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El viraje liberal de Guyana dejó colgado el proyecto socialista continental de Hugo Chávez

El gobierno de Nicolás Maduro busca tardíamente la manera de corregir la política que impuso Hugo Chávez desde sus primeros años de gobierno en los que dio prioridad a su proyecto geopolítico continental de alianza con Cuba, la CARICOM y países del Foro de Sao Paulo, por encima del histórico diferendo sobre el Esequibo

Francisco Olivares

Para poder entender lo que está ocurriendo en los tiempos actuales con Guyana, hay que observar el viraje que ha tenido ese país vecino en su política a partir del ascenso al poder, desde agosto de 2020, del nuevo presidente, Mohamed Irfaan Ali, quien dejó atrás elsocialismo progresista” que promovía su propio partido, abriendo al país al libre mercado. Pero no solamente fue un viraje hacia la democracia liberal, sino una alineación hacia Estados Unidos y Occidente generando además un cambio radical en la geopolítica del continente.

Durante varias décadas Guyana fue gobernada por líderes de tendencia socialista, especialmente dirigentes del Partido Progresista del Pueblo (PPP). De allí que el diferendo con Venezuela siempre estuvo presente durante la Guerra Fría (este-oeste) y el discurso antiimperialista, en el que Venezuela era calificada como una amenaza imperial.

Este viraje liberal puso a Guyana fuera del proyecto continental de Hugo Chávez con países de la región, quien buscó un acercamiento con el gobierno socialista del entonces presidente, Bharrat Jagdeo, que hasta entonces mantenía alianza estrecha con Cuba y Fidel Castro.

Irfaan Ali, de 42 años, pertenece al Partido Progresista del Pueblo Cívico (PPP–C), que aglutina principalmente a descendientes de la India que forman la mayoría étnica (40% de la población) en esta nación de solo 800 mil habitantes.

Con sus nuevas políticas de libertad económica y alianzas con Estados Unidos, sin abandonar sus intereses con China, ha consolidado el desarrollo petrolero con acuerdos con las más importantes multinacionales como Exxon Mobil, Chevron, y National Offshore Oil Corporation (CNOOC).

Exxon Mobil ya cuenta con cuatro plataformas en aguas profundas en el área marítima del Esequibo y han extendido inversiones con nuevas instalaciones. Mientras, sus exportaciones petroleras ya alcanzan a 600 mil barriles diarios con el mayor crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB), de 62% en 2022, y una proyección de 38% para 2023, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una exitosa gestión que puso como prioridad el bienestar económico por encima de la ideología.

Chávez y sus aliados socialistas

Para Chávez su prioridad siempre fue su proyecto continental personal, alineado con Cuba y países anti-occidentales. Por eso el 19 de febrero de 2004 en su visita a Guyana mostró como prioridad conseguir su respaldo, tal como lo venía haciendo con los países de la región. De allí que no dudó en darle su respaldo a Georgetown en el Esequibo para afianzar a su nuevo aliado.

A su llegada expresó: “Bueno, feliz, feliz de estar aquí, tenía yo varios años por venir a visitar a los guyaneses, el presidente Bharrat Jagdeo, amigo y este es un día para mí y para nosotros histórico. Estamos propuestos a que a partir de hoy comience una nueva era de las relaciones entre Guyana y Venezuela, dos pueblos hermanos, dos países vecinos, buenos vecinos con un potencial de integración extraordinario para integrarnos mucho más con Guyana, con Caricom y bueno con Suramérica en primer lugar. Así que tenemos una agenda bastante intensa de contactos económicos, políticos, sociales; van a ser 24 de una intensa actividad, pero es un día histórico”.

(…) “La integración de Suramérica, la integración del Caribe, eso es vital, sobre todo en este tiempo, en estos tiempos en los cuales el neoliberalismo ha fracasado y entonces tenemos que construir nosotros nuestro camino”.

Chávez respondió a la pregunta de un periodista sobre si el Esequibo estaría en la agenda con Bharrat Jagdeo: “No, no. Vamos a hablar de mecanismos de cooperación en la pesca, en la agricultura, la educación, la salud, en la infraestructura, las vías de comunicación, la energía, petróleo, derivados del petróleo, cooperación e integración. Saben que no tengo ninguna opinión al respecto. Sólo vine a hablar en primer lugar y sobre todo de la integración entre Guyana y Venezuela. Sobre todo transmitir a través de ti y el medio de comunicación para el que tú laboras, un gran saludo de hermanos, verdaderamente de hermanos, al pueblo de Guyana”.

“El asunto del Esequibo será eliminado del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países (…) El gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área”.

