Opinión y análisis

Falsas expectativas

Enfoque Portada

PDF compartir

Juan Manuel Trak – 23 de octubre de 2015

Al día de hoy Venezuela se encuentra en una encrucijada política. Las elecciones del 6 de diciembre ocurrirán en un escenario inédito para los venezolanos. Por primera vez el partido de gobierno parte con niveles de popularidad inferiores a los de la oposición. La evaluación del desempeño del Presidente es la peor desde los inicios del gobierno chavista y la confianza en el PSUV la más baja en su historia. Por otro lado, la oposición muestra números muy superiores a los del gobierno. No obstante, parece haber alcanzado un techo electoral y no es capaz convencer a un grupo importante de venezolanos de que podrían ser una alternativa a la élite gubernamental.

Plan Guanipa

Independientemente de los números de las encuestas, uno de los problemas de ambas coaliciones políticas es que ofrecen falsas expectativas a los votantes. Desde el gobierno se dice que el Socialismo del Siglo XXI es la única forma de alcanzar el bienestar, que no existe futuro posible sin revolución y que fuera de ella solo habrá caos. Lo cierto es que al día de hoy ninguna de las políticas implementadas por el gobierno de Maduro ha logrado resolver los grandes problemas que vive el país: inflación, inseguridad, servicios públicos deficientes, escasez, etc. Luego de tanto tiempo en el poder, el PSUV no logra articular respuestas acertadas ante la crisis que su propia gestión ha generado, y el caos es la norma en nuestro día a día.

La oposición tiene como ventaja no ser gobierno. Sin embargo, esto no es suficiente para convencer a todos. La propuesta de los candidatos de esta coalición se difumina en la idea de cambio, pero luego cada candidato propone políticas, planes, leyes que poco tienen que ver con su función real en el parlamento, o bien carecen de realismo frente a la realidad institucional que se encontrarán si logran obtener la mayoría de los escaños. Así, observamos candidatos a diputados prometiendo la transformación de una ciudad; prometiendo obras propias de un candidato a alcalde; o políticas económicas como si fuesen a ser ministros. Esto no es necesariamente cierto para todos los candidatos de la Mesa; pero el hecho de que varios de ellos generen falsas expectativas sobre lo que desde el parlamento pueden hacer no es mejor que las falsas promesas que se hacen desde el gobierno.

Enfoque 2Ante una situación tan crítica como la actual, la verdad sería la mejor campaña. Y la verdad no es únicamente hacer un diagnóstico de los problemas que padecemos, también es decir las dificultades y desafíos ante los cuales se enfrentará una Asamblea políticamente adversa al resto de los poderes públicos. El conflicto institucional y político en ciernes se traducirá en conflictividad social, advertir a los ciudadanos que el escenario poselectoral es desafiante y determinante para el inicio de un proceso de rescate institucional del país es un acto de responsabilidad de quienes aspiran sustituir al PSUV en el gobierno.

Un acto de responsabilidad de la coalición opositora sería, entonces, sinceridad ante el futuro. Como dijo el Primer Ministro inglés, Winston Churchill, ante la Cámara de los Comunes en 1940: “no tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”. En Venezuela, uno esperaría más y mejores contenidos en las propuestas de los candidatos, pero sobre todo honestidad sobre el tortuoso proceso que implica el cambio político, social y económico que requiere el país.

Deja un comentario