
Ante la arremetida del Gobierno y la incertidumbre en torno a la candidatura opositora, la Plataforma Unitaria debe responder uniéndose en torno a un nombre, sea este el de María Corina Machado o el de otra persona que cuente con su apoyo
Héctor Antolínez
María Corina Machado es la principal figura de liderazgo de la oposición venezolana, eso es algo que pocas personas pueden refutar, en especial después de la Primaria del pasado 23 de octubre de 2023. Sin embargo, la duda con respecto a su posibilidad de participación en la presidencial de este año es permanente.
Machado ha sufrido todo el peso del Estado: inhabilitación política, limitaciones para la acción política de calle, y desde el año 2023 hasta la fecha, la persecución de las principales figuras de su entorno y de su partido Vente Venezuela.
Es por esto que no se puede asegurar que llegado el 28 de julio, fecha de la elección presidencial, los venezolanos vayan a poder seleccionarla como alternativa para ocupar la Presidencia de la República en contraste con Nicolás Maduro. El comprimido y apresurado cronograma electoral aprobado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) también le juega en contra.
En ese sentido, la Plataforma Unitaria, incluyendo a la propia Machado, debe plantearse un escenario en el que la vencedora de la Primaria no vaya a ser la candidata de la alternativa democrática.
Es entonces que la unidad opositora cobra más fuerza, ya que todos los pasos que desde el oficialismo se han dado, desde lo político hasta lo institucional (dentro del Estado), han buscado generar una especie de quiebre dentro de la oposición; una separación en la coalición de apoyos a Machado que hasta el momento no se ha dado, pero que tampoco se puede descartar.
Al preguntarle al politólogo Enderson Sequera sobre la posibilidad de un quiebre él la calificó como “muy alta” y destacó : “si Machado no logra ser la candidata para la presidencial, es altamente probable una división entre los factores moderados que hacen vida en la Plataforma Unitaria, como Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia, y los factores que más firmemente apoyan la candidatura de Machado, como Voluntad Popular y algunos partidos pequeños como Encuentro Ciudadano, La Causa R, entre otros”.
El liderazgo que Machado pueda ejercer dentro de la oposición será entonces clave para evitar esta posible ruptura, una que solo beneficiaría a Nicolás Maduro y al Gran Polo Patriótico, en su intento por extender por otro período presidencial el dominio del chavismo sobre el Estado venezolano.
Sequera explica que no se trata de escoger o no a un candidato sustituto, sino de terminar de definir una estrategia sobre qué se hará y cómo se planteará el reto de la presidencial del 28 de julio.
“La candidata Machado debería convocar una reunión de urgencia con toda la oposición. En esa reunión, ella debe fijar la estrategia. Importante: fijar la estrategia no significa, necesariamente, aprobar la estrategia de un candidato sustituto o una metodología para escogerlo. Mientras no ejerza ese liderazgo o sus acciones sean ambiguas, la incertidumbre sólo crecerá y se abonará el terreno para la división opositora”.
El juego del chavismo
La victoria de Machado en la Primaria puede que no haya sido una sorpresa, pero la magnitud de su liderazgo sí lo fue, esto es algo que los analistas han señalado constantemente desde finales del 2023, asegurando que fue un error del chavismo haber permitido la consolidación de ese liderazgo.
Desde entonces, el oficialismo ha hecho todo lo posible por minimizar y atacar la figura de Machado, para asegurarse de que ella no sea la rival de Maduro en el proceso electoral, ante la aparente falta de respuestas por parte de la oposición y en especial de la comunidad internacional que más allá de comunicados, no ha ejercido presión sobre Miraflores.
La propia María Corina Machado se refirió recientemente a esto cuando pidió a los aliados de las fuerzas democráticas en el extranjero “más que buenos deseos”.
Lo cierto, es que hasta ahora ha sido muy bajo el costo para el chavismo al momento de perseguir y encarcelar al entorno de Machado. Este costo “barato”, sin lugar a dudas estimula más acciones de este estilo. Su objetivo es simple: reducir y retirar a Machado como rival.
Al preguntarle a Enderson Sequera si veía la posibilidad de un cambio en la actitud del chavismo, especialmente sobre la posibilidad de dejar que Machado participe en la elección presidencial, fue tajante: “no veo ningún escenario donde el chavismo habilite y permita la inscripción de María Corina Machado”.
La aparente decisión de evitar a toda costa la participación de Machado el 28 de julio llevaría a Venezuela a un escenario similar al 2018. Un escenario similar pero no igual.
La presión internacional que en su momento existió sobre la administración de Maduro parece haber desaparecido o al menos disminuyó considerablemente, con gobiernos extranjeros más enfocados en un deseo de tratar la crisis migratoria venezolana desde Venezuela, que en buscar un cambio hacia un régimen democrático.
La otra gran diferencia entre el 2024 respecto al 2018, es la aparente decisión de la Plataforma Unitaria de mantenerse en la ruta electoral, algo motivado por la debilidad de Nicolás Maduro como candidato presidencial debido a la pésima gestión de su administración.
Ya sea que María Corina Machado pueda ser o no la candidata de la oposición venezolana, la verdadera fuerza que podría causar una derrota chavista en las urnas es la unidad, si en cambio hay una división o ruptura en la Plataforma Unitaria, entonces Maduro podría ir preparándose para repetir un nuevo mandato desde Miraflores.
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