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El 7 de diciembre de 2022, Dina Boluarte asumió como presidenta de Perú por la destitución y detención de Pedro Castillo, luego de que este intentara disolver el Congreso y decretara un estado de excepción. Un año después, la mandataria registra 84% de desaprobación en su gestión, según Datum, y está en un proceso de investigación de la Fiscalía por las muertes de alrededor de 70 personas durante una serie de protestas.

De acuerdo con la encuestadora, el rechazo de la gestión de Boluarte llegó a su pico, ya que antes no había registrado una desaprobación mayor al 80%. Entre las principales razones que argumentaron los encuestados, están la desconfianza hacia los funcionarios públicos, las instituciones y organizaciones políticas.

Otro de los sondeos que ha reflejado el malestar de los peruanos con el Ejecutivo es el de Ipsos. El presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, recibió un 74% de rechazo. En cuanto a la evaluación del poder legislativo, el presidente del Parlamento, Alejandro Soto, fue desaprobado por el 62%, y el órgano en general, por un 82%.

A mediados de noviembre, en una investigación de CID Gallup sobre la gestión presidencial de los jefes de Estado de Latinoamérica, Boluarte recibió el porcentaje de valoración más bajo (13%) junto a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Lasso. En junio, Boluarte aseguró que tiene «decidido» durar hasta el final de su mandato (28 de julio de 2026), y descartó adelantar las elecciones.