Carlos Carrasco – 25 de noviembre de 2016
Caracas fue sede recientemente de la novena edición de la Universidad de la Libertad, una iniciativa del Instituto para la Libertad de Perú (IPL) con el apoyo del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice). Este evento convocó a jóvenes de toda la región de América Latina y el Caribe para discutir sobre el liderazgo juvenil.
En el medio de una prolongada crisis que atraviesa Venezuela, realizar este encuentro no fue nada sencillo. No obstante, se puede decir que es un testimonio de esperanza para aquellos jóvenes que desde sus espacios en partidos políticos u organismos de la sociedad civil trabajan por fortalecer la democracia en la región.
Entre las primeras conclusiones de este encuentro, resultan preocupantes las similitudes en función de sistemas populistas que perciben los jóvenes de Venezuela respecto a los de Ecuador. La institucionalidad peligra en toda la región, si estos sistemas a través de líderes carismáticos se mantienen y penetran más el Estado.
De igual forma, los jóvenes en México notan un debilitamiento en el Estado derecho, especialmente luego de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Además, la participación política de los jóvenes es muy poca en comparación con las dimensiones del Estado mexicano. Existe un debate sobre la militancia y las oportunidades relativas que un joven puede tener en los partidos políticos. Muchos jóvenes venezolanos también manifestaron preocupaciones sobre este tema.
Sin embargo, en los jóvenes de la región, a pesar de las diferencias existentes entre cada país, se puede hallar una serie de elementos comunes que puede definir a la generación de jóvenes líderes que se perfila en América Latina. El primer elemento que se puede apreciar es valor de la libertad como herramienta fundamental para construir una democracia con perspectiva de futuro.
Otro elemento en común es la creación de contenidos a través de plataformas webs, esto tiene una doble función, ya que se puede generar información de carácter periodístico, pero al mismo tiempo se genera una opinión, una perspectiva de ver el mundo, que se va construyendo con cada artículo de opinión. Además, en ciertas ocasiones pueden derivar en un emprendimiento sostenible, algo también muy característicos entre los jóvenes de la región.
Un último elemento es que los jóvenes de la región conciben una relación directa entre lo que significa democracia y Derechos Humanos. Pero, existe un debate abierto de cómo interpretar la importancia de esto, ya que se puede fortalecer o debilitar los poderes del Estado bajo esta bandera, cuya consecuencia real será el grado de autonomía que posean los individuos.
Como este punto, los jóvenes de América Latina tienes muchos retos: la interpretación del desarrollo, la capacidad intelectual para generar nuevo conocimiento, el papel de la mujer y la difusión de la libertad en un mundo que atraviesa una crisis ante la globalización.
Pero más allá del debate, la Universidad de la Libertad es un testimonio de esperanza de los jóvenes en la construcción de una mejor América Latina, el simbolismo de hacerlo en el país donde más retos existen para la democracia, significa para mí como joven y venezolano una señal de que no estaremos solos en la construcción de esa Venezuela que viene, luego de este largo proceso de transición y crisis política.
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