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Marx, Ortega y chat GPT: de cómo la IA liberará la IH

Tomada de independentndt.co.nz

José Guédez Yépez

25.06.24

A simple vista Karl Marx y José Ortega y Gasset no tienen nada en común y sus tesis pueden parecer antagónicas, sin embargo, existe un paralelismo que suele pasar inadvertido y que tiene que ver con defectos que ambos, a su manera, identifican dentro del sistema capitalista. Defectos que ahora podrán ser corregidos por el propio capitalismo, gracias al auge de la inteligencia artificial. 

Marx criticaba que los trabajadores fueran reducidos a simples apéndices de la máquina para ser tratados como herramientas, convirtiendo el trabajo en algo monótono, repetitivo y despersonalizado, en vez de ser una expresión de la creatividad humana. Por su parte, Ortega y Gasset advertía que los profesionales especialistas tendían a ser ignorantes en todas las demás áreas fuera de su campo de especialización, careciendo de una comprensión integral del mundo y de su tiempo. Denunciaba que la sustitución de la cultura por la mera investigación generaba un fenómeno que describía rotundamente así: “la peculiarísima brutalidad y la agresiva estupidez con que se comporta un hombre cuando sabe mucho de una cosa e ignora de raíz todas las demás”. 

Aunque uno veía en las masas la solución y el otro las consideraba más bien el problema, los dos filósofos advertían lo mismo, la injusticia e inconveniencia que significaba reducir la existencia humana a un engranaje mecánico o una parcialidad excesiva de un sistema que los deshumaniza y descontextualiza. En ambos casos abogaban por una vida más humana, más integral, y sobre todo más creativa. 

Con estas dos tesis podemos abarcar tanto a la clase obrera como a la clase profesional burguesa, unidas bajo una crítica que las victimiza frente al sistema imperante en los últimos dos siglos. Y si sumamos ambas utopías, tendríamos un mundo sin obreros en las líneas de producción y sin profesionales dedicados solo una parcialidad, ignorantes de todo lo demás. Justo el mundo que estamos a punto de presenciar, gracias a la inteligencia artificial. Porque cada vez más la economía capitalista puede prescindir de la mano de obra humana y puede delegar en las máquinas los procesos más especializados. El capitalismo está generando su propia revolución y promete liberar al hombre para que viva su existencia de forma integral y plena.  

Ortega lo llamaba “talento integrador” y lo definía como una especialización en la construcción de la totalidad. Decía que era una necesidad crearlo en las universidades donde estaban saliendo profesionales cada vez más sabios, pero a su vez más incultos por no tener conciencia plena sobre el sistema vital de las ideas de su tiempo. Y es justamente este perfil de profesional culto, extrañado por Ortega hace cien años, el que requiere la era artificial que apenas comienza. Así como la tecnología ha liberado a la clase obrera de los trabajos más enajenantes y repetitivos, de esta forma la IA promete quitarles a los profesionales especializados buena parte de sus tareas más tediosas, para que se conviertan en directores y gerentes de su propio oficio bajo una perspectiva integradora y con plena conciencia de la totalidad. 

Estos cambios a corto plazo son vistos como crisis, porque generan desempleo e incertidumbre, pero a mediano plazo, representan una oportunidad y una evolución. Lo mismo que cuando se pasó del esclavismo al feudalismo y de este al capitalismo. Lo que viene no tiene nombre todavía, pero seguro será diferente. Que las máquinas hagan el trabajo de las personas genera un problema económico inmediato que no sabemos en qué derivará. Hacer sustentable una vida humana cada vez más longeva con una pirámide demográfica invertida (al menos en Occidente) y en medio de esta revolución tecnológica, es sin duda el reto más grande que tenemos en frente. Pero si vemos más allá, podemos saborear un tiempo en el que la inteligencia artificial libere la conciencia humana y la haga asumir su rol creativo e integrador. Con las máquinas sustituyendo a los obreros y la IA haciendo el rol de los especialistas, solo nos queda una opción, ser humanos. 

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