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Retos estratégicos de la Unión Europea en 2025

Tomada de Euronews

José G. Castrillo M. (*) 12.03.25

La Unión Europea (UE) es un actor geoestratégico relevante a nivel global, con más poder blando que duro, y una de las principales economías del mundo. Compuesta por 27 naciones con distintos niveles de desarrollo, su proceso de integración política e institucional ha sido uno de los más exitosos. En términos de PIB, es la tercera economía global, después de Estados Unidos y China.

Como actor global, la Unión Europea enfrenta importantes desafíos tanto en política interna como externa.

1) Gestión de la relación con Rusia y el conflicto en Ucrania

El conflicto entre Rusia y Ucrania, iniciado en 2022, sigue siendo una de las principales preocupaciones estratégicas de la UE en 2025. La relación con Rusia probablemente continuará siendo tensa debido a las sanciones económicas y a la inseguridad en la región derivada de la guerra en curso.

Además, la UE deberá lidiar con las repercusiones del conflicto en términos de seguridad energética, migración y estabilidad en sus fronteras orientales. La unidad dentro del bloque será esencial para mantener una postura coherente frente a Rusia, al tiempo que apoya a Ucrania.

El inicio de una negociación entre Estados Unidos y Rusia sin la participación de Ucrania y la Unión Europea, representa un punto de fricción grave. Para alcanzar una paz razonable y sostenible, es fundamental que la UE y Ucrania sean parte de cualquier acuerdo.

2) Cambio climático y políticas públicas de la UE

El cambio climático demanda acciones urgentes. La UE está comprometida con la transición hacia una economía más sostenible y baja en carbono. En 2025, será fundamental que los países miembros implementen sus planes de reducción de emisiones y refuercen sus políticas de energía renovable.

La implementación del «Pacto Verde Europeo» y la descarbonización del sector energético representan retos significativos, especialmente en términos de inversión en infraestructura y adaptación de sectores industriales dependientes de los combustibles fósiles. Además, la UE deberá gestionar las tensiones entre los países más avanzados en energía verde y aquellos cuya economía sigue dependiendo de los hidrocarburos.

3) Política migratoria

La migración sigue siendo un reto clave para la UE, con flujos de refugiados y migrantes provenientes principalmente de África, Asia y Medio Oriente. En 2025, el bloque deberá encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos humanos y la gestión eficaz de sus fronteras.

Las políticas de asilo, la integración de migrantes y la cooperación con los países de origen y tránsito, serán áreas prioritarias. Al mismo tiempo, la UE debe abordar los problemas de seguridad derivados de las crisis migratorias y la presión sobre los sistemas sociales y económicos de los Estados miembros más afectados. Todo esto ocurre en un contexto donde la extrema derecha sigue ganando terreno con un discurso radical contra la inmigración.

4) Desafíos económicos y fiscales internos.

La recuperación económica postpandemia, los efectos de la inflación global, la deuda pública y las tensiones en las cadenas de suministro siguen siendo retos importantes para la UE. En 2025, la zona euro podría enfrentar riesgos de estancamiento económico, especialmente si los países miembros no logran coordinar políticas fiscales y monetarias eficaces.

Además, la divergencia económica entre los países más ricos (como Alemania y los Países Bajos) y los menos desarrollados (como Grecia o Italia) podría intensificar las tensiones dentro del bloque. La gestión de estos desequilibrios será esencial para garantizar la estabilidad de la unión monetaria y el mercado único.

El aumento del presupuesto militar de la UE en los próximos años también tendrá un impacto significativo en las finanzas públicas.

5) Autonomía estratégica frente a Estados Unidos

La creciente dependencia de actores externos en materia de defensa y seguridad, junto con el impacto de la guerra en Ucrania, ha resaltado la necesidad de que la UE fortalezca su autonomía estratégica en materia de seguridad y defensa. La construcción de una política de defensa común más robusta, la cooperación con la OTAN y la inversión en capacidades militares y ciberseguridad serán clave para garantizar la seguridad del continente a corto, mediano y largo plazo.

En 2025, la UE deberá reequilibrar su relación con Estados Unidos, promoviendo una mayor integración en defensa y seguridad para proteger sus propios intereses estratégicos en un mundo cada vez más multipolar.

La administración Trump, con su política «América Primero», parece querer desvincularse de la relación especial que ha mantenido Estados Unidos con Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

En definitiva, gestionar estos retos, en forma inteligente, es crucial para que la Unión Europea continúe siendo el proyecto de integración interestatal más exitoso del mundo y pueda adaptarse a los cambios tectónicos que afectarán la distribución del poder  a nivel global.

(*) Politólogo / Magíster en Planificación del Desarrollo Global.

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