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Los trece empleados de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han dejado el país y viajaron a Panamá para continuar con sus actividades. Su salida se produce tras ser expulsados por el Gobierno de Nicolás Maduro el 15 de febrero.

La portavoz de la dependencia de la ONU, Marta Hurtado, anunció la retirada este 20 de febrero al ser consultada por EFE. Si bien no tendrá presencia física en Venezuela, continuará monitoreando la situación de los derechos fundamentales en el país desde Centroamérica.

«Se transformó en una oficina de espionaje interno, de conspiración», dijo Maduro el 19 de febrero sobre la oficina dirigida por Volker Türk, durante una transmisión de su programa televisivo. También reclamó disculpas públicas por parte de la ONU y aseguró que, si no «respeta la independencia y soberanía de Venezuela», la oficina no volverá al país.

La expulsión de la oficina de la ONU surgió tras una denuncia del relator especial sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri. Explicó que las autoridades no le permitieron visitar los centros de detención y cambiaron su agenda constantemente. Además, desde el 9 de febrero, la activista y presidenta de Control Ciudadano, Rocío San Miguel, está detenida y acusada de «terrorismo», un hecho que fue rechazado por la dependencia de la ONU la semana pasada.