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El hartazgo de un diálogo sordo

Ludmila Vinogradoff

El gobierno de Nicolás Maduro ha acostumbrado a los venezolanos a mentir y echarle la culpa a la oposición o a los Estados Unidos cada vez que el agua le llega al cuello o las protestas sociales lo acorralan por su mala gestión.

Jamás, desde 2013 que está en el poder, ha reconocido alguna falta suya, abuso, violación de los DDHH o error cometido. Los demás siempre han sido los culpables de sus fracasos y desaciertos. Y para apoyarse recurre a sus segundones Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello para atacar y responsabilizar a sus adversarios.

Esta vez la frase lapidaria de Jorge Rodríguez, jefe de la delegación chavista, de “estar harto” de la negociación con los opositores, amenazando con no volver al diálogo en México hasta que no aparezcan los 3.000 millones de dólares acordados, ha sacudido a la contraparte.

Cuatro días después, Gerardo Blyde, jefe de la delegación de la opositora Plataforma Unitaria, convocó una rueda de prensa el viernes pasado en la sede caraqueña de Primero Justicia para aclarar que el régimen madurista es el que no ha cumplido con los compromisos suscritos en el Acuerdo Social firmado en noviembre pasado en México por dilatar el proceso.  

Previamente el expresidente interino, Juan Guaidó, denunció: “se robaron 300.000 millones de dólares y hoy gritan por 3.000 millones más. Un acuerdo social es para atender las necesidades de millones de venezolanos que hoy sufren, no una excusa más para evitar la negociación”.

En su rueda de prensa con el Caracas Press Club, Guaidó también recordó y reiteró que los recursos serán administrados por la ONU y las agencias multilaterales.

Por su lado, Blyde exhortó al gobierno venezolano a ponerse serio y volver a la negociación iniciada hace un año y medio en México. “Lamentablemente la discusión ha sido mucho más lenta de lo que hubiésemos querido”, dijo al destacar que el gobierno no ha querido crear el fondo ni las comisiones de seguimiento y ejecución.

El jefe de la delegación opositora explicó que el régimen de Maduro tiene mayor conocimiento de dónde se encuentran los recursos de la República, por lo que solo el trabajo conjunto permitirá encontrar los mecanismos jurídicos y técnicos para desbloquearlos y poder iniciar su transferencia al Fondo Fiduciario que manejará Naciones Unidas para los proyectos en materia de salud,  infraestructura escolar, sistema eléctrico, programa mundial de alimentos y la ayuda a los afectados por las lluvias del pasado año.

La camorra chavista
 
“En esta Delegación estamos comprometidos con los venezolanos que hoy están en las calles protestando por todos los problemas sociales que enfrentamos a diario. Por ello no hemos parado de trabajar con la ONU, con los países aliados en los que están los recursos o con aquellos que pueden ayudarnos a destrabarlos y protegerlos para que sean transferidos sin riesgo a la creación de ese fondo. Tenemos que arremangarnos la camisa, dejar la camorra y el discurso incendiario y volver a la mesa para encontrar soluciones”, aseguró Blyde.

Con una copia del acuerdo firmado en México aclaró ante la prensa local: “no se estableció que íbamos a transferir ese dinero de golpe porque había que estudiar el estatus jurídico en cada caso. Tampoco establecimos que iba a entrar a una cuenta del gobierno de Maduro, sino al Fondo Fiduciario manejado por la ONU. Lo que sí convenimos es que el desarrollo de toda la agenda integral del memorando de entendimiento no podía ser retrasado, suspendido o condicionado por ningún aspecto derivado de la ejecución del acuerdo. Debemos cumplir con lo acordado”.

A una pregunta de Polítika UCAB sobre si el gobierno de Maduro no estaría interesado en volver a México por la debilidad y la fragmentación en la que ha caído la oposición después que la mayoría parlamentaria disolvió al gobierno interino en diciembre pasado, Blyde dijo que él no pertenecía a ningún partido y que descartaba que afectara a la delegación de la Plataforma Unitaria.

“Debo expresar que todas las decisiones referidas al proceso de negociación se han tomado por consenso, luego de amplias y profundas discusiones internas y en permanente consulta con los líderes de los partidos que integran la P.U. Ningún delegado ha tratado de imponer una visión o interés particular. Siempre ha imperado el consenso. Así, hemos podido avanzar en los acuerdos parciales firmados y lo haremos en los acuerdos que a futuro vendrán para que los venezolanos podamos tener democracia, bienestar, libertad y respeto a los derechos humanos”, resaltó el exalcalde de Baruta.

Al gobierno chavista no le importa volver a la mesa de México después de haber obtenido concesiones como la flexibilización de las sanciones petroleras con el regreso de Chevron, la liberación de sanciones del extesorero Erick Malpica Flores, el sobrino preferido de la pareja presidencial y la liberación de sus dos sobrinos. Y mucho menos ahora que se ha debilitado la oposición. Tras año y medio de conversaciones la contraparte opositora no ha obtenido nada a cambio.

Y sin embargo, Blyde no se da el lujo de hartarse como lo hace su par Rodríguez. “No tenemos derecho a sentirnos hartos”, dijo a Polítika UCAB.  “Quien tiene que ganar en la negociación es el pueblo venezolano. Es el país, que está harto, necesita soluciones. Y para construirlas con la urgencia que se requiere, hay que trabajar juntos, hay que continuar en la mesa de negociaciones ya”, exhortó.

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