Opinión y análisis

Autodestrucción

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Juan Manuel Trak – 29 de enero de 2016

El país está entrampado en un proceso autodestructivo, a medida que avanza el año las condiciones económicas y sociales empeoran rápidamente. La debilidad del aparato productivo nacional, aunado a la crisis de los precios del petróleo, colocan a los venezolanos en una situación de penuria generalizada. Detrás de esta situación se encuentra un conjunto de lo políticas económicas que partían del supuesto que el Estado tenía la suficiente capacidad de producir y distribuir todos los bienes y servicios que necesita la sociedad.

Al día de hoy la situación es exactamente la contraria, el Estado no solo ha sido incapaz de asumir el rol de la empresa privada, sino que también ha perdido la capacidad de ejercer las funciones mínimas que le son propias. En este orden de ideas, a los venezolanos no se nos garantiza la vida, la salud o la educación, nuestras fronteras son porosas y hay regiones al sur del país que son dominadas por mafias que explotan indiscriminadamente los recursos naturales, por no hablar del narcotráfico. Nuestro Estado es un organismo obeso y débil, incapaz de reaccionar rápidamente ante un entorno cada vez más complejo y dirigido por una élite que solo piensa mantener sus privilegios.

CLVAC-PWgAAME-oEn este sentido, no hay decreto de emergencia o palabras grandilocuentes que puedan resolver las necesidades básicas del país. Desde el poder, el corsé ideológico y los intereses económicos de la élite impiden cualquier iniciativa de cambio y negociación. Entrampados es su verbo y negocios mal habidos, la nueva clase dominante prefiere arrojar al país a la miseria antes que ceder en sus posiciones; lo que conduce inevitablemente a un abismo mucho más profundo al que vivimos hoy.

Desde la oposición las tensiones no son menos importantes, si bien las contradicciones son estratégicas; no dejan de mostrar las dificultades que tenemos como sociedad para ponernos de acuerdo. El objetivo de cambiar el gobierno está claro en la Mesa de la Unidad, la pregunta son los mecanismos posibles para hacer de ello una realidad sostenible. De allí la disyuntiva entre procurar una salida constitucional del gobierno a corto plazo y así generar las reformas necesarias para reflotar la economía nacional; o bien esperar que el gobierno toque fondo y, entre tanto, ir ganado espacios institucionales de poder con el objetivo de re-institucionalizar democráticamente el Estado.

Ambas estrategias tienen sus pros y sus contras. Una salida rápida del gobierno supone altos niveles de incertidumbre sobre la reacción que pudieran tener otras instituciones y actores, lo que pondría en riesgo la estabilidad de un posible nuevo gobierno; sin embargo, un cambio expedito podría suponer encontrar fórmulas para evitar que la crisis sea aún peor. Por su lado, esperar los ciclos institucionales; elecciones, cambios de autoridades en los poderes públicos, garantizaría mayores niveles de estabilidad política; pero corriendo el riesgo que la insatisfacción popular se transforme en un movimiento voraz que incluso destruya a la Mesa de la Unidad.

Así las cosas, el país sigue autodestruyéndose mientras unos buscan mantener el poder y los otros no logran acuerdos sobre cómo alcanzarlo; mientras tanto seguimos sufriendo los embates de la escasez, inflación, inseguridad, falta de servicios públicos, epidemias, y sobre todo frustración. Pero incluso esta tiene un límite…

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2 respuestas »

  1. Muy bueno el análisis, es lo que vemos cada día, disiento solamente en la la parte que dice » » «Así. as cosas, … el país sigue «auto destruyéndose»….no es así, nuestro país sigue igual, maltrecho de tantas locuras humanas, porque solamente las personas se han vuelto viciosas en base a ello están envenenadas de odio, prepotencia, poder, locura, ignorancia, ceguera, sordera, esclavizados, idiotizadas que no saben reaccionar ante tanta destrucción impensada.

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