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Participación y primaria: ¿Cuánto se necesita?

José Gregorio Yépez

La elección primaria de la oposición venezolana, aglutinada en la coalición denominada Plataforma Unitaria y sus aliados, tiene distintos retos por delante para ganarse la legitimidad ante la población y plantarle cara al poder ejercido desde Miraflores por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) junto a sus aliados civiles y militares.

La participación de la gente en este evento se muestra como una variable de peso que elevaría los costos a quienes detentan el poder, en el caso de desconocer la trascendencia política del resultado de este evento e impedir que quien sea electo en este proceso pueda medirse en las próximas elecciones presidenciales.

Uno de los principales obstáculos a salvar es la tendencia creciente de la abstención en el país.

Este fenómeno ha sido generado por decisiones erráticas de la oposición y por acciones estratégicas del PSUV y sus aliados, en función de crear desconfianza en el sistema electoral.

Después del “pico” de participación electoral de 2012 y 2013, con niveles alrededor del 80%, la abstención en las elecciones venezolanas ha venido ganando espacios.

Salvo las elecciones parlamentarias de 2015, todos los procesos de los últimos 10 años han registrado una abstención igual o mayor al 39%. En el último proceso de elecciones regionales y locales de 2021, la abstención, oficialmente reconocida por el Consejo Nacional Electoral  bajo la mirada de la observación internacional de la Unión Europea, fue de 59,7%.

Los referentes

Ciertamente una elección primaria no puede medirse bajo los parámetros de una elección efectiva a un cargo específico, sin embargo esta resulta un medidor del peso que puede tener de cara al proceso definitivo.

En Venezuela las primarias más recientes, previas a una elección presidencial, las ubicamos en 2012, cuando la coalición denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a un proceso de este tipo.

Según Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo de la MUD hasta 2014 y uno de los responsables de la organización de este evento, las proyecciones de participación que se plantearon fueron 10% del padrón electoral que para el momento era de 17,9 millones de electores.

Con el apoyo técnico del Consejo Nacional Electoral acudió al evento un poco más del 16% del universo habilitado para votar.

Esto se tradujo en una participación efectiva de 3,07 millones de personas y el triunfador, Henrique Capriles, obtuvo 1,9 millones de votos y ganó el derecho de disputar las elecciones presidenciales con Hugo Chávez Frías.

En los comicios presidenciales esa votación opositora se transformó en 6,5 millones de votos para la opción de la MUD, derrotada por los 8,1 millones de votos de Chávez, en las elecciones con la mayor participación registrada en lo que va del siglo.

Para la época Chávez contaba con un nivel de aceptación que se ubicaba entre 40% y 60% según la encuestadora que lo midiera.

El miedo…

El escenario que se sirve en este momento frente a las primarias encuentra a una población desconectada de los dirigentes opositores, según los sondeos con mayor influencia en la opinión pública.

En esta situación, la tarea de entusiasmar a los electores se hace cada vez más empinada.

Para que la eleccion convocada para el 22 de octubre alcance el mismo nivel de participación que la experiencia pasada requerirán que efectivamente voten por lo menos 3,5 millones de personas, tomando en cuenta el padrón electoral utilizado en las elecciones regionales y locales de 2021.

…de unos…

El fantasma de los casi 3,1 millones de participantes en 2012 se esconde en los rincones de la Comisión Nacional de Primaria, ya que un número inferior le pondría plomo en el ala a esta iniciativa opositora.

El fenómeno de la migración forzada golpea de manera muy fuerte la base electoral de la oposición y el voto en el exterior no es una variable para resolver este problema: al 27 de junio no alcanzaban a inscribirse 70.000 personas en el registro de votación de la primaria. 

Sin el conteo oficial del CNE, la primaria se ve obligada a ganar una batalla política frente a los electores y poder generar la sensación de “musculo popular” que termine motivando a la población camino a 2024.

…y de otros

Por su parte el oficialismo llena de piedras el camino de la oposición.

Complicar la logística, demorar los procesos, judicializar candidatos y eventualmente adelantar las elecciones, son los escenarios que se sirven en este contexto, viéndolo desde la perspectiva de la coalición dominante.

