Tomada de  Xinhua/Sipa USA

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, anunció que el memorando de entendimiento del año 2017 sobre la iniciativa de la Ruta de la Seda «no será renovado» por su Gobierno. «Vamos a estudiar la posibilidad de si se puede terminar antes o no, creo que le toca en uno o dos años la renovación porque es cada tres», aseguró.

Las declaraciones surgen tras la visita del jefe del Departamento de Estado, Marco Rubio, quien viajó para informar la necesidad por parte de Estados Unidos de «tomar las medidas necesarias para proteger sus derechos». Sin embargo, Mulino aseguró que «no cabe duda» de que el canal es operado por su país «y así seguirá siendo». «Yo no creo que haya habido discrepancia en eso. El presidente (Donald Trump) tiene su opinión sobre la presencia china, que será aclarada en su momento en las instancias técnicas del canal. La soberanía de Panamá no está en cuestión», dijo Mulino.

Pese al clima de tensión entre ambos países, el presidente panameño negó que exista alguna amenaza en este momento «contra el tratado, la vigencia, y mucho menos de uso de fuerza militar para apoderarse del canal». «No sentí para nada un clima de controversia ni de irrespeto, sentí un clima muy proactivo», haciendo énfasis en que la reunión con Rubio fue «altamente respetuosa y cordial».

Como punto de mejora en torno a las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Panamá, Murillo ofreción su territorio como puente para las deportaciones de migrantes de otros países: «Le he ofrecido el área de la pista de Nicanor en Meteti, Darién, para que sea desde ahí donde se surta el trámite de repatriación de personas de distintas partes como Venezuela, Colombia, Ecuador, entre otras nacionalidades».

Sin embarbo, Mulino recordó que Estados Unidos ha dejado una «silla vacía, sobre todo respecto de su misión diplomática por espacio de cuatro a cinco años casi sin embajador».