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El “horario mosaico”: se agranda la brecha educativa en Venezuela

Tomada de El Diario

Tulio Ramírez 01.05.25

En Venezuela, una de las consecuencias de la crisis educativa es la implementación del popularmente llamado “horario mosaico”. Se denomina con este nombre a una modalidad de asistencia escolar irregular y reducida que se ha aplicado en muchas escuelas públicas del país, especialmente a partir de la agudización de la crisis económica y social. En lugar de asistir a clases los cinco días de la semana, los estudiantes solo asisten dos o tres días, e incluso a veces con horarios variables dentro de esos días.

Esta modalidad surgió como una consecuencia de múltiples factores interrelacionados. Por una parte los bajos salarios de los docentes. Muchos maestros se han visto obligados a buscar otras fuentes de ingreso para subsistir, lo que dificulta su asistencia regular a las escuelas durante la jornada completa.

Por otra parte, el deterioro de la infraestructura escolar al igual que la intermitencia o falta de algunos servicios como agua y electricidad, ha hecho inviable la estancia de maestros y alumnos en los planteles más afectados. El precario mantenimiento y la ausencia de recursos han dificultado el desarrollo normal de las clases todos los días.

En reportajes de prensa y entrevistas a maestros y líderes del magisterio, se ha alegado que la crisis económica y la precariedad de los salarios, también ha afectado la posibilidad de que se utilice el transporte público a diario, dificultando tanto la asistencia de los docentes como de los estudiantes a las escuelas regularmente.

Pero no todo se puede atribuir a las dificultades para asistir diariamente a la escuela. Otros factores explican la ausencia de docentes. Es un hecho denunciado por los gremios que la  renuncia de maestros debido a los bajos salarios, también ha influido en el déficit de personal. De allí la imposibilidad para cubrir todas las horas de clase.

La situación es tan difícil que, inclusive en algunos casos, las directivas de las escuelas, en acuerdo con los representantes, han implementado el horario mosaico como una forma consensuada de adaptarse a las dificultades y garantizar al menos algunos días de clases.

Ahora bien, esta modalidad irregular de asistencia a clases ha traído consecuencias negativas para la calidad de la educación. La disminución drástica de los días y horas de clase impacta directamente en el tiempo de aprendizaje, en la cantidad de contenido que se puede cubrir y la profundidad con la que se abordan los temas. Es prácticamente imposible cumplir con los objetivos y contenidos establecidos en el currículo nacional con una asistencia tan limitada.

El correlato lógico es la superficialidad de los contenidos enseñados. Los docentes se ven presionados a cubrir una gran cantidad de material en un tiempo limitado, lo que a menudo resulta en una enseñanza superficial y memorística, sin una comprensión profunda de los conceptos. El asunto es delicado ya que la ausencia del maestro no puede ser suplida por los padres o representantes. Estos pueden colaborar y ser partícipes en la educación de los hijos o representados, pero nunca podrán desempeñarse con las competencias de un profesional de la docencia.

La pérdida de continuidad en el proceso de aprendizaje por la asistencia irregular no solo interrumpe el flujo del aprendizaje y dificulta la consolidación de los conocimientos, sino que también influye en la dificultad para el desarrollo de habilidades. Es común escuchar o leer a los grandes pedagogos, afirmando que el aprendizaje no se trata solo de adquirir conocimientos, sino también de desarrollar habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas, colaboración y comunicación. La falta de tiempo dificulta el desarrollo de estas habilidades a través de la práctica y la interacción en el aula.

Si los estudiantes reciben mucha menos instrucción de la que deberían, se acentuaría el rezago escolar con respecto a quienes estudian en planteles donde no se ha visto interrumpida la dinámica escolar. Lo anterior sin menoscabo de una consecuencia que afecta directamente el desarrollo de habilidades de socialización. La escuela no es solo un lugar para aprender contenidos académicos, sino también un espacio importante para la socialización y el desarrollo de habilidades sociales. La reducción de la asistencia limita estas oportunidades.

¿Quiénes son los que más sufren esta situación?, es la pregunta a responder. La respuesta es de esperarse. Son los niños y adolescentes de familias con menos recursos los más afectados, ya que no pueden optar por alternativas diferentes a la escuela pública. Esto amplía la brecha de desigualdad educativa con respecto a quienes asisten a escuelas donde el tema del horario mosaico no está presente, es decir, los colegios privados.

El horario mosaico en Venezuela ha sido una medida de emergencia que si bien puede responder a las difíciles circunstancias que atraviesa el país, puede tener consecuencias perjudiciales para la calidad de la educación y el futuro de los niños y jóvenes con edad escolar. Especialistas en educación han advertido que esta modalidad acostumbra a los niños a estudiar poco, lo que puede generar un déficit significativo en sus conocimientos y habilidades, afectando su desarrollo integral y sus oportunidades futuras.

Además de lo referido anteriormente, no se pueden dejar de lado las consecuencias de carácter sociológico y psicológico que se derivan de un proceso educativo irregular con impacto negativo en la calidad de la educación impartida.

El malestar generado por la manera cómo la escuela ha venido funcionando, unido a la percepción de una educación insuficiente, podría ser caldo de cultivo para el  desarrollo de una representación social de la escuela y de la educación no asociada al ascenso social ni a oportunidades de mejor trabajo, sino a un mero compromiso social y legal de matricular los niños en la escuela, sin más expectativa que impedir la crítica social. Tal representación, impediría asumir como un problema familiar, la deserción temprana. Total se trataría de un sistema educativo percibido como poco eficiente o inútil para lograr mejores condiciones de vida. Esto sería un severo golpe al país.

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