
La comisión regional, adscrita a las Naciones Unidas, en su más reciente informe, no solo describe las cinco características de la crisis de la COVID-19 sino que explica detalladamente cómo impactará esta situación a los países de América Latina y El Caribe y hace recomendaciones a los Estados para enfrentar la delicada situación
Yira Yoyotte
En su más reciente informe denominado “Coyuntura, escenarios y proyecciones hacia 2030 ante la presente crisis de COVID-19”, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), asegura que el mundo se encuentra ante una crisis sanitaria y humanitaria sin precedentes en el último siglo.
En la mencionada evaluación la comisión regional, adscrita a la Organización de las Naciones Unidas, con sede en Santiago de Chile, precisa que esta crisis, generada por el coronavirus, llega en medio de un contexto económico ya adverso y que a diferencia de la situación del año 2008, esta no es una crisis financiera sino de personas, de salud y bienestar.
Agrega que frente a una economía de guerra resulta indispensable el papel del Estado y no del mercado y es por ello que los Estados están asumiendo un papel central para suprimir el virus y los riesgos que afectarán a la economía y a la cohesión social.
“Aplanar la curva de contagios requiere medidas que reduzcan los contactos interpersonales y generarán contracción económica, paralizarán actividades productivas y destruirán la demanda agregada y sectorial”, cita textualmente.
En el informe de la CEPAL se indica que una de las medidas que se deben tomar para no aplanar la economía es el cumplimiento estricto y efectivo de las cuarentenas y las medidas de salud pública serán la forma más eficiente y rápida de reducir los costos económicos.
En cuanto a la cooperación internacional señalan que la salida a la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país, por lo tanto, dadas las asimetrías entre los países desarrollados y en desarrollo, el papel de la Organización de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial será esencial para garantizar el acceso al financiamiento, sostener el gasto social y mantener la actividad económica con medidas innovadoras.
El referido trabajo de investigación presenta una serie de gráficos sobre los siguientes temas: Dinamismo decreciente en la economía mundial hasta 2019, La crisis aumentará la rivalidad geopolítica y la lucha por el predominio tecnológico, La magnitud del impacto económico dependerá del nivel de propagación del virus y al eficacia de las medidas de contención en todo el mundo, La receta económica de Occidente: estímulo fiscal, garantías del Estado y medidas económicas, Políticas fiscales para la recuperación económica y garantías a las empresas y Alemania: subsidios a empresas y trabajadores y garantías de préstamo de largo plazo, entre otras.
Efectos en América Latina y el Caribe
La CEPAL, al referirse a los efectos económicos de la pandemia en la economía de América Latina y el Caribe, destaca que esta es una región que viene de 7 años de lento crecimiento, con tasas crecientes de pobreza, pobreza extrema y desigualdad. Agregan que en la región ha caído la productividad relativa en comparación al resto del mundo.
El estudio demuestra que en América Latina y el Caribe la COVID-19 tendrá efectos directos en los sistemas de salud, educación, comercio, turismo y transporte, manufactura y recursos naturales.
Los efectos a mediano y largo plazo podrían ser, entre otros: quiebre de empresas, reducción de la inversión privada, menor crecimiento económico, menor integración en cadenas de valor y deterioro de las capacidades productivas y del capital humano. Los efectos de corto plazo se traducirían en: mayor desempleo y precariedad laboral, menores salarios e ingresos (contracción del consumo), aumento de la pobreza y la pobreza extrema y sistemas de salud con mayores costos, fragmentados y desigualdad de acceso.
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