
Los jugadores del terreno político miden estrategias y evalúan las variables que determinarán los próximos movimientos en el tablero
José Gregorio Yépez
En la política es indispensable manejar los tiempos como en los deportes de conjunto, en los que hay que saber administrar las jugadas, la estrategia y las “mañas”.
En el beisbol un “manager” debe saber cuándo salir a protestar y hacer que lo expulsen del partido para levantar el ánimo de un equipo que está perdiendo. En el fútbol un director técnico de tener el olfato para ordenar retener el balón o mandar a “meter pierna fuerte”, en ese momento del juego cuando el adversario se le viene encima.
La oposición agrupada en el G4 y sus aliados hizo su jugada y puso sobre el terreno su fecha de primarias y trabaja en función de acumular fuerzas para presionar un cambio político en el país.
Ahora le toca jugar a la administración Maduro que debe evitar el éxito de la estrategia opositora para no ser desalojado del poder.
¿Cuáles son las jugadas que se avecinan?
Del lado opositor se trata de avanzar en el tema de participación y cohesión de una coalición de organizaciones que han dado pruebas reiteradas de mezquindad y miopía a la hora de calcular o de “administrar los tiempos” que le han sido favorables.
Los partidos de oposición que convocan a las primarias deben tratar de meterse en el juego, quitarle el balón para pisarle el área al oficialismo.
La administración Maduro desde el poder debe minar el juego de su adversario. El PSUV juega duro y no pierde tiempo. Jorge Rodríguez aseguró que no hay negociación en México sin levantamiento de sanciones.
La idea del oficialismo es “esconder el balón”, ganar tiempo en la media cancha y cansar a su adversario. Está tratando de mantenerlo alejado de su portería y en el caso de que se acerque saldrá a “reventar balones”, “meter pierna fuerte” y “dar la falta a tiempo”, lejos del área para evitar el tiro penal.
Frente a este escenario la variable “economía” jugará un papel decisivo en las necesidades de los actores que pelean en la arena política.
La percepción de la población sobre la gestión de los dirigentes está directamente vinculada a la situación económica.
La crisis del bolsillo de los venezolanos puede ser el marcador que condicione los movimientos de los capitanes de los equipos para saber cómo llevar el juego y decidir en qué momento cambiar a un jugador por otro o pedir una jugada específica. Bien sea mandar a dar un “bolazo” o jugar al “fuera de juego”.
¿A quién le conviene?
En estas analogías el adelanto de elecciones sería una jugada que solo puede realizar quien detenta el poder en función de administrar los tiempos a su favor.
Entonces… ¿Quién necesitaría adelantar las elecciones?
“Si eso ocurre es porque al Gobierno de Maduro le convendría” sostiene el politólogo Jesús Castillo Molleda, quien indica que esta jugada “obligaría a la oposición a organizarse rápido y para los diferentes grupos que la representan no va ser posible lograr la unidad sólida”.
“El PSUV tiene la narrativa para hacerlo porque la oposición lleva tiempo pidiendo adelanto de elecciones. Además el Gobierno puede decir que son ellos los que están sacrificando un año en el poder en caso de perder”, sostiene el analista.
Por otra parte señala que “el PSUV es el único partido capaz actualmente de cubrir los 14.262 centros de votación del país con testigos y movilizadores. Si la economía se complica más, la necesidad de adelantar elecciones se acelera si sienten que en el 2024 va ser peor”.
El analista Pedro Benítez coincide en que el único que puede adelantar las elecciones es el Gobierno “porque Maduro tiene el poder para hacerlo”.
Sin embargo, advierte que hacerlo “es tirar una moneda al aire. Puede pasar cualquier cosa, así la oposición no resuelva el tema de una candidatura unitaria. Puede aparecer un tercer factor que capitalice el descontento y ganar las elecciones”.