Así Chávez le dio luz verde a lo que serían las intensas exploraciones en la región y las concesiones petroleras y auríferas. Esas grandes inversiones de las mayores empresas petroleras le han permitido a Guyana dejar de ser uno de los países más pobres de la región.

Las operaciones petrolíferas de Exxon en el bloque marino Stabroek han proporcionado a Guyana crecientes beneficios económicos y fiscales. En 2020 se convirtió en la economía de más rápido crecimiento del mundo, con un aumento del PIB del 43,5%. Desde entonces, su economía se ha expandido aceleradamente. En 2021, su PIB creció 20% y, en 2022, 62%, convirtiéndose según el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) en el país que más creció en todo el mundo. Se prevé que en 2023 el crecimiento sea de 37%.

Bharrat Jagdeo fue presidente de Guyana desde el 11 de agosto de 1999 hasta el 3 de diciembre de 2011. Actualmente es vicepresidente y pertenece al mismo partido de Irfaan Alí. En su gestión, inició cambios políticos hacia la apertura democrática que más tarde consolidó su sucesor: establecer en la Constitución un límite de dos mandatos para los presidentes. Jagdeo fue el primer presidente en someterse a esa disposición al no aspirar a la presidencia después de las elecciones de 2011.

El viraje de Guyana

Recién asumió la presidencia, Irfaan Alí recibió, en septiembre de 2020, la visita del entonces secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, Mike Pompeo, quien cumplía una gira por países vecinos a Venezuela para consolidar la estrategia de seguridad en la región y fortalecer los vínculos con Guyana, que en adelante sería un importante aliado.

Pompeo elogió el respaldo del presidente Irfaan Alí al Grupo de Lima, organismo regional integrado por representantes de 18 países, que promovía una solución negociada a la crisis en Venezuela. “Nosotros respaldamos la necesidad de elecciones libres y justas en nuestro hemisferio” (…) . “Con urgencia, creemos que los valores y principios democráticos deben ser respetados también en Venezuela”, dijo el presidente de Guyana.

Esa visita a Georgetown de un funcionario de tan alto rango estadounidense,  ratificaba el rol estratégico de Guyana. “Estados Unidos está listo para ser su socio”, dijo Pompeo al nuevo presidente. Esta política se mantuvo con el gobierno de Biden ya que fue concertada desde el Congreso por las dos tendencias, la republicana y la demócrata. En julio de este año (2023) estuvo el actual secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.

El apoyo militar y geopolítico

A partir de allí, en 2021 se abrió para Guyana una etapa de profundización en sus relaciones con Estados Unidos que la condujo definitivamente a dar prioridad a su desarrollo económico que se apuntala en la industria petrolera y las inversiones de las más importantes compañías internacionales, pero en el que la alianza militar y geopolítica tienen un componente fundamental.

El 12 de enero de 2021, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Craig Faller, visitó Guyana para reunirse con el presidente Irfaan Ali y ratificar los temas relacionados con la seguridad y las amenazas que representan las organizaciones criminales internacionales. El jefe militar aseguró que Guyana “es un socio de seguridad clave en los esfuerzos para contrarrestar las organizaciones criminales transnacionales”.

Su visita duró dos días mientras se daban las maniobras militares de vigilancia marítima conjuntas entre Guyana y Estados Unidos, destinadas a interceptar el narcotráfico cerca de la frontera venezolana. Nicolás Maduro reaccionó calificando esos ejercicios militares como una “provocación” y “una amenaza” por parte de ambas naciones.

Uno de los hechos que marcó el importante viraje de las autoridades de Guyana, fueron los ejercicios militares de junio de 2021 diseñados por Estados Unidos para el Caribe “Tradewinds”, que tuvo como centro de operaciones a Guyana. Participaron 23 países socios de la Comunidad del Caribe (CARICOM). Venezuela dejó de asistir desde que se instaló el gobierno chavista. Los ejercicios fueron dirigidos a mejorar la coordinación de las fuerzas militares estadounidenses en respuesta a las “amenazas transnacionales” y a entrenar a las naciones del Caribe para cumplir los requerimientos en materia de seguridad ante “amenazas relevantes a la seguridad regional”.

Desde 2015 la Fuerza Armada Nacional Bolivariana advertía sobre las “peligrosas actividades del Comando Meridional” y que Estados Unidos urdía “una estrategia de dominación del continente so pretexto de luchar contra el narcotráfico y operación tenaza contra Venezuela”.

Una de las agencias que participó fue la DEA con agentes de las oficinas regionales de Estados Unidos. “Estamos comprometidos a trabajar con nuestros socios para combatir las organizaciones criminales transnacionales que amenazan la seguridad y la estabilidad en la región”, indicó el agente especial de la DEA, Billy Parker.

