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Retos estratégicos de Estados Unidos 2025

José G Castrillo M (*) 31.01.25

Estados Unidos inicia el año 2025 con el nuevo gobierno de Donald Trump (2.0) con altos niveles de expectativas, en un país altamente polarizado y fracturado en términos sociales. El segundo mandato de Trump no será como el primero. Envalentonado por su triunfo y con el firme apoyo del Partido Republicano, que logró la mayoría simple en ambas cámaras del Congreso, el camino, en principio, para llevar a cabo su agenda radical luce despejado de obstáculos políticos-institucionales.

Con una agenda política propia (migración, nacionalismo económico, América Primero), sin embargo, la administración Trump debe lidiar con 5 retos estratégicos, que tendrán incidencia en ella.

1) La competencia geopolítica con China y Rusia.

La creciente rivalidad con China, especialmente en el Indo-Pacífico, y las tensiones con Rusia en torno a Ucrania y la influencia en Europa, son retos significativos para Estados Unidos. En 2025, Washington tendrá que gestionar la competencia estratégica con Beijing, que busca ampliar su influencia económica, tecnológica y militar. Con Rusia, que sigue desafiando el orden internacional dominante, con acciones como la invasión de Ucrania.

Mantener alianzas clave en la OTAN, Asia-Pacífico y otras regiones será esencial, así como un enfoque coherente en disuasión y diplomacia. Ello marcará la gestión del nuevo gobierno estadounidense y dejará su impronta, positiva o negativa, en el papel de Estados Unidos en el nuevo orden internacional multipolar que se está fraguando.

2) La gestión económica interna y la sostenibilidad fiscal.

Aunque Estados Unidos sigue siendo la mayor economía del mundo, enfrenta retos económicos derivados de la deuda pública creciente, el déficit fiscal y la desaceleración del crecimiento en un contexto de globalización cambiante. La crisis económica de la pandemia dejó secuelas en términos de aumento de la deuda y la inflación, y se necesita una reforma en las políticas fiscales y sociales.

Además, Estados Unidos enfrentará el reto de adaptarse a nuevas dinámicas económicas globales, como el auge de la digitalización, la transición hacia energías renovables y el resurgimiento de economías emergentes, así como la política de proteccionismo económico basada en el aumento de aranceles para los productos de importaciones de socios y adversarios.

3) Gestionar la seguridad cibernética y amenazas tecnológicas de sus rivales.

Las amenazas cibernéticas son un desafío cada vez más grave para la seguridad nacional de Estados Unidos, tanto de actores estatales como no estatales. En 2025, la capacidad de Estados Unidos para defenderse de ciberataques y proteger su infraestructura crítica será fundamental.

Además, la competencia tecnológica con China y otras naciones en áreas como la inteligencia artificial, los semiconductores y las redes 5G, obligará a Estados Unidos a innovar y proteger su liderazgo tecnológico, evitando depender de potencias extranjeras en sectores clave. En este punto destaca la dependencia que tiene de las tierras raras  (un conjunto de 17 elementos químicos que se emplean para la fabricación de celulares, computadoras, drones, carros eléctricos y robots) que importa de China.

4- ) Fractura social y polarización política.

La creciente fragmentación social y la polarización política representan un reto interno significativo. En 2025, el país podría seguir enfrentando divisiones intensas sobre temas como el racismo, los derechos civiles, la inmigración, el cambio climático y la economía.

La desconfianza en las instituciones gubernamentales, unida a las tensiones políticas exacerbadas por el propio Trump, podría afectar la gobernabilidad y la cohesión social.

La capacidad de Estados Unidos para abordar estas divisiones y encontrar un terreno común será crucial para su estabilidad interna y su reputación global; un verdadero reto para el nuevo  gobierno de Donald Trump, que es un actor político con propensión natural a polarizar y estigmatizar a sus adversarios, sin ningún tipo de contención institucional.

5) Cambio climático y transición energética.

El cambio climático sigue siendo uno de los desafíos más grandes para la seguridad nacional y económica de Estados Unidos. La transición hacia una economía más verde, con una reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, es esencial para mitigar los efectos del cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

 Sin embargo, este proceso requiere una significativa inversión en infraestructura, así como un cambio en las políticas energéticas que pueda equilibrar las necesidades económicas y medioambientales. La resiliencia frente a desastres naturales cada vez más frecuentes debido al cambio climático, también será un reto para la infraestructura y la planificación urbana.

Trump es un negacionista del cambio climático y apoya el uso de energía fósil, por tanto, es difícil que desarrolle políticas que aborden el cambio climático y la transición energética a corto y mediano plazo.

En definitiva, los Estados Unidos, entra en un momento político complejo con una nueva administración liderada por Trump, quien llega al poder, más como un vengador, que como un líder que busca sumar voluntades para gestionar los grandes retos nacionales.

(*) Politólogo /Magíster en Planificación del Desarrollo Global

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