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Un giro a la relación gobierno-universidad

Tulio Ramírez

26.06 24

El panorama actual de Venezuela presenta un escenario complejo, marcado por años de retroceso en diversos ámbitos, incluyendo el educativo. Las universidades, pilares fundamentales para el desarrollo del país, han sufrido un deterioro significativo producto de políticas gubernamentales erradas. En este contexto de cambio y renovación, surge la urgente necesidad de restablecer una relación sólida y productiva entre el Estado y las casas de estudio.

Durante las últimas dos décadas, las universidades autónomas venezolanas han enfrentado un proceso sistemático de debilitamiento y desmantelamiento. El cerco presupuestario, el control ideológico y la fuga de talento humano han sido algunos de los factores que han mermado su capacidad de investigación, docencia y extensión. Hay cifras que para cualquier analista serían objeto de alarma.

Entre 2015 y 2019, más de 3.000 profesores universitarios abandonaron sus puestos, lo que equivale al cierre de una institución como la Universidad Central de Venezuela (UCV). Esta misma institución al igual que otras universidades nacionales han visto reducir su presupuesto desde 2017, en más del 97%, lo que ha imposibilitado el desarrollo de proyectos de investigación, la actualización de infraestructura y la formación adecuada de los estudiantes. La producción científica de Venezuela ha caído drásticamente, pasando de representar el 4% de la producción regional en 1999, a un magro 0,6% en 2024.  La matrícula universitaria ha disminuido en más del 40% en la UCV, y en un 70% en la UPEL durante los últimos 10 años.

La recuperación de Venezuela exige el resurgimiento de sus universidades como centros de conocimiento, innovación y formación crítica. Para ello, es indispensable un giro radical en la relación entre el gobierno y la academia, basado en los siguientes principios:

  1. Autonomía Universitaria: Respeto irrestricto a la autonomía de las universidades, garantizando su libertad académica, administrativa y financiera.
  2. Financiamiento Adecuado: Asignación de un presupuesto justo y transparente que permita el óptimo funcionamiento de las universidades.
  3. Recuperación del Talento Humano: Implementación de políticas que incentiven el regreso de los profesores y estudiantes que han emigrado y atraigan nuevos talentos.
  4. Fortalecimiento de la Investigación: Fomento de la investigación científica y tecnológica como motor del desarrollo nacional.
  5. Vinculación con la Sociedad: Promoción de la interacción entre las universidades y la comunidad para abordar los desafíos del país.

Las universidades, a su vez, deben comprometerse con la sociedad venezolana, poniendo su conocimiento y experticia al servicio del país. Esto implica fortalecer la formación de profesionales de calidad, desarrollar investigaciones relevantes para el desarrollo nacional y contribuir al debate público sobre los grandes desafíos que enfrenta Venezuela.

Otro compromiso es el de rendición de cuentas. La universidad debe administrar con autonomía pero con transparencia su presupuesto. Rendir al país los frutos de esta administración sería, además de un rasgo de responsabilidad, un ejemplo para todas las instituciones que administran dineros públicos.

Entendemos que reactivar a las universidades autónomas para sacarlas de la precaria situación en la que se encuentran, es una tarea compleja pero necesaria. Con el compromiso del nuevo gobierno, la comunidad universitaria y la sociedad en general, es posible construir un futuro más próspero y esperanzador para Venezuela, donde la educación superior sea un motor de progreso y desarrollo social.

La reconstrucción de Venezuela no puede concebirse sin la participación activa y protagónica de las universidades. Un nuevo pacto entre el gobierno y la academia, basado en el respeto, la colaboración y el compromiso mutuo, es indispensable para sentar las bases de un futuro próspero y sostenible para el país. Las universidades, revitalizadas y empoderadas, tienen el potencial de convertirse en motores de transformación social, impulsando el desarrollo científico, tecnológico y humanístico de la nación.

En este contexto, se hace un llamado al nuevo gobierno a tomar medidas urgentes para revertir el deterioro de las universidades y establecer las bases para una relación sólida y productiva entre el Estado y la academia. La construcción de un futuro mejor para Venezuela pasa por el reimpulso de la educación superior como pilar fundamental del desarrollo nacional.

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