
Polítika UCAB
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, justifico su decisión de disolver la Asamblea Nacional (AN) al asegurar que el país «está por encima de cualquier interés personal». Tras ser sometido a un juicio político, decidió disolver el Congreso y ahora deberá convocar a elecciones presidenciales y legislativas.
«Esta decisión es de un calado muy profundo que no se toma ni en un minuto ni en un día», aseguró el mandatario en una entrevista con CNN. También explicó que decidió reducir «voluntariame» su programa de gobierno y reafirmó que el órgano legislativo lo acusó de «un delito que no existe» en el Código Penal ecuatoriano.
Lasso estuvo «varias semanas, por no decir meses» reflexionando sobre la decisión que tomó. Además, denunció que la oposición planteó un juicio político «sin fundamentos, pruebas o testigos». Fue acusado de encubrir una estructura de corrupción que involucra a la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y la empresa Amanzonas Tanker Pool, cuyos vínculos fueron acordados durante la gestión del expresidente, Lenín Moreno.
«Pretendían destruirme sobre la base de un contrato no firmado», dijo y añadió que no esquivó el juicio político ni cometió un pecado. También reafirmó que es inocente, ya que no participó en la firma de «unos contratos suscritos en el Gobierno anterior». Subrayó que las acusaciones fueron «perversas» y garantizó que, bajo su gestión, no hay un solo negocio de esas características que involucre empresas públicas.
La acción ejecutada por Lasso es denominada «muerte cruzada». Con la disolución de la Asamblea Nacional, está obligado a convocar elecciones presidenciales y legislativas. Mientras, por decreto y bajo el control de la Corte Constitucional, podrá gobernar por seis meses.
El presidente consideró que hay una «grave crisis política» en Ecuador. Apuntó como principal responsable a la oposición, a quien acusó de desestabilizar el Gobierno, la democracia y el Estado. También aseguró que la Asamblea no llevaba a cabo acciones de «fiscalización» sino de «obstrucción»
Por su parte, el exmandatario ecuatoriano, Rafael Correa, calificó lo sucedido como un «golpe de Estado» y expresó que no hay una conmoción social como dijo Lasso y que este «no pudo comprar suficientes asambleístas para salvarse». Finalmente, hizo un llamado para que el pueblo se «libre» de él y así «recuperar la patria».
Otro de los miembros de la oposición que reaccionó fue el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Leónidas Iza. Alertó que los ecuatorianos deben «mantenerse vigilantes» de lo que suceda tras la decisión de Lasso. Él fue uno de los promotores de las movilizaciones y los paros laborales ocurridos en Ecuador durante 2022, también fue detenido por las fuerzas de seguridad y apoyó el juicio político que se inició contra el mandatario.