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Ser mayoría

Foto: Archivo

Andrés Cañizález

Doctor en Ciencia Política (USB), Maestría en Ciencia Política e Historia de Venezuela, Periodista, Investigador. Premio Monseñor Pellín (2005). Tiene en su haber numerosas publicaciones sobre la relación de los medios de comunicación con la democracia. Articulista.

@infocracia


Nuevamente tenemos en el panorama la realización de unas elecciones en Venezuela. Con partidos políticos descabezados y un nuevo Consejo Nacional Electoral entronizado, ambas cosas por decisión del Tribunal Supremo de Justicia, el chavismo avanza a toda máquina para unas votaciones que están fijadas para el 6 de diciembre.

Me encuentro entre los archivos con un artículo que en su momento publicó El Nacional a propósito del desafío que representaba, para los adversarios al chavismo, constituirse en mayoría en Venezuela. Lo escribí poco después de las elecciones presidenciales de octubre de 2012, que estuvieron seguidas por un evento en los espacios de la Universidad Católica Andrés Bello.

Ser mayoría era el asunto que estaba en el tapete en el último trimestre de aquel año, hace ya 8 años. Apenas concluyeron las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012, en las cuales se impuso nuevamente el entonces presidente Hugo Chávez, comenzó a generarse en el seno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) una serie de reflexiones, intercambio de opiniones e inquietudes que desembocaron, finalmente, en un seminario de dos días que se tituló “La política venezolana y la construcción de mayorías más allá de lo electoral”.

Esta actividad la coordinó Marcelino Bisbal y logró reunir a dos docenas de destacados analistas, académicos y expertos en política, comunicación y política socio-económica.

Las elecciones de ese octubre, que, si bien tuvieron factores distorsionantes en el uso de los recursos del Estado en favor de una parcialidad política, dejaron en claro que persistía una conexión entre una parte importante de la sociedad y el liderazgo del presidente Chávez.

La lectura de aquellos resultados, junto al llamado del organizador del seminario, de ver la política más allá de lo electoral, conformaron un retador escenario para que los expositores presentaran, desde distintos ángulos una agenda política, comunicacional, social y económica para consolidar no una oposición, sino una genuina alternativa democrática ante un régimen cuya pretensión era, muy claramente, extenderse en el tiempo. Y eso no estaba reñido con elecciones, pero siendo éstas como coartada para esconder una naturaleza autoritaria o neoautoritaria –apuntaba Tulio Hernández, en 2012-.

Ante tal contexto la respuesta ciudadana y democrática no podía ser cruzarse de brazos. Se trataba justamente de consolidar una mayoría políticamente activa que desde las urnas y otros espacios de la vida pública contrapusiera un proyecto democrático ante un régimen que lo era cada vez menos.

Aquel seminario, al que tuvimos oportunidad de asistir, tuvo cuatro espacios de discusión claramente diferenciados: 1) ¿El liderazgo religioso de Hugo Chávez?; 2) El país desde lo electoral; 3) Política electoral versus política social; 4) El proyecto país en la encrucijada. Producto de aquellos dos días intensos de debates y reflexiones se produjo el libro “La política y sus tramas. Miradas desde la Venezuela del presente”, que fue editado por la UCAB y la Fundación Konrad Adenauer.

¿Por qué volver sobre este evento y sobre aquella discusión que giraba en torno a ser mayoría? Lo hago básicamente para dejar sobre el tapete la buena capacidad analítica que ha tenido la sociedad democrática, incluyendo a sus partidos y dirigentes políticos, así como la intelectualidad y la academia. Lamentablemente tal capacidad ha estado enfocada en analizar lo qué se hizo, lo que dejó de hacerse o lo que hizo el chavismo para imponerse.

Esa capacidad analítica centrada en lo que ya pasó, sin embargo, no ha alimentado ni antes ni ahora la necesaria visión prospectiva y estratégica. No ha podido responder, de cara al país, si ya sabemos qué ha ocurrido esto o aquello, si tenemos clara la pretensión hegemónica del régimen, qué hacemos políticamente para hacerle frente.

El chavismo como modelo de gobierno y de redistribución de la renta fracasó y lo hizo estrepitosamente. Hoy la mayoría está del lado del descontento y del anhelo de cambio. Sin embargo, seguimos careciendo de las respuestas, sigue ausente la capacidad de amalgamar esa mayoría ciudadana, brilla por su ausencia una estrategia unitaria con objetivos factibles. Volviendo a las discusiones de hace 8 años. El quid del asunto no era sólo hacernos de una mayoría, que hoy lo somos o de un análisis/descripción de la situación (que nos sobran). El quid antes y ahora sigue siendo el mismo. Qué hacemos con lo que somos para enfrentar al que nos domina, en aras de desencadenar el cambio.

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