Carta del Director

La ignorancia es audaz, y a veces fatal

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Caracas, 21 de octubre de 2016

En el día de ayer se produjo uno de los golpes más audaces del régimen al dar el paso de suspender el referéndum revocatorio, como resultado de una iniciativa que, al contrario de lo que hasta ahora han sido las jugadas entre la Presidencia y el Tribunal Supremo de Justicia a las que nos tienen acostumbrados, arranca por una iniciativa coordinada entre cinco gobernadores del oficialismo a través de los tribunales penales de sus respectivas jurisdicciones. Aunque muchos hoy podrán decir que esperar algo distinto era ingenuo, yo debo confesar que en todo esto hay algo que no me cuadra, y que seguramente lograremos entender en las próximas horas.

Y cuando digo que aquí hay algo que no me cuadra, no quiero decir con ello que esperaba que el gobierno permitiera el referéndum revocatorio ni mucho menos. Sobre eso hemos escrito suficiente como para que quienes me leen o me escuchan conozcan mi posición, que no ha variado por años y que me imagino que a algunos ya puedo comenzar a aburrir. Lo que no me cuadra es la manera en que se movieron las piezas en este tablero, en el que no todo el gobierno encaja en la jugada, y que apunta a que ante el peligro que para el régimen representaba el 26, 27 y 28 de octubre se evidenció la fractura interna y los que tiene más que perder, y por ello los más radicalizados, emprendieron  una campaña feroz contra la recolección de firmas para presionar al Consejo Nacional Electoral, al Tribunal Supremo de Justicia y hasta al mismo Maduro por su suspensión. La salida de Maduro del país ayer no es casualidad.

La estrategia del gobierno sigue al pie de la letra la receta de otras historias que recogen estudios como los del Manual del Dictador (Mezquita y Alastair, 2011), La Curva del Aprendizaje del Dictador (Dobson, 2012), entre muchos dedicados a explicar los mecanismos que los gobiernos autoritarios implementan para mantener el poder con o sin el apoyo de las mayorías. Es evidente que a los estrategas del gobierno y a mí nos gustan los mismos libros, y me imagino que para ellos debe resultar tan tedioso leerse mis artículos como para mi leer las intenciones detrás de cada una de las jugadas del gobierno que señalan una ruta y un destino sobre el cual no hay ninguna duda: El régimen autoritario-competitivo instalado por Chávez, al perder su competitividad electoral tras la muerte de su líder fundamental y la reducción de los recursos que sostenían una importante red clientelar, tratará de mantener el poder mediante la represión y su autocratización. Esto también lo hemos repetido en estos artículos, en nuestro libro El Desafío Venezolano (2014) y en múltiples foros desde el 2013.

Lamentablemente, entre los dirigencia política son pocos, aunque los hay,  los que se leen los mismos libros y comprenden cabalmente este proceso y lo que será su evolución, a un punto tal de haber llegado a escuchar a alguno decir,  en la oportunidad de la visita y presentación del libro sobre transiciones de Lowenthal y Bitar en Venezuela, que el proceso venezolano es inédito, único en el mundo, y por lo tanto, aunque agradecido de su visita e interés, nada hay que aprender de las experiencias de otros países que superaron de manera exitosa los procesos de transición democrática, porque Venezuela dictará cátedra al mundo sobre cómo hacer una transición. Como todos sabemos, la ignorancia es audaz, y a veces fatal.

Pero aunque algunos se nieguen a escuchar o leer, es nuestra responsabilidad ética, política, ciudadana, e incluso pedagógica para los audaces, seguir aportando a esta lucha por vencer las sombras que amenazan con hacernos esclavos sin futuro de las delirios totalitarios de unos pocos que continuaran avanzando en su proyecto gracias a la confusión de muchos.

Y en este sentido, y ya que nos atrevemos a afirmar que el régimen por predecible resulta ya tedioso, ¿Cuáles son las próximas jugadas que de seguro estarían evaluando?