En 2012 la votación opositora de la primaria se duplicó en la elección presidencial de ese mismo año. La votación de Henrique Capriles se multiplicó por tres al pasar de 1,9 millones hasta alcanzar los 6 millones de votos contra un Chávez con 40% de aceptación.

Hoy el oficialismo lee las mismas mediciones que muestran un rechazo a la gestión de Nicolás Maduro en porcentajes que superan el 70%.

Una primaria exitosa es un riesgo demasiado alto para una gestión con tan poca aceptación y de allí que apenas estamos viendo “el aperitivo” de lo que puede ser plato fuerte de un bloqueo a la primaria.

Que la elección pueda aglutinar el sentimiento de rechazo a la gestión gubernamental es muy peligroso para el poder instalado en Miraflores.

Las otras variables

Más allá de las variables netamente políticas hay que tomar en cuenta la situación económica del país.

Las limitaciones para aceder a los bienes y servicios de primera necesidad, la imposibilidad de cubrirlos con un solo salario, son factores que alejan a la gente del debate político electoral.

La urgencia con la que deben resolverse los problemas de alimentación, vestido y calzado, servicios públicos, salud, educación, colocan las prioridades lejos de una primaria opositora.

Asimismo el tema combustible y suministro eléctrico son herramientas que pueden usarse para complicar la movilización opositora.

Por otra parte, la desconexión del discurso de los dirigentes con las necesidades de la población hacen que esta le dé la espalda, y no precisamente por estar despolitizada.

Pareciera que, al contrario, es una actitud de alta politización de la sociedad, que termina excluyendo de su centro de interés a la dirigencia que vive en una constante confrontación interna y no se ocupa de los problemas de la gente.

Acciones movilizadoras

La primaria requiere de acciones que logren conectar con la población descontenta y que esta vea la posibilidad de que este evento incida en la construcción de una salida a su situación precaria.

Se necesitan iniciativas y acciones que favorezcan la movilización del voto aun en las condiciones más adversas, es decir: el aparato de control social activado con sus versiones UBCH y CLAP, el amedrentamiento del aparato de seguridad del Estado y sus instrumentos paraestatales como “los colectivos”.

Los candidatos opositores como María Corina Machado, Henrique Capriles y Andrés Caleca también entendieron que deben hablarle al chavismo de base, ese que siente las carencias así reciba las ayudas de la política asistencialista.

“Quiero decirle a la gente de bien que alguna vez creyó en el chavismo y que hoy se sienten engañagados, traicionados, que no tengan miedo que aquí estamos con los brazos abiertos”, dijo María Corina Machado luego de inscribir su candidatura.

Por su parte Capriles señaló que “sin los votos de los que en su momento apoyaron al expresidente Chávez no podremos ganarle por nocaut a Maduro”.

Sin el respaldo electoral de por los menos el 80% de los venezolanos en el exterior que tienen posibilidad de votar, el respaldo del chavismo de base se vuelve una necesidad para una victoria opositora.

Y entonces…

El candidato que salga favorecido debe aglutinar una votación importante que lo proteja de una inhabilitación sobrevenida o, en el caso de ser un inhabilitado, le permita exigir, respaldado por el voto popular comprobado, su derecho a participar.

Nicolás Maduro obtuvo 6,2 millones de votos, según el CNE, en 2018…

¿Cuántos votos debe obtener un candidato en la primaria opositora para “frentear” con eficiencia el proceso electoral venidero?

¿Qué volumen de participación en la primaria elevaría los costos de impedir la participación del candidato electo en las próximas elecciones?

¿Cuánto respaldo popular se requiere para que la presión internacional tenga un asidero cierto internamente?

La participación se presenta como una variable de peso que puede generar presión sobre la coalición dominante y mejorar las condiciones asimétricas de la interacción política en el país.

La participación es un elemento decisivo para pensar en la posibilidad cierta de un cambio político en la Venezuela de estos tiempos y la primaria opositora debe poner a jugar esta herramienta a su favor.

¿Qué pasará? Hay que esperar porque no tenemos bolas de cristal para ver el futuro, solo andamos con pies planos pisando tierra y viendo la realidad política, económica y social del país.

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