Ángel Oropeza 11.09.25

Con profundo honor y mayor responsabilidad recibo la encomienda de asumir la dirección del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno “P. Francisco José Virtuoso S.J.” de la UCAB. Agradezco primero que todo la confianza de las autoridades de la Universidad al solicitar integrarme y liderar una institución que ha sido generadora de formación, pero además un espacio de pensamiento crítico y análisis riguroso en nuestro país.

Agradezco y reconozco el trabajo de mi amigo Benigno Alarcón, quien fue el fundador de este Centro hace ya muchos años y cuyos méritos son innegables y ampliamente conocidos. Para Benigno no hay otra cosa que reconocimiento y un profundo agradecimiento. Igualmente reconozco y aplaudo el trabajo del equipo de profesionales que laboran en la institución, cuyo compromiso con la misión del Centro se ha traducido exitosamente en productos de formación, investigación e incidencia de alto y positivo impacto tanto para la universidad como para el país.

La UCAB es más que una universidad,  es un compromiso con Venezuela. Y el Centro de Estudios Políticos no es sólo un espacio académico. Es una herramienta para ayudar a entender y transformar nuestra realidad compleja. Por eso, asumo esta responsabilidad con una convicción clara: nuestra misión es doble.

Por un lado, ser un espacio de excelencia académica, donde la disciplina científica, la metodología rigurosa y la debate democrático y amplio de ideas sean nuestra divisa. Promoveremos la investigación que no le huye a los temas difíciles, que pregunta, que contrasta y que ilumina todos los rincones de la política.

Por otro lado, y de manera igualmente importante, nuestra misión es ser un puente institucional. Un puente entre la academia y la sociedad, entre las ideas y la acción. En los difíciles momentos que vive nuestro país, el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno debe ser un laboratorio de diálogo, donde se construyan consensos mínimos a partir del disenso respetuoso. Somos instrumentos de una universidad que, como lo ha afirmado reiteradamente nuestro rector, el padre Arturo Peraza, nunca podrá ser neutral porque siempre estará al lado de la verdad, la justicia, los valores democráticos y la defensa de los derechos humanos, pero que al mismo tiempo no renuncia a la necesaria tolerancia y amplitud que ha caracterizado desde siempre a nuestra Universidad Católica.

Trabajaremos en cuatro direcciones concretas: investigar, formar, divulgar e incidir, en comunión permanente y estrecha no sólo con la misión sino con los planes estratégicos de la Universidad.

Baruch Spinoza, filósofo racionalista del siglo XVII, decía que “toda la certeza de los profetas  -esos cuya misión y carisma es interpretar la historia y la realidad desde la perspectiva de lo que Dios quiere para sus hijos-  estriba en estas tres cosas: en una imaginación viva y precisa; en un signo, y final y principalmente, en un ánimo inclinado a lo justo y a lo bueno”.  En otras palabras, claridad en el discernimiento, compromiso en la lucha y espíritu decidido, para que sirvan de faro esperanzador de que, a pesar de la oscuridad y la inclemencia del oleaje, la barca sepa que hay un puerto visible y hay que remar en esa dirección. En estos momentos de oleaje inclemente, la Universidad Católica Andrés Bello reitera su vocación de faro y de profeta, y su Centro de Estudios Políticos y de Gobierno aspira a ser un instrumento fiel y eficaz que contribuya a esta misión.  Que el buen Dios nos acompañe en esta tarea.