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Venezuela se aleja cada vez más de las democracias del mundo

Tomada de La Razón

La falta de libertades económicas y humanas promovidas por los modelos autocráticos han llevado a esos regímenes a generar el 83% del hambre que se padece en el mundo. En los últimos años Venezuela comparte con esos modelos autoritarios los más bajos registros en libertad humana y económica

Francisco Olivares

Las recientes medidas tomadas por el régimen de Nicolás Maduro confirman la decisión del grupo que gobierna al país de profundizar el camino del modelo autocrático y distanciarse definitivamente de las democracias occidentales y las libertades que garantizan la convivencia de todos los factores políticos y sociales del país.

Cuando Maduro ratifica que se mantendrán en el poder “por la buenas o por las malas”, reafirma que no está dispuesto a ceder espacios para que la sociedad civil venezolana se organice y participe en “elecciones libres” y en un proceso de transición en donde exista alternabilidad en el poder.

En los hechos solicitar elecciones libres, un derecho consagrado en las leyes, como establece el acuerdo que se produjo en Barbados, resulta ahora una acción “terrorista” que ha llevado a políticos y líderes sociales a ser perseguidos y enjuiciados por traición a la patria.

La detención de coordinadores regionales de Vente Venezuela, organización de la candidata María Corina Machado, electa en primarias para representar a la oposición en las presidenciales de 2024, a los que se sumó el proceso contra la defensora de derechos humanos  y especialista en temas militares, Rocío San Miguel y sus familiares, echaron por tierra los acuerdos de Barbados y las medidas de flexibilización que llevaron a la liberación del aliado económico de Maduro, Alex Saab, y los sobrinos de la pareja presidencial.

Este camino no comenzó con Maduro en 2013, sino que fue el modelo implantado en el país desde que Hugo Chávez llegó al poder hace 25 años. Ese sistema ha generado consecuencias sociales y económicas que han puesto a Venezuela a formar parte de las autocracias más atrasadas del planeta y  con menos libertades,  y al día de hoy se encuentra en los últimos lugares de desarrollo, libertades, institucionalidad, Estado de derecho, educación, salud y todos aquellos factores que permiten que un país progrese, opere en convivencia y funcione regulado por las leyes e instituciones y no por el capricho e intereses de una casta gobernante.

Las consecuencias de estas últimas decisiones de Nicolás Maduro y sus aliados internos cierran las pocas posibilidades de que Venezuela pueda recuperar su economía, reconstruir su industria y reducir el éxodo de ciudadanos que migran diariamente hacia otros países.

Países con hambre

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) da cuenta de que los países que registran el 83% del hambre en el mundo han estado gobernados por autocracias o sistemas no democráticos. Las cifras relativas al hambre en el mundo para 2022 se sitúan entre 691 y 783 millones de personas. Desde 2015 el aumento del número de personas subalimentadas en el mundo ha mermado prácticamente todos los progresos que se habían logrado durante el decenio anterior. La inseguridad alimentaria ha crecido de forma significativa, pasando de 25,3 % de la población mundial en 2019 al 29,6 % en 2022.

Las cifras más recientes de la FAO señalan que para 2021 Venezuela tenía la tasa de subalimentación más alta de la región con 22,9% en su Índice de Prevalencia de Subalimentación (IPS). “Este 22,9% es tres veces el promedio de la región. El promedio de inseguridad alimentaria de América del Sur es de 8,6%. O sea, Venezuela no solo está en una inseguridad alimentaria plena, sino que sus cifras triplican a sus pares regionales y se acerca al porcentaje de subalimentación de algunos países de África”, explicó Susana Raffalli al portal Efecto Cocuyo. Según la FAO Venezuela alcanzó la cifra de 7,5 millones de personas subnutridas. 

Sin libertad no hay desarrollo

“Las limitaciones a la libertad económica, con la imposición de marcos regulatorios y la ausencia de un Estado de derecho, tienen un impacto directo tanto en la realidad económica de los países como en el día a día de la vida de cada ciudadano”, señala el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (CEDICE) al referirse a los estudios de Fraser Institute sobre libertades. Esta idea, que parece de sentido común, ha sido validada por una serie de artículos académicos arbitrados que fueron analizados por el Fraser Institute como parte del Índice de Libertad Económica en el Mundo (EFW), explica CEDICE.

