Tomada de Infobae

Benigno Alarcón Deza y Manuel Hidalgo

20.09.24

Publicado originalmente en la Revista de Ciencia Política (Santiago)

Desde que Nicolás Maduro accedió al poder en 2013, el régimen político venezolano ha conocido un continuo proceso de autocratización hasta la actualidad. Dicha evolución ha sido recogida por distintos índices que miden la democracia (por ejemplo, V-Dem o The Economist) u otros como Freedom House, que analizan derechos y libertades. También ha sido documentada por numerosos estudiosos desde distintas aproximaciones. Así, algunos autores han examinado su trayectoria en términos tipológicos (^{Alarcón y Álvarez 2014}) , esto es, analizando el paso de un tipo de régimen híbrido, en el caso venezolano un autoritarismo competitivo, entre 2006 y 2016 para, a partir de entonces iniciarse una involución autocrática en el que se incrementa la represión y se deterioran las condiciones electorales, deslizándose el régimen hacia otro de tipo hegemónico, entendiéndose este último, como un sistema caracterizado, entre otros aspectos, por bajos niveles de incertidumbre electoral (^{Schedler 2013}). Otros analistas han preferido centrarse más en su evolución, mostrando cómo el régimen progresivamente se vuelve más autoritario y pierde su carácter competitivo electoral, consolidándose en torno a las elecciones presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020, en las que la mayoría de la oposición no participó y tampoco reconoció sus resultados (^{Rosales y Jiménez 2021}; ^{Trak 2022}).

A pesar de los aportes realizados por una amplia literatura para entender las transformaciones y rasgos del proceso político, iniciado por Hugo Chávez en 1999, y luego, tras su deceso en 2013, con la elección de Nicolás Maduro, a nuestro entender en los últimos años no se ha estudiado suficientemente la dinámica de avances y retrocesos en el proceso de autocratización venezolano, así como sus implicaciones. En ese sentido, frente a importantes estudios sobre los regímenes políticos que ponen el acento en las tipologías (^{Diamond 2002}), en este artículo se utiliza una aproximación ecléctica, que combina la utilidad descriptiva de aquéllas con un enfoque gradualista (^{Lührmann y Lindberg 2019}) para examinar la trayectoria y dinámica reciente del régimen político venezolano. Esta perspectiva facilita el examen de la gradualidad, esto es, las transformaciones del régimen como un continuum, lo que ayuda a estudiar la progresión autoritaria, pero también los retrocesos que puedan producirse. El valor de aunar ambas metodologías para los análisis de casos ha sido resaltado por distintos autores (^{Acemoglu y Robinson 2006}; ^{Coppedge et al. 2022}), ya que facilita un estudio más detallado de los tiempos y los factores determinantes de un proceso de democratización basada en cambios anuales, como los registrados en los conocidos índices desarrollados por V-Dem.

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