Primero, el sector moderado del régimen, que ayer perdió el control de la situación, tratará de convencer a la oposición de regresar a la mesa de diálogo para jugar al policía bueno, mientras el sector más radical buscará su posicionamiento como salvadores del proceso de cara a una posible sustitución de Maduro cuando su salida ya no implique un llamado a elecciones, o sea a partir del 11 de Enero próximo. Si consideramos que lo que vimos ayer tiene las señales de una posible fractura dentro del gobierno, sentarse a negociar no es necesariamente malo, siempre que sea pero bajo otras condiciones, lo que debe comenzar con la negociación de la negociación, o sea de sus reglas, entre las que sería importante la determinación de una agenda, así como la participación de un mediador imparcial y con credibilidad, como lo es el Vaticano.

Segundo, suspendido el proceso de recolección de firmas, si no hay una reacción contundente de la oposición que incluya la presión internacional, social y política, incluida la protesta masiva, y para que ello sea posible disciplinadamente pacifica para no subir las barreras a la participación, el referéndum estaría muerto y la suspensión temporal se convertiría en definitiva por decisión judicial.

Tercero, si no se actúa con contundencia y se pierde este round, vamos hacia la ilegalización de partidos políticos antes de las elecciones de 2017, con lo que se produciría un cambio de régimen hacia un autoritarismo hegemónico, o de partido único, que suele ser el siguiente paso en procesos de autocratización.

Cuarto,  aunque la Asamblea Nacional no está cerrada formalmente, lo está de hecho. La única ventaja que mantiene es la de ser una plataforma institucionalmente protegida de vocería política, y esta ventaja puede desaparecer si se despoja a los diputados de la inmunidad parlamentaria o si se decide el cierre de la Asamblea por desacato y la convocatoria a una nueva elección. Es evidente que el desarrollo de las investigaciones de la Asamblea contra algunos miembros del gobierno, contribuyeron al aumento de los costos de un potencial cambio político para los implicados y a su radicalización. Toca ver ahora si quienes no tienen tales costos les acompañarían en esta peligrosa maniobra de aislamiento y cierre político.

Quinto, se intentará ejercer represión selectiva contra líderes de oposición. La maniobra aunque es muy audaz, necesita de la neutralización de la oposición para estar completa por lo que cabe esperar una ofensiva selectiva hacia las cabezas de la oposición, y en especial hacia quienes abogan por movilizar y tienen la capacidad de convocatoria.

Si no hay una reacción inmediata y eficaz en las próximas 72 horas, que pase por la concertación inmediata de una única línea de acción de parte de la oposición, incluida una movilización masiva que induzca a sincerar la separación de sectores importantes pero moderados del chavismo y del régimen, incluidos a quienes están a la cabeza de las pseudo-instituciones del Estado, así como una pronta condena por parte de la comunidad internacional, la dictadura pura y dura se puede imponer desde los sectores más radicales del régimen. Si la oposición no juega duro hoy, no habrá retroceso.

Pero como resulta que a veces pareciera que algunos no escuchan, o leen, hoy volveremos a decir, textualmente, lo mismo que hemos dicho muchas veces, incluyendo el cierre de la semana pasada en esta misma columna:

 ¨Lamentablemente, todo parece indicar que el gobierno apuesta a su permanencia con o sin el apoyo popular, lo que implica que sin presión social y política no habrá posibilidad alguna de cambio, lo que hace predecible una escalada del conflicto que colocará, ante la precariedad de las instituciones, a los militares ante el dilema de tener que decidir, para bien o para mal, entre convertirse en los verdugos incondicionales de un régimen venido a totalitario o regresar a la institucionalidad que los obliga a ser garantes de la Constitución y la soberanía popular.¨

 

Benigno Alarcón Deza

Director

Centro de Estudios Políticos

Universidad Católica Andrés Bello

 

2 respuestas »

  1. El análisis es válido y la premura de una reacción de la oposición democrática es una gran necesidad, pero nos falta un eslabón emocional para activar esto que se perdió después de la marcha del 1 de septiembre al negociar a escondidas y al despliegue en el manejo publicitario del Gobierno de todo lo que ocurre en el país al revés que ellos describen.

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