Se reportó una nueva ola de bombardeos rusos contra infraestructuras energéticas, ferroviarias y otras instalaciones civiles en Ucrania, específicamente en las regiones de Kharkiv, Kirovograd, Sumy y Donetsk.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, indicó que los principales objetivos fueron instalaciones energéticas, al tiempo que precisó que Moscú lanzó 96 drones, en su mayotía fueron derribados, pero no todos lograron ser interceptados.

En la región de Kharkiv, se atacó una clínica con bombas aéreas, provocando 57 heridos. Zelensky declaró esta ofensiva como «un acto terrorista y cínico contra un lugar donde se salvan vidas”. Confirmó igualmente daños en la infraestructura energética de esa localidad.

El ministro ucraniano para la Reconstrucción, Oleksí Kuleba, detalló que Rusia ha perpetrado unos 300 ataques contra la red ferroviaria del país, desde comienzos de agosto. Los expertos creen que este es un intento de obstaculizar las rutas de suministro de armamento al frente.