argumentos y sin votos adelanta contra algunos de los organizadores de la Primaria, como es bien sabido personas honorables y de intachable conducta social.

La población se ha pronunciado; los resultados de la Primaria no son sino una pequeña muestra de un malestar social mucho más profundo, un deseo de cambio mucho más arraigado, un malestar y una decepción muy espesa. Comienza a dar la impresión de que acaso entraremos en un nuevo ciclo de la política nacional.

La aburguesada, unidimensional y pagada de sí misma clase política chavista, junto a sus colaboradores acobardados de esta hora, lo irán comprobando con el paso de las semanas. 

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