Benítez hace la siguiente operación matemática sobre los resultados de la elección de gobernadores y alcaldes de 2021: “Un poco más de cuatro millones de votos se manifestaron en contra del Gobierno. De esos, 2 millones 200 mil votaron en la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que son básicamente los partidos de la Plataforma Unitaria”.
“Podemos decir que hay un sector importante de dos millones de votantes opositores o descontentos con la línea oficial que no se expresaron en la tarjeta de la MUD. Eso en la historia política venezolana de los últimos 10 o 15 años es un hecho inédito. Hasta ahora habían sido las candidaturas de la Unidad Democrática, que se constituyó formalmente en 2009, las que habían capitalizado el voto opositor contra la linea oficialista y del PSUV”, llama la atención Benítez.
Ante este escenario Benítez se pregunta: “¿Puede la Plataforma Unitaria revertirlo? ¿Pueden las primarias resolver eso? Son preguntas que están planteadas sobre la mesa y no pareciera que entonces la oposición en su conjunto pueda resolver la candidatura unitaria por una decisión unilateral de Maduro”.
La economía marca
Al mirar el escenario económico se encuentra una variable que podría incidir en una decisión de adelantar las elecciones.
Luis Vicente León, presidente de Datanális, en su evaluación de los escenarios 2023 indica que si fracasan las negociaciones de México y se produce “la cancelación de licencias existentes” como la de Chevron, este escenario “tendría un impacto terrible en la evolución económica y alejaría cualquier posibilidad de avance político, provocando el adelanto de elecciones sin oportunidad alguna de flexibilización para la oposición”.
Por su parte Jesús Castillo Molleda afirma que Maduro “depende del péndulo de la economía. Si mejora, él sigue mejorando y bajando los niveles de rechazo. Si empeora sube el rechazo. El dólar va ser un indicador crucial para Maduro”.
“Si la economía mejora en el año 2023 entonces es el año de la elección, si empeora, entonces sí se hace necesario que se hagan las elecciones presidenciales para el PSUV en el año 2024, para intentar recuperarse”, señala el politólogo.
Ante este planteamiento del tema económico y el adelanto de elecciones Pedro Benítez ve más preguntas que respuestas. ¿Por qué Maduro querría recortar su periodo?
“¿De acuerdo a la estrategia de recuperación económica de Maduro le conviene recortar su periodo? Pareciera que no. Necesita un tiempo para consolidar su recuperación económica que a juzgar por datos como inflación es una recuperación fallida. Venezuela sigue teniendo la inflación más alta del mundo”, señala Benítez.
Alerta que “la estrategia de retrasar el tipo de cambio, que los precios en dólares también estén aumentando, es un golpe adicional a los venezolanos que han tratado de dolarizar sus ingresos y por allí también se les está castigando”.
“Tienes una recuperación con patas cortas. Más allá de alguna flexibilización que ha redundado en abastecimiento, pero no hay una recuperación del salario real de los venezolanos y no hay economía firme”, descata el historiador y analista.
Mach Point
El adelanto de las elecciones seguirá gravitando sobre el escenario político durante los próximos meses y el desarrollo del proceso de las primarias opositoras será una de las variables a tomar en cuenta para una jugada de este tipo.
La administración Maduro pagaría un costo alto a la hora de hacerlo de manera unilateral, sin embargo cualquier precio será ínfimo ante el peligro de perder el poder.
Por el lado opositor no se vislumbra un “Plan B”, frente a un escenario de este tipo, lo que hace prever poca capacidad de respuesta ante un “jaque” a mitad del juego.
Habrá que esperar las nuevas jugadas y la definición de estrategias en un escenario donde un equipo que se cohesiona ante el “enemigo externo” y otro equipo que juega a fuerza del talento aislado de cada uno de sus jugadores.
Desde aquí no tenemos bolas de cristal para ver el futuro y proyectar el último inning de este partido, solo andamos con pies planos pisando tierra frente a la realidad política del país.
El juego sigue.
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