Es tiempo para una reforma electoral
Daniel Fermín Álvarez – 8 de julio de 2016
Venezuela es un barril de pólvora. Todos los días hay protestas, intentos de saqueos, violencia. La crisis arrecia. Los venezolanos ya no comen tres veces al día. La jornada se va en una cola, en un ruleteo. La dignidad da paso a la necesidad. El gobierno, incapaz de resolver la situación por encontrarse entrampado en el dogma, la soberbia y lo turbio, apuesta por la represión. El tono es prepotente. Amenaza, persigue. Ya son muy pocos los que le tienen alguna fe. En la calle hay un pueblo expectante, viendo cómo es que vamos a salir de esta, y cuándo.
El día de ayer, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, convocó a los medios de comunicación. No era una rueda de prensa, sino una declaración, sin derecho a preguntas. Desde el momento de la convocatoria, corrieron los rumores: Anuncios sobre el referéndum revocatorio; noticias sobre las elecciones regionales. El país vio frustradas sus expectativas rápidamente. Ni una palabra sobre el revocatorio, que millones, incluso desde el oficialismo, ven como una válvula de escape. Ni un segundo sobre las regionales. La señora Lucena, lejos de cumplir con su rol, convocó a los medios para cantar sus penas.
Esta es solamente la más reciente acción de un CNE partidizado que busca, como sea, evitar que se realicen elecciones en Venezuela. La declaración de la señora Lucena, por lo que dijo, pero sobre todo por lo que no dijo, constituye un irrespeto al pueblo venezolano. De nuevo, queda de manifiesto la absoluta discrecionalidad de un Poder Electoral subordinado, que está muy lejos, no sólo de lo que quieren los venezolanos, sino de lo que ordena la Constitución.
¿Qué se le pide a las rectoras del CNE? Que hagan su trabajo, y que lo hagan como manda la Constitución. Ni más, ni menos. Esa exigencia es, para las rectoras, una ofensa. Y es que la disonancia es cada vez mayor entre las exigencias del pueblo, que quiere expresarse, y las de la cúpula del PSUV, que quiere aferrarse al poder y los privilegios. No se pueden servir a dos señores, y las rectoras, en lugar de servir al pueblo de Venezuela, han decidido obedecer al sexto rector y al proyecto político al que deben todo, empezando por sus cargos…
En su Carta del Director, Benigno Alarcón escribe “No es diálogo o revocatorio, es diálogo y revocatorio”. El profesor Alarcón analiza el panorama político y el tema de una transición democrática en Venezuela, haciendo hincapié, una vez más, en los costos de represión, tolerancia y salida del poder como elementos clave.
En Debate Ciudadano, Carlos Romero nos trae “Inseguridad alimentaria”, una crítica a la política alimentaria del gobierno, que finaliza con un llamado a la participación de cara a un tema tan importante que no puede esperar.
Fernando Arreaza, en su Bitácora del Poder, escribe “Una historia chavista”, un testimonio doloroso de la lamentablemente frecuente discriminación laboral por motivos políticos que impone el régimen del presidente Maduro.
En el Espacio Plural, José Bucete presenta “Al rescate de Venezuela”, su perspectiva sobre la carrera de obstáculos en pro del cambio político, mientras que José Gregorio Delgado escribe la primera entrega de “Un día para recordar”, dedicado al Día del Abogado en Venezuela.
Las constantes burlas del Consejo Nacional Electoral nos convencen cada vez más de la necesidad de que la Asamblea Nacional discuta y apruebe urgentemente una Reforma Electoral. Desde hace meses, los diputados tienen en sus manos un proyecto presentado por un grupo amplio y diverso de venezolanos preocupados por la calidad del sistema electoral, en el que confluyen la Academia, la sociedad civil organizada y el mundo político. Es un proyecto de avanzada, para acabar con la discrecionalidad del CNE y otorgar reglas claras, transparencia e integridad a los procesos. La propuesta puede consultarse aquí.
Los venezolanos no confían en este CNE. Lo saben viciado, subordinado a intereses partidistas. Aun así, quieren votar porque quieren salir del atolladero por la vía pacífica, electoral, democrática y constitucional. Pero en esta dinámica del coyote y el correcaminos, se agota la paciencia de la gente. Hay temas, como la salud y la alimentación, que no pueden esperar. En la pobre actuación del CNE se juega la paz de la Nación.
Por eso urge actuar ahora. Si los venezolanos hemos de dirimir nuestras diferencias en paz, debemos hacerlo con reglas claras, para que en nuestras elecciones se respete la voluntad popular y no estemos sujetos al capricho de actores que, violando el cargo, cogen línea de Miraflores.
No faltará quien diga, con genuina preocupación, que no es el momento, que el país está en otras cosas. Pero viendo lo que ocurre con las regionales, con el revocatorio, en cada actuación del CNE, en cada declaración de sus rectoras, lo obvio es lo contrario: es tiempo para una reforma electoral. Para hacer las cosas bien solo hace falta voluntad. La pelota está en la cancha de los diputados de la Asamblea Nacional. Estamos seguros de que no defraudarán a los venezolanos que en ellos depositaron su confianza.
Categorías:Editorial, Opinión y análisis
ESTOY COMPLETAMENTE DE ACUERDO EN QUE SE REALICEN TODAS LAS REFORMAS AL CONSEJO NACIONAL ELECTORAL PODER PUBLICO QUE SE DEBE AL PUEBLO Y NO A PARCIALIDADES POLÍTICAS POR QUE PIERDE ASÍ SU ESPÍRITU AUTÓNOMO CONTEMPLADO EN LA CONSTITUCIÓN Y SU PROPIO REGLAMENTO, ASÍ QUE COMO PUEBLO DETERMINO QUE LOS INTEGRANTES DEL PODER ELECTORAL NO DEBEN TENER APEGO POLÍTICO PARTIDISTA ALGUNO SI NO NO SIRVEN PARA ESTAS FUNCIONES
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Totalmente de acuerdo con una reforma electoral.
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Resouesta 2[
Miguel Pinto Salvatierra. C.I. 1330490
La Asamblea Nacional en este momento crucial de la sociedad venezolana, ejercer su misión de protección del país de las trampas que evidentemente el oficialismo está armando para que no se realice el Referendo Revocatorio. La MUD (si se siente débil) debe ponerse los pantalones y promover una estrategia de manifestación popular para presionar la realización del RR este año 2016. Si el diálogo constituye una necesidad, la premisa debe ser REVOCATORIO Y DIÁLOGO. Si hay que prescindir de uno de los dos, que sea el segundo; pues el primero no debe discutirse sino REALIZARSE.
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* Se aprecia claramente que el oficialismo está tratando de que no se realice el Referendo revocatorio este año. El deseo que impulsa esa conducta es: mantenerse en el poder.
* La MUD debe ponerse los pantalones y promover una estrategia de manifestaciones populares para presionar la realización del RR en 2016.
* La Asamblea Nacional debe ejercer su papel y presionar por el RR
* Si el diálogo se mantiene como importante, el orden debe ser: REVOCATORIO Y DIÁLOGO y no lo opuesto.
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