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Los nuevos desafíos y las amenazas contra las primarias de la oposición

Alex Fergusson

El nombramiento de la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE) por parte de la Asamblea Nacional (AN), prendió las alarmas, pues sus principales designados son exfuncionarios del gobierno, miembros del PSUV y figuras políticas opositoras, miembros de partidos intervenidos parcialmente y cuyos devaneos con el régimen son harto conocidos.

El asunto no es nuevo y se ha planteado desde hace meses, por lo cual todos estamos conscientes de lo que ocurre y de lo que podría ocurrir: el gobierno hará todo lo que esté en sus manos (por las buenas o por las malas), incluido el uso de sus “compatriotas cooperantes” infiltrados, para entorpecer o evitar que el movimiento popular que se ha construido alrededor de las Primarias de la oposición, siga adelante y se consolide como la más grande amenaza a su continuidad en el poder.

El pueblo opositor y los desencantados del gobierno, que son más del 80% de la población, ya lo saben. Si no, observen cómo se mantiene y crece la respuesta de la gente ante el llamado a movilizarse, y como crece el número de movimientos sociales y políticos, así como de personalidades que expresan públicamente, su adhesión al proceso y, particularmente, a la candidata María Corina Machado (MCM).

No obstante, habrá que ser cuidadosos, pues a ese movimiento tratarán de sumarse algunos seudopartidos o franquicias electorales y hasta personajes en desgracia, que ven en ese nuevo liderazgo triunfador, una oportunidad de ganar algo o recuperar lo perdido, de acuerdo al refrán: “el que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”.

Respecto a las primarias en sí, el proceso ha logrado superar muchos obstáculos, incluido el de los sitios de votación, y está permitiendo aglutinar el voto opositor frente a las aspiraciones de continuismo del sector oficialista. También está logrando motivar a la gente y contrarrestar las “trampas” previstas.

A lo interno, todavía enfrenta la posibilidad de que algunos de los candidatos perdedores, heridos en su orgullo, vean esfumarse sus aspiraciones y decidan sumarse al juego divisionista y lanzar sus candidaturas independientes, así como la de la complicación (como ya está ocurriendo) del lanzamiento de candidaturas adicionales, provenientes de los “grupos políticos independientes” o que se dicen opositores pero que han estado coqueteando, descaradamente, con el gobierno desde hace ya bastante tiempo.

Como ejemplo, vemos la “alianza” que han creado los partidos UNT y PJ entre sus líderes Rosales y Capriles. Todo ello indica que la oposición venezolana se enfrenta a un desafío que podría ser incluso peor que el oficialismo: la fragmentación de la unidad. 

Mientras tanto MCM sigue ganando apoyos y ahora se suma un movimiento, pequeño, pero políticamente importante, como es ConvergenciaVe.

Para enfrentar las amenazas, se han logrado acuerdos entre los principales líderes, como el apoyo incondicional al candidato de consenso que resulte electo, y el respeto a las reglas del juego de la Comisión de Primaria; y el de consolidar la fuerza popular requerida para forzar al gobierno a negociar un acuerdo para la transición democrática luego de las primarias.

Así que el tema, ahora, será como construir una Unidad fuerte entre líderes que ya están mostrando que sus intereses particulares son más importantes que el “bien común”.

Con relación a las amenazas y obstáculos, MCM ha comentado que aspira a que “como están ocurriendo las cosas y como está reaccionando el país tendremos la fuerza para derribar los obstáculos” … “Este país despertó y tenemos la oportunidad de transformarlo en el 2024 para siempre” … “En la primaria vamos a elegir un liderazgo que sea capaz de ir derribando barrera tras barrera”. “… hoy queremos que la comunidad internacional entienda que los venezolanos escogimos una vía para canalizar toda esta indignación y también estas aspiraciones, que es a través de las primarias. Queremos que todos estos actores internacionales cuiden, respeten, acompañen las primarias«.

Mientras tanto, el gobierno sigue trabajando la estrategia de “su candidato de consenso”, para el cual ya hay varias opciones en el mercado, y sigue urdiendo nuevas artimañas, entre las que podría estar la promoción de eventos violentos que le permitan justificar la anulación de las primarias y hasta la propia elección presidencial, incluida las falsas denuncias de intentos de golpes de Estado o rebeliones militares por parte de la oposición, aunque sabe el costo que está pagando ante la comunidad internacional y el impacto negativo que tienen en el pueblo venezolano.

Surge ahora un nuevo elemento que requiere atención: ¿qué ocurrirá si las primarias no pueden realizarse, bien sea por razones operativas o políticas? O si se adelantan las elecciones presidenciales como ha señalado, recientemente, el gobierno.

Si se llega a ese punto, no hay dudas de que ello pondrá a prueba la congruencia y el talante democrático del actual liderazgo opositor; ¿será capaz de poner el “bien común”, que es salir del gobierno, por encima de sus aspiraciones personales, y respetar los acuerdos firmados, atendiendo a la realidad del liderazgo que ya se definió?

Será urgente, entonces, iniciar una cruzada para adecentar la política, llegar a acuerdos, trascender la falta de compromiso político e ideológico, las apetencias personales y el particularismo, y llegar “hasta el final”, unidos y de la mano del pueblo opositor, especialmente ahora, cuando el gobierno comienza a mostrar signos de creciente debilidad que lo mueven al uso de la violencia como arma política.

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