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Pugnas a nivel regional aparecen como nueva amenaza para la oposición en su ruta al 28J

Tomada de El Tiempo

En un contexto de represión gubernamental, un nuevo problema aparece para la unidad opositora: la división a nivel regional y municipal entre factores de María Corina Machado y Vente Venezuela, y aquellos que hacen vida en otros partidos y piden mayor participación en la campaña

Héctor Antolínez

La unidad opositora cuenta con un candidato, y cuenta con un liderazgo nacional que no solo es aparente, sino incuestionable en su popularidad. Sin embargo, lejos de generar un clima de sosiego y tranquilidad, lo que se ha visto a medida que el proceso electoral avanza es algo distinto: un enfrentamiento opositor es estados y municipios.

Mientras María Corina Machado, vencedora clara de la Primaria de 2023 y actual figura de liderazgo de la oposición hace recorridos por el país, dos cosas son notables: la popularidad de la máxima cara de Vente Venezuela, y las pequeñas pugnas que parecen ocurrir entre esta tolda y los otros partidos políticos.

Se trata de una situación que, sin ser el principal foco de atención en la opinión pública que sigue viendo por ejemplo a un gobierno represivo y autoritario como la principal amenaza, puede convertirse sin hacer mucho ruido en un hándicap para la elección presidencial del 28 de julio.

A juicio del politólogo Fernando Spiritto era “previsible” que pugnas a nivel regional y municipal empezaran a ocurrir entre la gente de Machado y los miembros de los otros partidos, muchos de los cuales hacen vida en la Plataforma Unitaria. Explica: “la oposición sigue siendo una especie de caja negra y más en época electoral, ellos están dando una imagen de aparente unidad pero adentro debe haber pugnas importantes, creo que no hemos sabido todo el cuento en torno a la candidatura de Edmundo González Urrutia, pero seguramente esta candidatura fue producto de debates y generó problemas serios dentro de la unidad”.

La postura de Spiritto es compartida por otro politólogo, Enderson Sequera, quien argumenta además que muchos de los conflictos que están ocurriendo en este proceso electoral se generan porque hay factores que están viendo más allá del 28 de julio.

“No es de extrañar que estas tensiones se produzcan regionalmente. En los últimos años, la dinámica política nacional y regional parecía estar un poco divorciadas. Las regiones, especialmente a partir del 2021, empujaron, hasta cierto punto, la ruta electoral.  Los liderazgos regionales quieren participar en 2024 no sólo para buscar un cambio político, sino como portaviones para el ciclo electoral 2025-2026”, señaló Sequera.

Más allá de los análisis que se puedan hacer al respecto, lo obvio a la vista de todos es que esto solo puede ayudar a un factor político: el oficialismo, el cual a diferencia de la oposición y de la candidatura de Edmundo González Urrutia, cuenta con una plataforma ciudadana entrenada y disciplinada por años para “defender” los votos en los centros electorales.

Dicho de otra forma, continuar con las pugnas a nivel regional y municipal se traducirá en un beneficio indirecto para Nicolás Maduro y su apuesta por lograr la elección.

La defensa del voto y la unidad como el mejor candidato

Diversos actores y expertos en materia electoral han alertado de una realidad para esta elección: la proliferación de nuevos centros electorales con una sola mesa de votación. Este es un factor que obligará a las fuerzas opositoras a requerir de una maquinaria más grande y articulada para poder ubicar testigos en estos centros, es justamente esta maquinaria la que podría correr un riesgo si no se logran limar las asperezas en las regiones.

Esta es de hecho la principal preocupación de Fernando Spiritto sobre lo que ocurre, ya que señala que si bien “las pugnas son normales, en especial en una oposición tan golpeada como la de ahora”, lo verdaderamente importante es poder cuidar la maquinaria.

“Lo único que va a asegurar un posible cambio es que se puedan cuidar los votos en la elección”, señaló.

Spiritto destacó que hasta ahora un aspecto positivo es que el liderazgo de Machado “se ha mostrado tolerante” y que ha llamado al diálogo constante con actores de la oposición. Sin embargo, esto que se aprecia con dirigentes nacionales, muchos de los cuales se han reunido ya con González Urrutia, no se puede extrapolar a las regiones y municipios.

En particular, Spiritto alertó que este clima de conflicto entre liderazgos de la base opositora puede atentar contra lo que él calificó como el “verdadero candidato”: la unidad de la oposición.

“Me ha gustado el discurso de Edmundo que es tolerante y está hablando con todo el espectro político de la oposición y eso es una excelente indicación”.

“El riesgo aparente de la división de la oposición es el beneficio del Gobierno, es el peor problema de todos, si siguen los desacuerdos eso obviamente favorece al Gobierno. El mejor candidato es la unidad y es lo que está beneficiando a González Urrutia, él es un candidato unánime y la gente lo ve como el candidato de toda la oposición, a pesar de ser desconocido”, explicó.

El equilibrio y el posible rol de Edmundo González Urrutia

Dejando claro el peligro que estas pugnas pueden traer a la oposición para la elección presidencial, Enderson Sequera cree que este “divorcio” podría inclusive llegar a afectar otros comicios, como las elecciones de alcaldes, gobernadores y la de la Asamblea Nacional, que si bien no están en el futuro inmediato, sí están presentes en el horizonte.

En ese sentido, considera que es importante que Edmundo González Urrutia actúe como “una especia de mediador tácito” entre los sectores en conflicto, aprovechando el apoyo unánime que parece tener en la actualidad. Él puede ser un equilibrio entre los partidos que buscan mayor participación en la campaña y un entorno de María Corina Machado que justificadamente está receloso de incluir nuevos nombres.

“En este caso, así como la figura, moderada y serena, de González Urrutia es ideal para atraer apoyos de todo el espectro político, puede ser el factor clave para conseguir una solución intermedia donde los factores regionales tengan más acceso a la toma de decisiones de la campaña, sin descuidar la seguridad y la posibilidad de infiltración a la que teme el comando nacional de Machado”, explicó Sequera.

Alertó que si bien el totalitarismo del chavismo sigue siendo el “principal punto débil de la oposición” por su disposición a hacer lo que sea necesario para mantenerse en el poder, lo cierto es que estas pugnas internas y esta división a nivel regional, así como sus posibles consecuencias,  no deben descuidarse.

“Por el adversario al que se enfrenta, las posibilidades de la oposición de ganar en julio siguen siendo bajas. Una división en sus filas entre instancias regionales y nacionales reduciría aún más su ventana de oportunidad”, advirtió el politólogo.

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