El brigadier Godfrey Bess, jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Defensa de Guyana y el comandante de la Guardia del Ejército de Nebraska, general del Ejército  Lynn M. Heng, acordaron fortalecer la capacitación militar entre las dos fuerzas armadas.

Este reconocimiento se repitió en los ejercicios Tradewinds 2023, patrocinados por el Comando Sur, en julio y que se llevaron a cabo en Guyana como centro de operaciones, con la participación de 18 países americanos, más Francia, Países Bajos y Reino Unido. El acto de clausura en Georgetown fue encabezado por el primer ministro de Guyana, Mark Philips.

Es de destacar que a pesar de los beneficios petroleros que el gobierno de Chávez entregó a los países del Caribe, en su estrategia de alianzas, tanto Cuba como el CARICOM han mantenido un irreductible apoyo a lo que califican como la “integridad territorial de Guyana”.

Ucrania en la geopolítica

Otro elemento de importancia geopolítica en esa alianza ha sido la guerra que sostiene Rusia contra Ucrania, que ha exacerbado la polarización entre los países occidentales y los regímenes autocráticos. Con el nuevo escenario se han incrementado las estrategias de alianzas de China y Rusia por un lado, y Estados Unidos y la Unión Europea por el otro, con los países de Latinoamérica. En ese juego de poderes, cobra relevancia la incidencia de los países productores de petróleo y minerales. El gobierno de Irfaan Ali ha sido particularmente hábil en la reorientación de su política internacional hacia Estados Unidos, y el bloque occidental está sacando provecho a las nuevas demandas energéticas.

Irfaan Ali y Jagdeo visitan EEUU

A finales de julio de 2022, por invitación del gobierno de Estados Unidos, el presidente de Guyana Irfaan Ali y el vicepresidente Bharrat Jagdeo, se reunieron en Estados Unidos con el secretario de Estado, Anthony Blinken, e importantes líderes del Congreso, el Senado y altos funcionarios del gobierno de Joe Biden. Allí trataron el tema energético, en el cual Guyana aspira a ser uno de los más importantes proveedores de petróleo de Estados Unidos y Europa. Además abordaron los temas de la seguridad, narcotráfico y crimen organizado.

El fiscal general de Guyana, Anil Nandlall, resaltó en esa visita el compromiso con la defensa del Estado de derecho en todas sus facetas, incluida la persecución de todas las formas de delincuencia, en particular de los delitos organizados. Indicó que el FBI ha cooperado con Guyana en una serie de áreas, incluida la asistencia en asuntos penales, extradición, lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, tráfico de narcóticos y armas de fuego, rastreo de ganancias de la delincuencia organizada y el decomiso de activos, trata de personas y actividades delictivas relacionadas con la cibernética.

El vicepresidente Jagdeo, apoyando firmemente la alianza con Estados Unidos, expresó: “la cuestión clave aquí fue velar por el interés nacional y el interés nacional de Guyana se sirve mejor a través de relaciones sólidas y amistosas con Washington… Guyana no se verá atrapada en medio de ninguna tensión similar a la guerra fría entre las dos superpotencias mundiales: Estados Unidos y China”. El gobierno de Guyana coopera estrechamente con todos los organismos de Estados Unidos en la fiscalización de drogas, delincuencia internacional, seguridad regional, blanqueo de dinero y protección de puertos y áreas marítimas.

La estrategia madurista

Durante varios años el tema del diferendo con Guyana se encontraba en segundo plano para el gobierno chavista. Este  distanciamiento fue propiciado por Chávez a cambio de su estrategia política personal que llevó a que el conflicto con Guyana por el territorio Esequibo terminase en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Doce de los 16 jueces de la Corte Internacional de Justicia en La Haya le dieron la razón a Guyana sobre la competencia que tiene este organismo para considerar y tomar una decisión sobre el reclamo del territorio Esequibo.

El gobierno de Maduro, al intentar recuperar algo de la histórica reclamación habla de “soberanía total de Venezuela sobre todo el Esequibo”, una ambiciosa posición sin sustento que deja poco margen para negociar. Recientemente exhortó al presidente Irfaan Alí a negociar directamente entre los dos países dejando fuera a la CIJ, algo que de inmediato desestimó el gobierno guyanés.

La convocatoria reciente a referendo para fortalecer el reclamo venezolano ha sido desestimado por destacados expertos en el tema y suena más a una estrategia nacionalista para contrarrestar el bajo respaldo que tiene el gobierno de Maduro en la población; hoy el interés se concentra en un cambio político y las elecciones primarias, en un escenario que ha llevado al país a la más severa crisis económica e institucional en los últimos 70 años.

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