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El difícil arte de gobernar: los 100 días de gestión de Petro

José G Castrillo M *

En el complejo y difícil arte de gobernar, los primeros días en el ejercicio del poder dicen mucho hacia dónde va el gobierno, cuáles son sus prioridades y muestra sus capacidades estratégicas para lidiar con un contexto complejo, con la resistencia de actores que compiten por desplazarlo o temen que sus acciones afecten sus intereses.

Todo político o partido que llegue al poder, debe tener un proyecto o programa político a través del cual esboza lo que hará en el ejercicio del gobierno, en función de su visión política-ideológica, que será una guía para enfrentar los problemas colectivos y saber hacia dónde quiere conducir a la sociedad en términos políticos, económicos y sociales.

Desde el gobierno, el líder o partido que llega al poder debe enfrentar los problemas, demandas y necesidades colectivas, sean generales o sectoriales, a los cuales está obligado a responder en forma eficaz y eficiente.  La capacidad de respuesta del gobierno dependerá de su ideología política, recursos disponibles y su pericia para, antes que imponer en forma dogmática su ideología-programa, gestionar la complejidad y pluralidad social del entorno en el que ejerce el poder.

 Para ello, su programa político debe ser la hoja de ruta para ejercer el poder sin perder su objetivo central, establecer metas y diseñar las estrategias, entendiendo por tales, los cursos de acción que le permitan mantener el poder:  gestionar las oportunidades y restricciones del contexto, acumular recursos y medios, neutralizar a los adversarios y sumar aliados. De allí la importancia que todo gobierno tenga definido su programa político de acción para evitar la improvisación o perder su objetivo rector.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cumplió recientemente los primeros 100 días en el gobierno, con un balance positivo en términos generales, dada las altas expectativas generadas por su origen político: primer político de la izquierda que llega el poder y, en consecuencia, el temor de un importante sector político y económico del poder tradicional. Su programa de gobierno tiene tres ejes estratégicos: la Justicia Social, la Paz y la Gestión Ambiental.

Petro, en forma inteligente, con una buena dosis de pragmatismo, ha conseguido sacar adelante algunas de las acciones necesarias para lograr alcanzar los ejes estratégicos de su programa de gobierno. Entre estas destaca la reforma tributaria que el Congreso Nacional le aprobó y a través de la cual procurará mejorar la recaudación fiscal del Estado; el establecimiento del diálogo para la Paz, en primera fase, con el Ejército de Liberación Nacional (ELN); la normalización de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia; y el foco de atención que su disposición para gestionar la cuestión ambiental y el cambio climático, ha generado en agencias y gobiernos que financian iniciativas para  mitigar el cambio climático, como Alemania y Noruega.

En estos primeros meses de gestión, el presidente de Colombia ha mostrado una gran capacidad de equilibrio político para lograr algunos objetivos parciales como el apoyo de los otros poderes del Estado colombiano, así como su disposición a escuchar y entender los miedos o temores de sectores que creen que su gobierno se radicalizará, menoscabando sus intereses sectoriales. Realizó además cambios en la cúpula de las fuerzas militares y la policía nacional, sin generar tensión política o amenazas al orden institucional.

En fin, el gobierno de Petro ha logrado avanzar en forma segura en su programa político, sin generar resistencias por parte de los actores de poder, que pueden oponerse vía institucional o de hecho a sus políticas. Ello, por supuesto, gracias a su disposición de escuchar y entender a sus adversarios, su destreza para argumentar y convencer a todos los sectores sociales- los que lo apoyan y los que no- de que su revolución política, económica, social y ambiental para Colombia, les conviene a todos. 

Su gobierno y su programa político parte del supuesto que hay que hacer grandes cambios, pero estos cambios se realizarán en forma incremental y procurando el máximo consenso, el diálogo y la negociación.  Petro, por su vasta experiencia política, ha entendido que, en un contexto marcado por la complejidad, el conflicto, la incertidumbre y la turbulencia, un cambio radical no será sostenible, porque la resistencia de los poderes institucionales, sociales y económicos, lo harán inviable e ingobernable.

El gobierno de Colombia tiene grandes retos por delante como la violencia estructural, la pobreza, la economía basada en la explotación de recursos naturales, el narcotráfico. Estos requieren un gran esfuerzo y la procura de los máximos apoyos para superarlos.

El arte de gobernar es extremadamente difícil. Al respecto, el expresidente de Uruguay, “Pepe” Mujica, dijo: descubrimos que gobernar era bastante más difícil de lo que pensábamos, que los recursos fiscales son finitos y las demandas sociales infinitas, que la burocracia tiene vida propia, que la macroeconomía tiene reglas ingratas pero obligatorias.

(*) Politólogo/Magister en Planificación del Desarrollo Global.

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