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Consejos de Maquiavelo al Príncipe (gobernante)

José G Castrillo M (*)

El 21 de junio de 1.527, muere Nicolás Maquiavelo, historiador, filósofo político y escritor italiano, considerado el padre de la ciencia política moderna. Es recordado como representante teórico del realismo político, en el ejercicio del poder. Su obra más conocida “El Príncipe”, relata y describe una serie de enseñanzas sobre el ejercicio del poder político, sustentado en su experiencia como funcionario diplomático de su Florencia natal, y en los estudios que realizó sobre el uso y ejercicio del poder en la historia de la política.

Sus preceptos se centran en múltiples estrategias acerca de cómo mantener el poder, por lo que resultó en una especie de manual para los príncipes o gobernantes. Para unos, sus enseñanzas representan una aberración sobre el ejercicio del poder; para otros, es la expresión preclara del ejercicio natural del poder político en la historia de la humanidad.

El arte y ejercicio del poder ha sido una actividad extremadamente compleja, porque ha implicado siempre para quien gobierna, tener la astucia para conservar el poder, cuando se ejerce en función de una idea o programa político, en un contexto lleno de dificultades y de necesidades, que suponen tomar decisiones que pueden afectar algunos intereses legítimos, preceptos morales o religiosos.

Los pensadores humanistas y la iglesia católica, rechazaron los preceptos delineados por Maquiavelo, dado que la lógica del poder como la describió este autor, implicaba una racionalidad que rebasaba las ideas de estas corrientes de pensamientos: el hombre por naturaleza desea el poder y se gobierna con y para los hombres, no para la religión.

El príncipe se convirtió en un texto clásico para los teóricos del poder, los estudiosos de la estrategia en el ámbito de la política y en la gestión empresarial.

Hay lecciones que transcienden el paso del tiempo, siguen teniendo vigencia, por supuesto en un contexto que evoluciona y cambia.  En mi lectura de esta obra clásica, expongo algunas de las lecciones o consejos que se extraen de este breve ensayo de la ciencia política de nuestro Nicolás Maquiavelo.

  • Contar con fuerzas propias: Expresa esta idea que cualquier obra del príncipe o gobernante que procure lograr un fin, debe contar con recursos propios, sean políticos, organizacionales, financieros. Ello garantizaría el logro de los objetivos propuestos. Aunque a veces requerimos apoyos y recursos de otros, siempre se debe procurar tener los medios o recursos propios, que sean controlados a voluntad por el gobernante, en función de sus necesidades estratégicas o tácticas.
  • Ser temido antes que amado, sin llegar a ser odiado: El ejercicio del poder supone la capacidad de distribuir de forma autoritaria (con autoridad) recursos, generalmente escasos, entre varios actores que los desean y pujan para obtenerlos del gobernante. Esa distribución de recursos, genera malestar para los que no los obtienen. El gobernante debe mantener su autoridad para explicar el porqué de dicha distribución y generar compensaciones o explicaciones satisfactorias a los afectados.
  • Combinar la fuerza del león y la astucia del zorro: En la gestión de la vida colectiva es fundamental que el gobernante sepa usar el poder inteligente, entendiendo por tal, la disposición de equilibrar el uso del poder duro-fuerza y el poder blando/persuasión/zanahoria, en la gestión de los problemas colectivos, en función de la necesidad de mantener el orden social.
  • Saber administrar la hacienda o economía:  El gobernante debe gestionar la economía en forma que se generen los recursos necesarios para cubrir las necesidades sociales fundamentales. Se debe crear riquezas para redistribuirla en forma sostenible en el tiempo (política económica responsable). Se debe evitar el derroche de los recursos públicos porque al final el pueblo lo aborrecerá, decía Maquiavelo.
  • Respetar la propiedad privada:  el gobernante debe respetar y proteger la propiedad privada de sus ciudadanos, evitando afectarla, salvo cuando se requieran por razones de utilidad pública, y sí debe expropiarla, con la indemnización legal respectiva.
  • Mantener al pueblo contento:  Ello mediante la gestión de buenos servicios públicos, acceso a alimentos, educación, renta básica o de ingresos y una red de seguridad social efectiva para todos sus ciudadanos, por igual.
  • Capacidad de anticipar y responder a los problemas: Se entiende como la inteligencia contextual del gobernante para prever los cambios o mantenimiento de   tendencias y la posibilidad de la emergencia de eventos disruptivos o cisnes negros, que podrán afectar la acción de gobierno a corto, mediano y largo plazo.
  • Rodearse de hombres/mujeres de méritos: Armar un equipo de asesores, consejeros o conocedores de los temas de gobierno o de gestión pública, evitando los aduladores o aplaudidores de oficio, porque pondrán velos en la cara del gobernante y lo aislarán de la realidad.

Todas estas estrategias descritas para mantener y ejercer el poder, en el mundo de hoy, deben estar enmarcada por la responsabilidad del líder, el principio de la legalidad de los actos de gobierno y por la noción del bien común.

(*) Politólogo/Magister en Planificación del Desarrollo Global.

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