Opinión y análisis

El Municipio, el Voto y la Democracia

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debatePor: Carlos Romero Mendoza / Jueves, 01 de mayo de 2014

“Se inicia hoy nueva etapa en la vida municipal del país”, así tituló El Nacional, una nota de prensa firmada por Luis Rojas Vásquez, el 3 de junio de 1979, sobre las elecciones separadas para concejales. Aquél domingo de 1979 se eligieron 1.475 concejales, por un período de 5 años y distribuidos –según la información- en 141 concejos municipales de 7 miembros; 44 de 9 miembros; 2 de 11 miembros y 1 de 15 miembros.

Rojas Vásquez destaca en su nota de prensa, que para esas elecciones Venezuela contaba con más de 6 millones de electores; pero además, llamó la atención en el hecho político que a partir de ese proceso electoral, todo extranjero con más de 10 año de residencia en el país, empezaba a participar electoralmente en los procesos electorales venezolanos.

La elección del 3 de junio de 1979 se hizo por separado y en la búsqueda por garantizar un acto de votación mucho más expedito, Carlos Delgado Chapellín, entonces Presidente del Consejo Supremo Electoral, anunció algunas medidas especiales a tal fin, como por ejemplo un libro de votación para mejorar la búsqueda y verificación de la condición de elector y la modificación de la constancia de votación. Como la elección era local, el único comunicado oficial correspondió a cada Junta Distrital.

Sobre la participación electoral, El Nacional, informó el 4 de junio de 1979 sobre la alta abstención de los electores y que según las informaciones que se manejaron al finalizar el día 3 de junio era que COPEI a nivel nacional ganaba con un total de 2.099.181 votos, frente a AD con un total de 1.275.518 votos, y un total 851.288 votos se distribuyeron entre otros partidos.

Importante es destacar que el voto para 1979 era considerado no sólo como un derecho, sino además como un deber; por lo tanto, el no ejercicio del voto era sancionado por la Ley, como por ejemplo, si no se comprobaba haber ejercido el voto, se prohibía matricularse en una universidad, recibir grado académico o título universitario e incluso desempeñar cargos públicos, entre otros, según la Ley Orgánica del Sufragio de entonces.

Resulta muy interesante que al revisar El Nacional en su edición del 3 de junio de 1979, se registra una entrevista a Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios y a Rodolfo Quintero, bajo el título de “Cuando el Pueblo Votó en 1944”, en donde se encuentra una importante evidencia histórica sobre la experiencia de estos actores políticos de la época en otro proceso electoral de naturaleza local, se trata de otras elecciones en el año 1944.

Hay que recordar que para 1944 éramos Estados Unidos de Venezuela y sin duda, como lo destaca la entrevista, los candidatos de ese proceso electoral, fueron los representantes de la generación del 28. La entrevista identifica a los dos partidos políticos que fueron actores principales de aquél proceso electoral, uno de ellos era la coalición del PDV (Partido Democrático Venezolano) fundado por Isaías Medina Angarita y otros colaboradores; y el otro, era denominado UPV (Unión Popular Venezolana).

Los comentarios de los 3 actores políticos mencionados, nos introduce a un tiempo de nuestra historia en donde sólo los varones mayores de 21 años, que supieran leer y escribir, eran los únicos llamados al proceso electoral, para entonces, las mujeres aún no podían votar.

Dos relatos resultan interesantes recordar, el primero tiene que ver con las estrategias electorales de entonces, Luis Beltrán Prieto recuerda en la entrevista, que los partidos empezaron a enseñar a sus militantes a escribir el nombre personal y el nombre de la parroquia en la que tenían domicilio. Una vez dominada la escritura de estos nombres, entonces eran registrados en la Jefatura, y mientras llegaba el día de votar, se enseñaba a los electores a escribir sin problema alguno el nombre del candidato, pues se votaba escribiendo el nombre.

El segundo relato, está relacionado con la movilización electoral, al respecto, Prieto denunció que entre las artimañas para ganar las elecciones, el gobierno de Medina movilizó a los policías a votar en aquellos centros con poca población electoral registrada, y por esa razón, Prieto afirma que en esas elecciones los únicos que realmente ganaron en algunas parroquias, fueron los policías.

Por último, Gonzalo Barrios en esa entrevista, acusó al gobierno de turno de ejercer control sobre los empleados públicos, y prueba de ello es que en la Parroquia Altagracia Barrios perdió y la razón de ello la justifica en el hecho que allí se concentraba una enorme población electoral que eran empleados públicos.

Estos dos episodios electorales, que se realizan en el ámbito estrictamente municipal, son parte de una historia política que para la gran mayoría de venezolanos resulta desconocida. Además evidencia, que el proceso electoral no es suficiente para fortalecer la democracia y desarrollar la ciudadanía.

Se cumplen 35 años de la elección de concejales de 1979 y el resultado de aquella nueva etapa de la vida municipal que se anunciaba no es favorable para el desarrollo del Municipio y sus instituciones. El riesgo que implica la imposición del Plan de la Patria sobre la existencia misma del Municipio y el debilitamiento al voto como herramienta de participación directa, secreta y universal que supone el diseño comunal, exige de inmediato la tarea de repensar al Municipio, reconociendo la importancia del mismo en el rescate de la democracia.

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