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Sin un proceso de primarias propio, y con la popularidad de su posible candidato Nicolás Maduro por el piso, el chavismo está usando el referendo por el Esequibo como un mecanismo para activar sus bases

Héctor Antolínez

Al pensar en la elección presidencial de 2024 se suele pensar en todas las ventajas que el gobierno de Nicolás Maduro tiene sobre cualquier oponente que vaya a enfrentar. Sin embargo, existe una única ventaja de la oposición democrática sobre el chavismo: la primaria del 22 de octubre de 2023.

Este evento, más allá de su resultado, fue un catalizador para el liderazgo de María Corina Machado, activó las bases de diversos partidos políticos y generó cierta esperanza en sectores opositores que hasta hace poco se oponían a la ruta electoral.

Desde el chavismo no existe, o no existía un mecanismo para responder a esto, quizás es por eso que de la nada, la alta dirigencia del PSUV decidiera hacer del tema del Esequibo algo urgente y meritorio de un referendo consultivo.

Ahora bien, el referendo no tendrá ningún tipo de relevancia en el procedimiento que actualmente se adelanta entre Guyana y Venezuela en la Corte Internacional de Justicia, y tampoco ofrecerá una postura nueva por parte de los venezolanos, que en su mayoría, apoyan el reclamo territorial. ¿Qué ofrece entonces esta elección? Una oportunidad de articulación para el chavismo.

Más allá de la posibilidad de articularse, para el politólogo Piero Trepiccione, el referendo es “una respuesta” ante “el entusiasmo que nadie se esperaba tras el evento del 22 de octubre (primaria). Ahí hubo un error de cálculo del Gobierno”.

“Fueron dos errores: primero, subestimar la participación en el escenario actual, y segundo, arreciar los ataques contra una candidata que se volvió un búmeran y terminó convirtiéndose en la referente más importante del liderazgo opositor venezolano”, explicó el académico.

Trepiccione dijo además que el referendo busca “diluir” el impacto que causó la primaria opositora en el país y en la propia opinión pública, ello aparte de buscar tercerizar el sentimiento nacionalista de los venezolanos por el Esequibo y llevarlo al chavismo, aunque alertó que esto no siempre funciona. “En la política no siempre pasa que 2 más 2 es 4”.

“Es una forma de preparación para el 2024 (…) Es una forma de probar y aceitar maquinaria, de medir impactos y capacidad de movilización. El referendo sirve para muchas cosa además del tema nacionalista y de la región del Esequibo, ahí hay un pulso institucional, nacionalista”, señaló.

Camino a las presidenciales y ausencia de primaria

Probablemente una persona se preguntaría por qué el chavismo no responde al efecto de la primaria opositora con una primaria propia. Existen varios motivos como la impopularidad de Maduro, pero además está uno muy claro: el PSUV no es un partido democrático.

Fernando Spiritto, también politólogo, defendió esta afirmación al calificar al partido de gobierno como “autoritario con un liderazgo netamente vertical”, agregó además que pese a su alto rechazo, “la candidatura de (Nicolás) Maduro nunca ha estado en discusión, al menos hasta donde uno sabe”.

“Eso de medirse en una primaria no es algo que vaya con la élite gobernante”, afirmó.

Otro motivo para apostar por el referendo en lugar de una primaria es que al acudir a un tema como la lucha por el Esequibo se aspira a tender una red que sea capaz de atraer o involucrar más personas. “No quieren perder tiempo, prefieren ir al referendo porque puede mover más gente”.

Spiritto aseguró entonces que el referendo en realidad es “un primer paso de un proceso más largo que durará meses, en el que el chavismo movilizará muchos más recursos pensando en el 2024”, una especie de calentamiento antes de un ejercicio.

“Ellos necesitan empezar a ejercitar los músculos porque lo que les viene el año próximo no es fácil. Van a tener que hacer un ejercicio de movilización sin precedentes. Es un gobierno muy débil, por eso tienen que sumar todas las previsiones que les permitan ganar las elecciones”, explicó.

El referendo del 3 de diciembre no guarda ninguna sorpresa sobre su resultado, en las cinco preguntas ganará la opción del Sí de forma abrumadora. Tampoco habrá sorpresa en el impacto que tendrá en el proceso en la Corte Internacional de Justicia: será nulo. La verdadera incógnita queda entonces en si el chavismo logrará efectivamente la activación de sus fuerzas pensando en la presidencial del año 2024. Solo el tiempo responderá eso.