Tomada de X

Pedro González Caro

El poder de la gente es un concepto multifacético que ha sido ponderado por filósofos, activistas y líderes sociales durante siglos. A lo largo de la historia, hemos presenciado numerosos ejemplos del poder colectivo para generar cambios profundos en sociedades y sistemas políticos.

La participación ciudadana es un derecho constitucional de todos los venezolanos, la participación en sus diferentes modalidades facilita el fortalecimiento del poder del ciudadano en las comunidades coadyuvando en su desarrollo local. En la medida que el ciudadano participa, se empodera, y los ciudadanos empoderados son poderosos

El involucramiento activo en procesos democráticos, como el voto, la participación en cabildos abiertos y la deliberación pública, fortalece la capacidad de las personas para influir en las decisiones que las afectan.

¿Qué defendemos con la participación? Lo que se defiende, es la supervivencia de la Nación frente a una amenaza nueva y aterradora que es capaz de suprimir la voluntad de los ciudadanos y someterlos mediante tácticas de control social. En estos días hemos sido testigos de un proceso virulento de crecimiento del compromiso ciudadano con la Libertad, con la Democracia, pero, sobre todo, consigo mismos, que se expresa en apoyo a la líder del proceso democrático María Corina Machado, para construir la Democracia como una forma de vida, donde se reúna a la familia y existan oportunidades para todos.

En democracia los ciudadanos crean los espacios de aprendizaje y ayuda para formar los valores y establecer las prioridades que determinaran las acciones de crecimiento hacia el progreso y desarrollo del país. Pero para lograrlo es imperativo cultivar una cultura cívica para construir comunitariamente los valores y principios que determinarán esa forma de vida. En una democracia plena se esperaría que los ciudadanos apoyen ese sistema y se sientan parte de una comunidad cívica nacional.

Hay visiones plurales de la participación. El tema está ubicado dentro del proceso de construcción de democracia. Implica pensar en pluralidad de actores, visiones, estrategias, lógicas, con encuentros, desencuentros. Queda entendido que la participación es una decisión individual, obedece fundamentalmente a la búsqueda de consolidación de las ideas y de la construcción de un futuro deseado de progreso y desarrollo orientado por la visión particular de quien quiere participar, pero el efecto, es colectivo porque induce la consolidación de los de objetivos nacionales de desarrollo.

La participación ciudadana es determinante en el proceso de construcción de la paz que permitirá a los ciudadanos, construir el país de progreso y desarrollo al que aspiran. Sin embargo para que pueda ser posible lograr el éxito resulta indispensable que la participación sea masiva para que la sociedad civil en su conjunto pueda hacer efectiva su contribución a la reconstrucción de la democracia y profundizar los principios y valores democráticos.

La convocatoria a la elección presidencial del 28J es un paso gigantesco en dirección a la democratización. Sin embargo, el periodo subsiguiente, será de mucha inestabilidad así que el compromiso ciudadano, con la consolidación  de la transición será vital. De cara a la Venezuela de 2025, es obligatorio comprender que el logro de las aspiraciones normativas y constitucionales no será inmediato, para lograrlo, será necesario un periodo de construcción de viabilidad estratégica a estas aspiraciones y demandas. Es por ello que la sociedad en general y cada ciudadano en particular debe tener en cuenta lo siguiente: en primer lugar, ¿cómo puede ayudar a construirle viabilidad a su diseño normativo y constitucional?, ¿qué obstáculos se deben vencer?, y, sobre todo, ¿cómo los puede vencer?, para que la legítima aspiración de libertades, pueda hacerse realidad como una fuerza efectiva que sea capaz de conducir el cambio hacia la situación de consolidación de un Estado de libertades, progreso y desarrollo.