
La renuncia de rectores principales y suplentes del Consejo Nacional Electoral anunciada el pasado 15 de este mes obligó a la Comisión Nacional de Primaria a decidir que la elección del candidato opositor para las presidenciales de 2024 será autogestionada. Se trata de una jugada, no la única, que forma parte de la estrategia del gobierno para detener el avance de la elección opositora, ya que su objetivo es imponer su estrategia de “divide et impera” que le ha servido en el pasado para hacer del oficialismo una mayoría relativa. Para la CNP, se trata de un desafío que la obliga a actuar sin dilación, ya que la posibilidad de un adelanto de la elección presidencial entra de nuevo en escena
Aunque se venía hablando de esta posibilidad, la renuncia de los rectores principales y suplentes del Consejo Nacional Electoral vinculados con el oficialism,o anunciada el pasado 15 sin mayores explicaciones, tomó por sorpresa a la sociedad en general, especialmente a los actores políticos y a la Comisión Nacional de Primaria, justo cuando ésta esperaba la respuesta del organismo sobre las características de la asistencia técnica que se había solicitado para la elección opositora del 22 de octubre. Esta es una de las tantas medidas que el oficialismo estaría dispuesto a promover para hacer naufragar la primaria sin que aparentemente el gobierno tuviera metida sus manos allí.
Lo que viene a partir de ahora es un ambiente plagado de incertidumbre, tanto para el gobierno como para la oposición por las iniciativas que cada uno estará tomando. Por el lado del gobierno, porque, considerando que los números en las encuestas no están a su favor, se jugará con más de una acción para tratar de sepultar la posibilidad de una iniciativa como la primaria, cuya principal función -además de elegir un candidato único de la oposición- es la de neutralizar la estrategia oficialista “divide et impera” para movilizar a la población en torno a un solo objetivo, que es el cambio político. Por el lado opositor, se requerirá de nuevas estrategias y enfoques para encontrar el camino de la unidad y el compromiso que necesarios para enfrentar el reto político que tiene por delante, con los obstáculos que ha venido poniendo el gobierno (y algunos “opositores”) a la concreción de esta ruta.
El escenario actual, como lo planteamos entonces, es que no habría acuerdo en lo político electoral y eso llevaría a la no realización de la primaria, con una oposición dividida y fragmentación de candidaturas donde podría verse el posicionamiento de un candidato y el gobierno trabajando para que haya dispersión del voto. En esa línea, donde el gobierno espera que no haya elección opositora, éste decide sacar del camino a los rectores actuales del CNE para que se complique la posibilidad de llevar adelante el proceso sin el apoyo técnico del organismo electoral.
En este escenario la CNP debe avanzar de la manera más rápida posible en la organización del proceso para hacerle más costoso al gobierno que impida la realización de los comicios opositores. Pero es de esperarse que el gobierno continúe intentando desprestigiar e impedir la primaria, induciendo el retiro de algunas candidaturas que justificarían su no participación (aunque manteniendo) la candidatura presidencial, alegando desacuerdos con las reglas o procedimientos o tratando de restarle legitimidad y credibilidad a la consulta, como ya ocurrió con Benjamín Rausseo, y, si ello no fuese suficiente, apelando a otros mecanismos de manera progresiva que incluirían las acciones judiciales, intimidación y persecución contra los miembros de la CNP, tratando de acusarlos por diferentes causas, e incluso con un posible adelanto de elecciones presidenciales.
Sin embargo, no hay que obviar que este escenario de persecución es incómodo para el gobierno porque podría generar reacciones negativas por parte de la comunidad internacional que pueden afectar el proceso de “normalización” que se viene impulsando desde las cúpulas del poder para disminuir la presión externa.
El adelantar las presidenciales también podría poner a la primaria en aprietos ante la necesidad de tener un candidato elegido a la brevedad posible para que, dado el caso, cuente con insuficiente tiempo y recursos para montar una campaña que movilice efectivamente a la población. Y esto pudiera ser un campanazo o una alerta para la CNP, que estaría ahora en una carrera contra reloj para cumplir con su misión de legitimar un liderazgo como referente unitario de la oposición democrática. Se requiere con urgencia, en ese sentido, activar las juntas regionales, municipales y parroquiales porque si el gobierno se decide por una elección presidencial temprana algunos dirigentes opositores clamarán por la opción de consenso bajo el argumento de que los tiempos no darían para buscar recursos, montar campañas y movilizar gente.
En todo caso, lo que sí está clarísimo es que al gobierno lo que le interesa es que la primaria fracase. De allí que ya están haciendo todo lo posible en esa dirección, como el hecho de torpedear la utilización de instituciones educativas, instalaciones eclesiásticas y hasta plazas públicas como centros de votación. En esas condiciones lograr la apertura de unos 2.800 centros de votación que, según los expertos en materia electoral, son necesarios, será cuesta arriba.
En conclusión, el proceso de la primaria ha entrado en una nueva fase, luego de la decisión de la CNP de autogestionar el proceso, obligada por la renuncia de los rectores del Consejo Nacional Electoral, el pasado 15 de junio, lo que se convierte en un desafío para la instancia que tiene en sus manos la organización del evento donde debe definirse el liderazgo que se encargará de representar a la oposición en las presidenciales.
Para la Comisión Nacional de Primaria toma mayor urgencia poner el proceso en movimiento, sobre todo en las regiones, donde se esperan lineamientos precisos para desplegar la logística y promover el evento en la ciudadanía. Pero, además, debe acelerar el paso para definir y negociar aliados para establecer los centros de votación, dado que ahora no cuenta con la infraestructura del CNE. Y, por otra parte, emprender una campaña comunicacional que no descanse solo en los candidatos, tanto interna como externamente, lo que representa uno de los retos mayores, dadas las limitaciones de acceso a la información por parte de la población.
Para la sociedad civil, incluyendo a los partidos políticos, la primaria sigue siendo la gran oportunidad de activarse en función de que ocurra una transición, de manera que se trata de un desafío que debe asumirse sin sumarle piedras a las que el gobierno estará poniendo para que la iniciativa opositora fracase.
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