El índice evalúa cinco componentes clave de la libertad económica en una muestra de 165 países: tamaño de gobierno, sistema legal y derechos de propiedad, moneda sana, libertad de comercio y regulaciones laborales y crediticias. El índice publicado en Economic Freedom of the World mide el grado en que las políticas e instituciones de los países apoyan la libertad económica.

En esa medición se hace énfasis en la elección personal, el intercambio voluntario, la libertad para acceder a los mercados, competir y la seguridad de la persona.

En dicho estudio correspondiente a 2023, Venezuela ocupó el último lugar. Le sigue Zimbabue, un país en permanentes conflictos, donde Robert Mugabe gobernó desde 1980 hasta 2017 cuando se produjo un golpe militar perpetrado por sus propios aliados. Le siguen otros países que no tienen democracia y padecen  conflictos armados como Siria, (enfrentada con el Estado Islámico), Sudán, Yemen, Irán y Libia.

En los primeros lugares se encuentran las economías más desarrolladas: Singapur, Suiza, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Irlanda, Dinamarca, Australia, Reino Unido y Canadá, países democráticos que suelen liderar los mejores niveles de vida para sus ciudadanos.

Libertad humana

La libertad humana es un factor indispensable para que un país avance hacia el desarrollo. El Índice de Libertad Humana (IHL) de Fraser Institute de Canadá es considerado la medida de libertad más completa para muchos países alrededor del mundo. Ese índice clasifica igualmente a 165 países en función de 83 indicadores distintos de libertad personal, civil y económica.

El Índice de Libertad Humana presenta una amplia medida, entendida como la ausencia de coerción. Este estudio anual utiliza indicadores distintos en las siguientes áreas:

-Estado de derecho

– Seguridad y protección

– Desplazamientos

– Religión

– Asociación, reunión y sociedad civil

– Expresión e información

– Relaciones

– Tamaño del gobierno

– Sistema jurídico y derechos de propiedad

– Moneda fuerte

– Libertad de comercio internacional

– Reglamentación

En ese último estudio con datos entre 2000 y 2020,  Venezuela ocupó  el puesto 163 entre 165 países,  solo superado por Siria y Yemen. Acompañan a Venezuela en esa escala negativa: Burundi,  Iraq, Somalia y Sudán, entre otros.

Desde luego que en la contraparte se destacan las más sólidas democracias occidentales como Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Irlanda, Suecia, Islandia entre otros.

Rumbo a mayor pobreza

El rumbo autocrático con ausencia de libertades que se ha aplicado en Venezuela profundizará para 2024 la caída económica que ya se registraba desde 2013. La ficha de cambio del régimen venezolano para reducir sanciones ha sido la oferta de permitir ciertas libertades, un proceso electoral libre y equilibrado, y liberar presos políticos. Un intercambio que han preferido no aceptar por el riesgo de perder el poder en unas elecciones libres. Un costo muy grande para un gobierno con un rechazo que se estima en 85%.

Ahora aspiran a realizar un proceso electoral con organismos controlados, sin observadores internacionales de la ONU e independientes, con las inhabilitaciones a candidatos con opción de triunfo y promoviendo candidaturas “opositoras” que dividan el voto y ofrezcan una imagen de libertades.

La crisis económica aumentará la emigración por las fronteras y desde luego se mantendrán las trabas al voto de más de 7 millones de venezolanos, que ya están en el exterior.

A pesar de ese escenario negativo, del lado opositor, la organización civil a favor de un cambio hacia la democracia va a seguir creciendo y movilizándose bajo nuevos liderazgos, en el que hoy está convergiendo la mayoría opositora, e incluso, amplios sectores que antes estuvieron alineados con el chavismo.

La desinstitucionalización, el crimen organizado, la corrupción y el descontento general seguirán teniendo un efecto destructivo en el país, que también afectará la estabilidad de la estructura política y económica del régimen de Maduro y hará muy difícil la llegada de inversionistas y la ayuda financiera de sus aliados internacionales.

De manera que el juego de poderes para 2024 aún no está claro o definido para el sector oficialista, y resulta muy complejo para la mayoría del país que aspira a un cambio hacia las libertades.  

@folivares10 IG y Twitter

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