
Tomada de https://www.joseignaciohernandezg.com/
Andrés Cañizalez
26.11.24
Si un año antes Hugo Chávez había recibido un apoyo importante, al ser reelegido ampliamente por el pueblo venezolano, como ya lo reseñamos en otro artículo que puede leerse en este link, en diciembre de 2007 su proyecto personalista y socialista recibió un varapalo. Se impuso el No en el referendo para una amplia reforma constitucional, que fue votado el 2 de diciembre y que en retrospectiva constituyó la primera derrota electoral para el chavismo en Venezuela.
Ángel Álvarez logró sintetizar lo que había ocurrido desde que el presidente Chávez presentara públicamente su proyecto de reforma constitucional el 15 de agosto de 2007, tres años después de la ratificación que había obtenido en el referendo de 2004, también de forma ventajosa como explicamos en otro texto que se puede revisar en este link.
Una vez que Chávez presentó su propuesta de reforma constitucional, en el parlamento unicameral, ese cuerpo amplió la agenda de temas. El día que votaron los venezolanos se encontraron con dos bloques: “El llamado Bloque A incluía la reforma de 46 artículos. La mayoría de ellos (33) fueron propuestos por el presidente. El Bloque B contenía otros 23 artículos propuestos por la Asamblea Nacional (AN)”, resumía Álvarez al hacer un balance de este proceso.
Partiendo del último reporte del Consejo Nacional Electoral, emitido con base a un total de 94% de las actas de votación, las diferencias fueron de 1,41 puntos porcentuales en el caso del llamado Bloque A, y de 2,11 en del Bloque B. En ambos casos se impuso el No. Llamativamente, con el paso del tiempo el órgano electoral no terminó de brindar resultados definitivos de este proceso, pero políticamente Chávez y sus seguidores admitieron la derrota de su propuesta, aunque la descalificaron agriamente. El 5 de diciembre, el propio mandatario en una transmisión de televisión dijo que había sido “una victoria de mierda”.
Los aspectos más preocupantes de la reforma
Dado que fue una propuesta tan amplia, en aquel momento incluso se debatió si tal transformación de la Constitución aprobada apenas 8 años atrás, no debía ser objeto de una nueva constituyente en lugar de una reforma. En total se proponían cambios en 69 artículos de la carta magna de 1999, tan alabada en sus primeros años por el propio Chávez. Tras el triunfo electoral de 2006, y la interpretación equivocada que hizo el chavismo de aquellos resultados, ya que entendieron que el respaldo al carisma de del presidente era un endoso a un proyecto socialista para Venezuela, la Constitución de 1999 era una suerte de camisa de fuerza para la nueva etapa, que entonces se insistía en llamar “El Socialismo del Siglo XXI”.
Mediáticamente, tanto dentro como fuera del país, lo más destacado resultaba el proyecto de establecer una reelección indefinida del presidente de la República. Aquello era la más abierta demostración de que Chávez y el chavismo concebía una permanencia de largo aliento en el poder en Venezuela. Pero más allá de la reelección, de por sí preocupante, en el plan de reformas se afectaban una serie de derechos fundamentales, tal como analizaba la profesora Alma Chacón en la revista SIC.
Por aquí y por allá se incluía la frase “la construcción del socialismo” en diferentes artículos y temas. Por ejemplo, los medios de participación política (artículo 70 de la Constitución vigente) debían alinearse con el objetivo de alcanzar el socialismo, con lo cual, como indicaba Chacón, se cerraba la promoción de otras formas participativas que tuviesen fines distintos a esta construcción.
En el artículo 87, por otro lado, se suprimía en la propuesta la frase y concepto como derecho constitucional de “libertad de trabajo”, quedando en entredicho la libertad laboral e incluso abriendo la puerta al trabajo esclavizado o contra la voluntad del trabajador. En materia laboral, como comentaba la revista SIC en su edición de noviembre de 2007, se colocaba una suerte de aliciente para que los trabajadores compraran la propuesta de reforma, ya que se proponía reducir la jornada laboral de 8 a 6 horas al día.
Para Chacón una de las reformas que tendría más impacto, en caso de aprobarse, estaba en una supresión de la libertad económica, prevista en la Constitución vigente, para dar paso a un modelo económico productivo a ser promovido y desarrollado por el Estado venezolano. La profesora de la Universidad Católica Andrés Bello, en esta materia en particular, encontró semejanzas entre lo que proponía el chavismo en aquel 2007 con lo que establecían las leyes en esta materia en Cuba.
Otro punto álgido estaba relacionado con el derecho a la propiedad (artículo 115), del cual se suprimían sus atributos que son el uso, goce, disfrute y disposición de los bienes. Recordaba Chacón, entonces, que el derecho a la propiedad con una concepción amplia era y es un derecho humano fundamental reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Convención Americana de Derechos Humanos o Pacto de San José.
Lecturas sobre los resultados
En vista de la cercanía que tuvo el referendo para la reforma constitucional con la elección presidencial previa, de apenas un año, entre uno y otro evento electoral, y dado que el presidente Chávez le dio un carácter plebiscitario sobre su gestión a la votación de 2007, en general los análisis apuntaron a comparar ambas votaciones para dar explicaciones sobre lo ocurrido. Todo anotaba un rechazo de una parte de la base del chavismo que optó principalmente por no acudir a votar, a diferencia de diciembre de 2006, cuando masivamente se movilizaron las bases para reelegir a Chávez.
