Extraído de: Página de la UCAB / Jueves, 27 de marzo de 2014
Especialistas se congregaron este lunes 17 de marzo, en el Aula Magna, para analizar las causas y consecuencias de las recientes protestas. La iniciativa tuvo por nombre Balance y valoración de la protesta: la Universidad en la encrucijada actual. Aunque se manifestaron múltiples opiniones, hubo un punto de encuentro: el descontento ciudadano debe expresarse de manera más organizada y, sobre todo, con un enfoque social.
En el encuentro participaron Luis Vicente León; director de Datanálisis; Francisco Márquez, consejero universitario UCAB; Jesús “Chúo” Torrealba, conductor del programa El Radar de Los Barrios; Luis Pedro España, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales UCAB; Mercedes Morales, directora de Proyección a la Comunidad; y Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y moderador del encuentro.
Encuentro con las comunidades
El director de Datanálisis indicó que 60% de la población no considera positiva la guarimba. Piensa que una manifestación se hace más exitosa cuando “surge de toda una sociedad que se organiza y articula para impulsar cambios concretos”.
En tal sentido, la protesta debe concentrarse en los problemas que aquejan a diario a los venezolanos.
Torrealba indicó que el reciente descontento ha logrado que la comunidad internacional dedicará su atención a Venezuela, revelar a un gobierno debilitado y represivo, reencontrar a la gente con el poder ciudadano y poner al país de frente a sus carencias.
Pero ahora los ciudadanos deben ir a una forma más organizada de evidenciar su inconformidad con las políticas del gobierno, esto pasa por encontrarse con las comunidades populares y apoyar a estas en las reivindicaciones que por años ha pedido, como un funcionamiento efectivo de los servicios públicos y solución a la inseguridad en las barriadas.
Indicó que ya han surgido iniciativas en el seno de comunidades de clase media: “Varias zonas de El Cafetal están reuniendo a sus profesionales (médicos, abogados, ingenieros y educadores) para ayudar a las comunidades populares”.
Invitó a los presentes a multiplicar experiencias similares y la mejor forma de hacerlo es: “Primero, que lleves una palabra de respeto y, segundo, que lleves ayuda al que lo necesita”. En esto los universitarios pueden ser de gran utilidad con sus conocimientos y habilidades, siempre con respeto y compromiso genuino con el otro.
Morales indicó que antes de la llegada de este gobierno la UCAB ya contaba con una trabajo en las comunidades, por ello sabe lo clave que es dialogar con las barriadas.
En la actualidad, la universidad cuenta con 371 voluntarios, 1.015 alumnos en cátedras con compromiso social, todos ellos inciden sobre en una población de más de 37 mil personas.
Francisco Márquez consideró clave la conquista de un diálogo permanente entre los universitarios y los barrios más humildes: “Es importante la reconciliación nacional porque una victoria electoral no es sostenible en el tiempo si el país permanece divido y los problemas económicos siguen siendo los mismos.
Liderazgo en crisis
Si en algo parecen parecerse el oficialismo y la oposición por estos días es en la crisis de liderazgo. La actual crisis ha puesto en evidencia a un gobierno inestable y a una oposición con dificultades para conducirse.
León informó que las recientes mediciones indican que la mayoría de la población considera que el Ejecutivo no se encuentra en una situación positiva, a lo que hay que sumar el agravamiento de problemas económicos, por ejemplo: 47% de los productos alimenticios regulados no se encuentran en los mercados.
“El gobierno ha recibido una herencia económica complicada de la gestión del presidente Chávez, y no va salir de ese problema si la otra parte del país no es convocada a la solución”, expresó el sociólogo España.
Dialogo
Tanto España como León consideran que la oposición se ve obligada a dialogar con el gobierno sobre los principales problemas que aquejan a la población.
Alarcón opinó que es vital un diálogo que permita subsanar los desequilibrios existentes y que le impiden a la oposición participar en igualdad de condiciones. De allí que no sea descabellado pedir que la instituciones, como el Consejo Nacional Electoral o el Tribunal Supremo de Justicia, no pertenezcan a una parcialidad política, sino que gocen del respeto de todos los sectores del país.
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