Carlos Romero Mendoza – 8 de julio de 2016
La Asamblea Nacional reconoce que hay una crisis alimentaria en el país y, en consecuencia, logra por mayoría aprobar un Acuerdo el 11 de febrero de 2016, en el cual hay una serie de acciones propuestas que no deben perderse de vista y que, por su contenido, requiere que esas exigencias allí establecidas sean asumidas como exigencia permanente de la sociedad civil organizada.
Entre las acciones propuestas en el Acuerdo, está la presentación de un Plan de Seguridad Alimentaria; el llamado para que el Banco Central de Venezuela y el Instituto Nacional de Estadística presenten información periódica, detallada sobre la escasez de alimentos y sobre una serie de indicadores que son importantes conocer como, por ejemplo: las cifras relativas a la pobreza, esperanza de vida al nacer, entre otros temas.
La Asamblea también acordó que se solicite la información necesaria para evaluar las operaciones de la Corporación Venezolana de Alimentos y de las otras empresas públicas dedicadas a la producción agrícola, alimentos y materia prima. Así mismo, se exhortó a buscar con detalle el contenido y alcance de los tratados que se han suscrito por Venezuela con otros países en materia alimentaria.
Luego de ese Acuerdo, unos días después, el 17 de febrero de 2016, el Presidente Maduro anuncia la reestructuración de la Misión Alimentación, además de informar que por corrupción hay más de 55 personas de abastos Bicentenarios presas y ordenar la captura de los presidentes de la Corporación Venezolana de Alimentos y de Bicentenario[1]. La reestructuración del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación logra concretarse el 20 de febrero de 2016, en Gaceta Oficial 40.852.
Otro cambio se concreta el 19 de mayo de 2016, en Gaceta Oficial 40.907, con la creación de la Corporación Única de Servicios Productivos y Alimentarios C.A., adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Alimentación y cuyo objetivo es el desarrollo integral de las actividades del proceso productivo del sector alimentario, articulando los programas y proyectos de impulso al mejoramiento de la productividad del sector alimentario; incrementado la oferta y calidad de los alimentos para el pueblo garantizando el abastecimiento continuo, estable y permanente a la población entre otras actividades conexas.
Esta Corporación viene a sustituir a otras dos corporaciones. La primera de ellas es la Corporación Venezolana de Abastecimiento y Servicios Agrícolas, C.A (CASA), creada en 1989 y cuya misión estaba orientada a fortalecer, desarrollar y promover la rearticulación de las relaciones entre el campo y la ciudad, impulsando la producción agrícola.
La segunda es la Corporación Venezolana de Alimentos SA, creada el 1 de marzo de 2010 en Gaceta Oficial 39.376, cuyo objeto era la producción, industrialización, distribución e intercambio de todo tipo de proceso alimenticio; la fabricación, compra, venta, comercializacion y almacenamiento de todo tipo de productos agrícolas; gestionar, formentar, producir, administrar, tranformar, industrializar, exportar, importar, comercializar y distribuir cualquier de producto proveniente del sector agrícola e industrial y sus derivados.
Esta reestructuración que lanza el Presidente coincide con el Acuerdo de la Asamblea Nacional, pero requieren ser evaluados para comprender su alcance, que se limita a reordenar los actores que inciden en la seguridad y soberanía alimentaria.
Acompañando a esa Corporación Única, debería estar lo que se llama Comisión Presidencial para el Abastecimiento Agroalimentario, que fue adecuada el 26 de marzo del 2015 y cuyo objeto es garantizar la articulación del Estado con otros actores a los fines de garantizar la seguridad y soberanía agroalimentaria; pero luego, surge para los ciudadanos una importante confusión cuando, ese mismo año, el Gobierno anuncia un Estado Mayor para el Abastecimiento, y en 2016 un Estado Mayor de los Consejos Locales de Abastecimiento y Producción[2], que por cierto, según nota de prensa, el pasado 4 de julio evaluaba el Plan de Abastecimiento y Producción. ¿Qué pasó entonces con la Comisión Presidencial
Esos Consejos Locales de Abastecimiento y Producción se plantean como una herramienta para una efectiva distribución de productos, que en su aplicación se ha visto salpicada de corrupción, manipulación política y discriminación.
Para Aristóbulo Istúriz, Vicepresidente de la República y García Carneiro, Gobernador de Vargas, hasta ahora el Gobierno no ha logrado eficiencia en la distribución de alimentos e incluso, como afirma Isturiz, no existe verdaderamente un sistema de distribución de verdad[3].
Acompañando a estos CLAP, están otro actores llamados Consejos Populares de Abastecimiento y Producción, anunciados en mayo de 2015, instancias que estarían en cada fábrica del país, como ofensiva a la denominada guerra económica. Su objeto era asegurar que todo el ciclo agroalimentario, la producción primaria, la transformación, la producción, la distribución y comercialización vuelva a su normalidad.
¿Toda este intento o invento de institucionalidad podrá garantizar seguridad y soberanía alimentaria? La dinámica diaria advierte que la respuesta es negativa. Los venezolanos reclaman respuestas.
El partido Un Nuevo Tiempo, acaba de presentar un Plan para el Pleno Abastecimiento que se sostiene en cuatro objetivos: Garantizar la seguridad jurídica de los productores de alimentos; el desarrollo productivo de doce rubros de cultivos anuales y permanentes, el desarrollo de la ganadería y la promoción del sector pesquero[4]. ¿Qué planteará ese Plan de Abastecimiento y Producción que evaluaban el 4 julio el Estado Mayor del Clap?.
