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Irán y el futuro inmediato

Tomada de El Orden Mundial

Oscar Hernández Bernalette 25.06.25

La guerra entre Irán  e Israel/USA está en pleno desarrollo y el desenlace final está todavía por verse. Estados Unidos logró un cese a las hostilidades. Sí, finiquitar un episodio y sellarlo como la guerra de los doce días. Igual, tenemos por delante  muchos análisis,  especulación  y aún mucha pasión para tener claro los próximos eventos. Lo único cierto es que las capacidades nucleares de Teherán quedaron diezmadas, que su fuerzas armadas están debilitadas y que los iraníes están entre una nueva oportunidad para derrocar al régimen de la supremacía religiosa y en el camino hacia una transición democrática.

La pregunta del día es: ¿cuál es el verdadero propósito del bombardeo de los Estados Unidos a las más importantes facilidades de enriquecimiento de Uranio? Cerrar la carrera  nuclear del gobierno o iniciar el proceso de derrocamiento del poder constituido.

Lo que entiendo y percibo. Primero, mientras se mantenga la teocracia iraní, el peligro sigue latente para Israel, la región y Occidente. La racionalidad de quienes controlan el poder en Irán es totalmente opuesta a la occidental.  Dicho sea, no representan el verdadero sentir del pueblo de Irán. La vasta cultura y tradición de ese pueblo es más que los velos y la tristeza que se ven en sus rostros. En un Estado democrático la voz de la mayoría sería diferente. En estas mismas páginas el profesor Trino Márquez afirmaba que “ Irán está obligada a cambiar sus nexos con sus vecinos y a desterrar el proyecto de contar con armas atómicas. De lo contrario, el régimen de los ayatolas quedará sepultado. ¿Qué vendrá después? Aún no lo sabemos.”  

Es en ese mismo marco de reflexión,  es que nos atreveríamos a pensar que independientemente de que el proyecto de las armas atómicas quede sepultado, la sola garantía de que la teocracia no continúe buscando la manera de destruir a Israel,  es la salida del régimen que ha gobernado por tantos años.  De allí que la primera afirmación que planteamos es que Estados Unidos y la mayoría de los países occidentales apuestan al cambio de régimen. En segundo lugar, el gobierno de Irán reaccionará con ataques a intereses de los Estados Unidos y a  sus instalaciones militares, las que estén a su alcance. Mientras escribíamos esta nota nos enteramos de que ya Irán lanzó misiles sobre la base militar de EEUU en la capital de Qatar .Teherán  había advertido  que atacaría instalaciones militares, lo que indirectamente involucrará a los países del golfo en donde están instaladas, incluye a Irak y Siria.

Es muy probable que fanáticos musulmanes regados por el mundo intenten realizar actos de terrorismo en los Estados Unidos o países Europeos. Igualmente movilizaciones de protesta estarán en la escenografía de este conflicto. Todo se suma a una  segura escalada del conflicto como reacción a Israel y los Estados Unidos, con otros aliados y  como respuesta a los diferentes  ataques que se produzcan en los próximos días. El ayatolá Jamenei tendrá que decidir entre buscar la venganza a como dé lugar o abrir la  oportunidad de sentar a sus enemigos en una mesa de negociación para evitar un mayor desgaste de su maltratado ejército o la reacción de una población que, en su mayoría,  aspira a un cambio de régimen sustentado en la opresión y en su obstinada política de destruir a Israel.

Ya la Asamblea Nacional de Irán y prominentes figuras se han pronunciado a favor del cierre del estrecho de Ormuz,  que comunica al golfo Pérsico con el océano Índico, lo que generaría un impacto en el comercio mundial de petróleo,  pero también cerraría la propia capacidad exportadora del régimen.

Además, de atreverse Irán a bloquear el flujo de transporte que circula por esa vía oceánica, obligaría a otros países a reaccionar en contra.

Vienen horas difíciles y  de  mucha incertidumbre. Aunque, irónicamente Rusia se pronuncia contra los ataques unilaterales de Israel y China mantiene una crítica pausada. La guerra entre Ucrania y Rusia sigue sin dar señales claras de un acuerdo que la finalice. El pueblo palestino continúa cargando las secuelas de los actos terroristas de Hamás. Estados Unidos e Israel prevalecen, aún no estamos claros a  qué costo. El cese al fuego no sella la historia aunque sea el fin de un capítulo.

Ojalá que la diplomacia prevalezca y las instancias multilaterales busquen  la oportunidad para replantearse su capacidad disuasiva ante los complejos tiempos que se viven.

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