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Día Internacional de la Democracia (en retroceso)

Benigno Alarcón Deza 19.09.25

El Día Internacional de la Democracia, celebrado cada 15 de septiembre, ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el estado de los sistemas democráticos en el mundo. Ello es hoy más urgente que nunca, no solo para usted o para mí , que no vivimos en democracia desde hace más de 20 años, sino también para los líderes demócratas del mundo que no están exentos de perderla en sus propios países si la “tercera ola de autocratización” sigue avanzando ante la mirada indiferente del mundo democrático.

Según el Democracy Report 2025 del Instituto Varieties of Democracy (V-Dem), el mundo atraviesa una profunda regresión democrática. Por primera vez en más de dos décadas, existen más autocracias (91) que democracias (88) en el planeta. Más de 5.800 millones de personas —el 72% de la población mundial— viven hoy bajo regímenes autoritarios. Venezuela es un caso emblemático dentro de este proceso global.

La Democracia Global en la encrucijada

Los datos más recientes de V-Dem revelan que la democracia a nivel global ha retrocedido a los niveles de 1985 en términos del ciudadano promedio, y a los de 1996 si se considera el promedio por país. Las democracias liberales, que combinan elecciones libres con respeto por el Estado de derecho y las libertades civiles, han caído a su punto más bajo en medio siglo: solo 29 países califican en esta categoría, representando apenas al 12% de la población global.

V-Dem clasifica los regímenes en cuatro tipos:

  • Autocracia cerrada (CA): Sin elecciones multipartidistas ni libertades básicas. Ejemplos: Corea del Norte, Cuba, Bielorrusia.
  • Autocracia electoral (EA): Hay elecciones, pero sin garantías reales de libertad o equidad. Ejemplos: Venezuela, El Salvador, Nicaragua.
  • Democracia electoral (ED): Elecciones relativamente libres, pero con instituciones democráticas débiles. Ejemplos: Perú, México, Colombia.
  • Democracia liberal (LD): Democracias consolidadas. Ejemplos: Noruega, Canadá, Uruguay.

Lo que hoy se denomina como “tercera ola de autocratización” porque siguió a lo que Huntington llamó la “Tercera Ola” de democratización, es el proceso por el cual gobiernos elegidos erosionan gradualmente las instituciones democráticas, como fue el caso de Venezuela a partir de 1999, y el de 45 países en el presente momento, lo que agrupa a un 38% de la población mundial .

Los principales mecanismos por los que se ha impulsado esta ola de autocratización mundial incluyen:

  • Restricciones a la libertad de expresión: Retrocesos en 44 países durante el año pasado.
  • Manipulación electoral: La integridad electoral ha disminuido en al menos 25 países.
  • Represión de la sociedad civil y uso de la desinformación.
  • Polarización extrema: Que alcanzó niveles tóxicos en al menos 24 países.

Gracias a estos mecanismos, durante 2024, pese a haber sido un “año electoral” con comicios en 61 países, solo cuatro mejoraron su calidad democrática, mientras siete empeoraron, incluida Venezuela, el resto mantuvieron el statu quo. La violencia política empañó el proceso en una cuarta parte de los países que celebraron elecciones.

América Latina y el Caribe: La democracia entre luces y sombras

América Latina y el Caribe exhiben una gran diversidad de trayectorias. Es así como mientras solo el 4% de la población vive en democracias liberales como Chile, Costa Rica y Uruguay, un 64% vive en democracias electorales, como Colombia, Brasil o México, un 22% vive en democracias electorales de calidad muy baja (en lo que V-Dem califica como una zona gris contigua a las autocracias), como es el caso de México y Honduras. A esto hay que sumar un 9% de la población que vive bajo regímenes autocráticos en Venezuela, Nicaragua, Cuba, Haití y El Salvador.

Venezuela: Anatomía de una autocracia anunciada

Venezuela es uno de los ejemplos más extremos de retroceso democrático en el mundo. Según V-Dem, ocupando el puesto 168 de 179 en el Índice de Democracia Liberal (LDI). V-Dem califica a Venezuela aún como Autocracia Electoral, la misma categoría que comparte Nicaragua. Los datos sobre la medición de las diferentes variables que miden la democracia en Venezuela la colocan en el mismo grupo de Afganistán, Corea del Norte, Arabia Saudita, Rusia e Irán, países caracterizados por regímenes autoritarios consolidados.

Según la data de V-Dem, Venezuela ha seguido una trayectoria de autocratización que ha sido la típica de muchos países tras la caída del muro de Berlín, el desarrollo de la tercera ola de democratización entre 1974 y 2009, y la reversión autocrática que se ha producido a partir de 2010 (tercera ola autocrática). Esta trayectoria, aunque discutible desde nuestro punto de vista, V-Dem la describe de la siguiente manera:

  • Hasta 1998: Democracia liberal.
  • 1999–2016: Democracia electoral bajo el chavismo.
  • Desde 2017: Autocracia electoral, con elecciones sin garantías reales, represión sistemática y cierre del espacio cívico.

La elección presidencial de 2024, lejos de significar una apertura democrática, fue considerada por V-Dem como un momento de consolidación autocrática. Las movilizaciones a favor de la democracia disminuyeron tras los eventos represivos del 29 y 30 de julio, mientras que las denuncias de represión, detenciones arbitrarias y censura aumentaron, según Human Rights Watch y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Reflexión final: El futuro de la democracia y el desafío venezolano

El Día de la Democracia no solo debe servir para conmemorar ideales, sino para reconocer realidades y actuar frente a ellas. El Democracy Report 2025 hace un llamado urgente: la democracia está siendo erosionada en todos los continentes, y las autocracias modernas ya no toman el poder por la fuerza, sino desde dentro del sistema, manipulando normas, elecciones y narrativas.

América Latina ha sido terreno fértil tanto para el autoritarismo como para experiencias democratizadoras. Es una región que conoce bien el valor de la democracia, pero también su fragilidad. Casos como los de Ecuador y República Dominicana muestran que una transición democrática es posible, pero requiere liderazgo, institucionalidad, apoyo internacional y movilización social.

Venezuela representa una de las expresiones más graves de autocratización contemporánea. Su comparación con países como Nicaragua, Cuba, Irán o Rusia, pone en evidencia no solo su retroceso, sino también el peligro de normalizar la actual situación. La comunidad internacional, las fuerzas democráticas internas y la ciudadanía tienen ante sí el enorme reto de revertir este proceso.

En palabras del informe de V-Dem, “la democracia no se pierde en un solo día, sino en una serie de decisiones, omisiones y concesiones”. Defenderla exige coraje, verdad y acción sostenida.

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