Un insumo fundamental que debe considerarse en este debate no es otro que el proyecto de Ley para la activación y fortalecimiento de la Producción Nacional. En conclusión, si nos preguntamos qué podemos hacer los ciudadanos para enfrentar la inseguridad alimentaria, una respuesta inmediata sería ocuparnos del tema. A tal fin la propuesta de Plan de Abastecimiento de Un Nuevo Tiempo, el proyecto de Ley mencionado y el Acuerdo formal de la Asamblea Nacional, son tres herramientas suficientes para que en asambleas, acompañados de dirigentes políticos y representantes electos, cada ciudad levante su voz de reclamo por Seguridad Alimentaria y de manera contundente rechazar la discriminación política que el CLAP representa en estos momentos.
La existencia del CLAP y la reestructuración que el gobierno impulsa del Ministerio de Alimentación y la Misión Alimentación, son dos evidencias irrefutables de lo que la Asamblea Nacional advirtió en febrero 2016, hay una crisis alimentaria y el día a día reitera que el Gobierno no tiene capacidad para garantizar a los ciudadanos el acceso a los alimentos de manera oportuna, libre y de calidad. ¡No podemos ser indiferentes, con el hambre y la dignidad del ser humano no se juega!
[1]Maduradas.com. Maduro anuncia reestructuración de redes de alimentos bicentenarios por mafias: el Bicentenario se pudrió. 17 de febrero 2016. Online en: http://www.maduradas.com/maduro-anuncia-restructuracion-de-redes-de-almentos-abastos-bicentenario-se-pudrio/
[2]Minci.gob.ve. Estado mayor de los CLAP evalúa y ajusta plan nacional de abastecimiento y producción. 04 de julio de 2016. Online en: http://www.minci.gob.ve/2016/07/estado-mayor-de-los-clap-evalua-y-ajusta-plan-nacional-de-abastecimiento-y-produccion/
[3]Vicepresidente reconoce que han fallado en la distribución de alimentos. 18 de enero 2016. Online en: http://efectococuyo.com/economia/vicepresidente-reconoce-que-han-fallado-en-la-distribucion-de-alimentos
[4]El Informador. UNT presentó el Plan PAPA para solucionar escasez de alimentos. 6 de julio 2016. Online en: http://www.elinformador.com.ve/2016/07/06/unt-presento-plan-papa-para-solucionar-la-escasez-de-alimentos/#.V35e3DH-loc
Categorías:Opinión y análisis
Excelente.
El problema colateral de llevar la inf, de las tres propuestas legislativas que Ud cita, a asambleas populares; y comentarlas, analizarlas y ponerlas en boca ciudadana para que sirvan de referencia para «exigir» que se garantíce nuestro derecho a tener acceso a la alimentación es que, por los momentos; y debido a 1) la propia escasez, 2) la especulación de los bachaqueros y 3) la devaluación del valor del trabajo (sueldos y salarios miserables y sin derecho a huelga); la desesperación por soluciones inmediatas para el inmediato momento, hace que en tales asambleas populares el mensaje de soluciones estables de mediano y largo plazo suene… pesimista, por decir lo mejor, y no entusiasma sino que entristece.
Es mi parecer, desde aquí, desde esta esquina de mi pobre barrio Punta de Mata, de la ciudad pobre de Tinaquillo, del más pobre municipio Falcón, de mi pobre estado Cojedes que ése discurso de las tres propuestas legislativas debe venir, o ir, acompañado de un plan de emergencia de efecto inmediato. ¡De yaa para yaaaa! Porque más de la mitad de la gente que conozco o come cuando halla o medio come una vez al día y los más afortunados (comerciantes que fueron exitosos y aún la mueven por aquí y por allá) dos veces. (En mi casa comíamos las tres papas y un merendazo ahora sólo dos al día y pichirriando y somos tres: dos médicos y yo que soy militar jubilado). Lo que le digo de mis conocidos incluyen niños, ancianos, mujeres y mascotas.
¿Que entonces cuál es la solución? Elemental: ya sabemos que los que han generado y mantienen vigente el problema son los del poder ejecutivo (militares incluidos). Y sabemos que ellos no es que no quieren entender, es que no pueden y es fácil comprender esa actitud; pues, no hay forma de explicarle cómo y dónde duele el hambre al que tiene la barriga llena y la nevera full.
No va a ser co asambleas que resolvamos, eso será después de sacar a estos locos. Hoy en día, al covocar tales asambleas populares la gente llega con hambre a la reunión o no llegan porque les dá verguenza que los vean recontraflacos cual cadáver ambulante.
Así que hay un solo Plan de Emergencia válido, inmediato y efectivo y aquél que lo proponga buen proponedor será (sea quien sea) se trata del relevo urgente de los que ostentan el Poder Ejecutivo. Con hambre no hay fuerzas ni pa exigir, así que no habrá rebelión popular. De abajo pa’ arriba no habrá nada (con o sin asambleas populares),
Sólo los líderes de oposición tienen la autoridad para lograr tal relevo de un suaz, también de «ya pa ya», aunque un desconocido líder outzider(sic) también nos serviría a los que estamos aquí abajo con la bota militar en el pescuezo (ofreciéndonos disciplinarnos) y la bolsa del CLAP en la nariz.
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