
Tomada de AP Foto/Hiro Komae
Un nuevo reporte del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo alertó que una gran parte de los beneficios de la IA probablemente serán aprovechados por naciones ricas, a menos que existan medidas para que su poder sea usado en el cierre de brechas en torno al acceso a necesidades básicas y conocimientos avanzados.
El informe compara este escenario con la «Gran Divergencia» de la revolución industrial, cuando una gran cantidad de países experimentaron crecimientos acelerados mientras otros se quedaban atrás.
Los autores señalan que mientras la atención a la IA está centrada en la productividad, la competitividad y el crecimiento, la pregunta más relevante es lo que supondrá esto para la humanidad. Un gran problema para comunidades que todavía lidian con el acceso a capacitación, energía eléctrica y conectividad a internet, como es el caso de personas mayores, personas desplazadas por la guerra, el conflicto civil y los desastres climáticos. Se trata de un problema en el que las personas pueden ser «invisibles» en datos que no las tendrán en cuenta, precisó el informe.
«Como tecnología de propósito general, la IA puede aumentar la productividad, impulsar nuevas industrias y ayudar a los rezagados a ponerse al día», señaló el reporte.
La IA promete un gran avance para las comunidades rurales y propensas a desastres, con aplicaciones que incluyen mejores prácticas agrícolas, diagnósticos médicos y análisis de radiografías más rápidos, pronósticos meteorológicos más efectivos y evaluaciones de daños. Específicamente, los sistemas de IA que analizan la pobreza, la salud y los riesgos de desastres pueden conducir a decisiones más veloces, justas y transparentes, transformando datos en valor público.
Sin embargo, este progreso conlleva una preocupación significativa: el alto consumo de electricidad y agua por parte de los centros de datos de IA, incluso en países como Estados Unidos, lo que podría obstaculizar los esfuerzos para limitar las emisiones de carbono derivadas de la generación de energía y, por ende, contribuir al calentamiento global y generar riesgos para la salud.



















