
Tomada de BBC
Alex Fergusson 13.10.25
En las últimas tres semanas la Rusia de Putin ha violado el espacio aéreo de ocho países europeos: Polonia, Rumania, Estonia, Noruega, Letonia, Lituania, Dinamarca y Finlandia. Estonia denunció que el 20 de septiembre, aviones rusos y drones militares entraron en sus espacios aéreos, sobrevolaron zonas estratégicas, y permanecieron allí por 12 minutos, hasta que aparecieron los aviones de la OTAN. Comenzaron allí y siguieron con Polonia, y se dijo que fue un error, pero luego ¿seis países más?
Todo indica que no es casualidad, y que se trata más bien de acciones deliberadas con las que Putin está poniendo a prueba los límites hasta dónde puede llegar Europa antes de que haya una respuesta, pese a la promesa de la Unión Europea de responder a cada provocación, con determinación.
Pero no ha sido así, pues hasta ahora las respuestas han sido denuncias, reuniones diplomáticas de emergencia en la ONU, más sanciones económicas y palabras fuertes, pero Putin sigue enviando sus aviones y drones, sigue forzando la barra y avanzando cada vez más cerca dentro del territorio de la OTAN. Cada vez con más descaro y cada vez las incursiones duran más tiempo.
En un documento confidencial emitido en julio de este año, pero que luego se filtró a la prensa, el Ministerio de Salud francés ordenó a todos los hospitales del país, prepararse para marzo de 2026, con el propósito de poder recibir entre 10.000 y 50.000 soldados heridos, por un periodo de 10 a 180 días y para poder manejar picos de 250 pacientes diarios, durante tres días consecutivos.
La ministra de Salud intentó calmar las cosas diciendo que es normal anticipar crisis, que es parte de la planificación ordinaria, pero el documento habla textualmente de prepararse para una guerra de alta intensidad en Europa, de crear centros médicos cerca de puertos, aeropuertos y estaciones de tren para mover heridos rápidamente, pero no solo para atender a soldados franceses, sino también a tropas de otros países de la OTAN.
Así, Francia estaría convirtiéndose en lo que el documento llama a “retaguardia estratégica”, una especie de hospital de campaña para toda Europa.
Adicionalmente Francia está preparando un manual de supervivencia para todos los ciudadanos. Un folleto que se va a distribuir en otoño con instrucciones de qué hacer en caso de guerra como ya lo hicieron Suecia y Finlandia.
Pero eso no es todo. El 25 de septiembre pasado, el Banco Central Europeo publicó un documento oficial que se titula, traducido al español: “Mantenga la calma y lleve efectivo”, el cual contiene un mensaje que recomienda a todos los ciudadanos europeos tener suficiente dinero en efectivo en casa para cubrir los gastos, de al menos, 72 horas, así como para cubrir sus necesidades básicas (unos 70 a 100 euros por persona en billetes), basándose en las experiencias de lo ocurrido durante la pandemia de Covid, el gran apagón en España de abril pasado, y la guerra en Ucrania, pues los sistemas digitales y los cajeros automáticos colapsaron y el efectivo fue lo único que funcionó.
Pero el documento menciona explícitamente situaciones de conflicto armado como uno de los escenarios para los que hay que estar preparados. Así que el Banco Central más importante de Europa está diciéndole a 450 millones de personas que guarden dinero en efectivo, por si hay guerra, y recomendó, además, en marzo, disponer de agua, alimentos no perecederos, radio de batería, linternas y maletín de primeros auxilios, es decir, todo lo que se necesitaría si la gente tuviese que refugiarse en casa durante varios días, sin electricidad, ni servicios básicos.
Parece pues, que Europa se está preparando. La pregunta es ¿preparando para qué, exactamente?
A juzgar por las acciones de Francia, Polonia, los países bálticos y Escandinavia, e incluso los Estados Unidos con su decisión de aportar armas y misiles de largo alcance a algunos países europeos, incluida Ucrania, lo que se percibe es que se preparan como si un estado de guerra fuera inminente.
Mientras tanto, Rusia persevera en sus avances en Ucrania y en sus incursiones aéreas y marítimas en los límites de Europa, y algunos países europeos, como España e Italia, parece que no se han enterado.
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