“Los resultados del 2 de diciembre de 2007 estaban destinados a partir las aguas. Si la reforma constitucional propuesta se aprobaba, Venezuela cambiaba de modelo político. Para decirlo con una fórmula breve, transitaríamos hacia la creación de un socialismo a la cubana. La reforma no fue aprobada y de acuerdo con el análisis de los resultados electorales, la reprobación no sólo alcanzó la propuesta, sino que cuestionó profundamente a los proponentes y al modo como lo hicieron”, sintetizaba el politólogo y jesuita José Virtuoso, un par de meses después en la revista SIC.
Con una abstención que se ubicó casi en el 44% de los votos, Virtuoso sostenía que lo más llamativo ocurrido entre diciembre de 2006 y diciembre de 2007, era que el chavismo había perdido unos tres millones de votos entre una y otra votación. El presidente fue reelecto con 7,3 millones de votos y un año después su propuesta, empaquetada comunicacionalmente como un Sí para la continuidad de Chávez, obtenía 4,4 millones de votos. Los votos opositores en tanto, según el análisis de Virtuoso, entonces director del Centro Gumilla, fueron de 4,2 millones para oponerse a la relección de Chávez y de 4,5 millones para votar por el No en el referendo para la reforma constitucional.
Con la pérdida de casi tres millones de votos entre un proceso y otro, una comparación en la que insistían Virtuoso y otros analistas, “el resultado del referéndum parece haber sido decidido por la abstención de casi tres millones de votantes chavistas”. Para el jesuita se trataba de una suerte de clarinada de alerta para quienes estaban en el poder la votación a favor del NO “en muchas zonas populares metropolitanas, como Caricuao, La Vega y Petare, que fueron sólidos bastiones de apoyo electoral al chavismo en estos años”.
En la misma dirección el jesuita Yovanny Bermúdez apuntaba su lectura del 2D , al sostener que “del acontecimiento referendario quedó evidenciado que el chavismo no pudo movilizar a su gente” y, por otro lado, desde las bases se aplicó “el voto castigo”. Un aspecto resaltado por Bermúdez, sin duda, no es menor cuando se revisa este proceso electoral: “la victoria del No fue producto de la Sociedad Civil”.
Este protagonismo civil y ciudadano tenía lugar en un contexto-país adverso, pues como precisaba entonces el hoy rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Arturo Peraza, desde el poder “las palabras ciudadano y sociedad civil han sido secuestradas en el discurso político venezolano actual”.
De forma más minuciosa, Ángel Álvarez revisa los resultados y los cruza con factores demográficos y con la orientación política: “en el referéndum del 2007, se observa una diferencia importante entre las entidades federales. Los estados más poblados tendieron a rechazar la reforma, en contraste con los menos poblados”.
“La reforma propuesta por Chávez y la AN fue rechazada en la mayoría de los estados densamente poblados, más industrializados y más urbanizados”, identifica más adelante el investigador y profesor.
Álvarez señala: “de los ocho estados de tamaño mediano (con porcentajes de población entre 3% y 6%), la reforma fue rechazada en cuatro (Anzoátegui, Lara, Mérida y Táchira). Por el contrario, la reforma fue respaldada en todos los estados pequeños salvo en uno (Nueva Esparta). Otro dato importante es que la reforma pierde en los dos estados gobernados por la oposición (Zulia y Nueva Esparta)”.
La Venezuela post 2D
A fines de 2007, el presidente firmó una amplia amnistía, por la cual fueron liberados de juicios la mayoría de quienes habían participado en acciones contra el gobierno en 2002 y 2003, en lo que entonces denunciaba el chavismo como actos insurreccionales. También hizo cambios en el gabinete que intentaban mejorar la eficiencia gubernamental. Revisando cifras oficiales, en noviembre de 2007, por ejemplo, la revista SIC detectó una brecha de atención en las misiones sociales, en particular en la Misión Madres del Barrio. Con un presupuesto superior en 23% al del año anterior, el programa sólo beneficiaba entonces a 62 mil mujeres, tras haber alcanzado a 240 mil.
El 6 de enero de 2008, un Hugo Chávez que ya parecía recuperado de la derrota electoral retomaba la iniciativa política y presentó, como recuerda Margarita López Maya, la política de las tres R: Revisión, Rectificación y Reimpulso. Entre las medidas específicas anunciadas ese día estaba el congreso fundacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que ya había sido delineado un año antes tras la victoria electoral del 2006, pero ahora, con menos soberbia, el presidente reconocía la importancia de una instancia de coordinación con otros grupos políticos afines al plantear la necesidad de revivir al llamado “Polo Patriótico”.
Fuentes:
Álvarez, Ángel (2008). “Venezuela: ¿La revolución pierde su encanto?”. En: Revista de Ciencia Política. vol. 28, N° 1. pp. 405-432.
Bermúdez, Yovanny (2008). “Un cambio de rumbo”. En: SIC. N° 701. pp. 46-48.
Chacón, Alma (2007). “La reforma constitucional y los derechos fundamentales”. En: SIC. N° 699. pp. 396-398.
López Maya, Margarita (2008). “Venezuela post-referendo”. En: Nueva Sociedad. vol. 215, N° 3. pp. 17-22.
Peraza, Arturo (2007). “Democracia participativa en Venezuela”. En: SIC. N° 700. pp. 441-444.
Virtuoso, José (2008). “El 2D ¿Inicio de un nuevo ciclo político?”. En: SIC. N° 701. pp. 4-8.
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