Luis Salamanca – 11 de septiembre de 2015
En la primera parte de este artículo me preguntaba si la ventaja opositora puede ser reducida por el oficialismo y por cuáles medios. Mi visión es que sólo puede hacerlo a base de manipulaciones no por vía de una competencia legítima. Mientras la oposición mantiene una sólida ventaja recogiendo el gigantesco malestar nacional, el oficialismo se dedica a mover piezas con el objeto de disminuir la ventaja y, eventualmente, formatear un resultado que le permita ganar las elecciones, aunque sea con una mayoría simple. Todo esto antes del 6D, sin incluir lo que puedan hacer el mismo día de votar.
El gobierno busca impedir, a toda costa, que el 7 de diciembre Venezuela y el mundo sepan que perdió una elección tan importante como la del Poder Legislativo. Un resultado tal marcaría, simbólica y políticamente, el inicio de la reversión del autoritarismo galopante que Maduro ha llevado a niveles muy elevados superando a su mentor Hugo Chávez. Y, sobre todo, marcaría el inicio del fin de la revolución.
¿Podrá lograr su objetivo? Pienso que no; pero puede disminuir los daños a partir de la Misión “rebánale el jamón a la oposición”. Una rebanada aquí, dos allá, tres acullá y así. Sostengo que esta operación está en pleno desarrollo. Lo que está por verse es si las circunscripciones donde se hace votan mayoritariamente por el PSUV.
Es claro que hay un plan en marcha dirigido a usar a las instituciones del Estado para afectar a la oposición, para superar la diferencia o bajarla a fin de que los daños electorales no sean tan profundos. Es lo que he llamado el ESTADOCOP: el Estado contra la oposición. En Esta segunda parte me refiero a otros medios que serán aplicados y/o vienen siendo aplicados, con el objeto de rebanarle el jamón de los votos a la oposición.
- El 20% y el sistema electoral paralelo
El 20% de ventaja hay que verlo en relación al sistema electoral. Constitucionalmente es un sistema mixto, pues, el elector sufraga por una lista de partido o bloque de partidos en su estado y, por unas personas con nombre y apellido, en unas circunscripciones de cada estado. Pero la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) ha establecido, contra la Constitución, un sistema electoral paralelo: los escaños obtenidos por vía nominal no se restan de los obtenidos por lista (como lo exige el sistema mixto) logrando así sobre-representar a quien tiene la mayoría.
Según éste, los diputados obtenidos por lista y los obtenidos por vía nominal se suman al partido con lo cual se produce el efecto de sobrerrepresentación del ganador. Este era el efecto que producían las morochas desde el año 2000, invento según el cual, se creaba un partido, o se usaba uno existente, para postular los candidatos nominales mientras que los parlamentarios listas eran postulados por otro partido, logrando con ello, que la misma corriente política, consiguiera de manera completa, sin sustracción, tanto los diputados lista como los nominales, en evidente fraude constitucional y legal. Esto, a mi juicio, se consiguió con la LOPRE, facilitándole a los partidos la tarea, pues, ya no había que crear el partido “morocho”.
Esto es contrario al sistema mixto aplicado hasta 1998, pues, la fórmula era la de restar los diputados lista de los nominales para evitar la sobrerrepresentación. Esta es la razón por la cual la oposición sacó un punto porcentual menos que el oficialismo en el voto del 2010 pero en diputados la diferencia es de más de 20% de los cargos. Caso contrario en la elección proporcional donde el reparto de escaños fue totalmente parejo con una leve ventaja para la oposición. Lo mismo se observó en la elección al Parlamento Latinoamericano con resultados igualmente parejos entre oficialismo y oposición, razón por la cual, tales comicios fueron inconstitucionalmente suspendidos por la el CNE tras la “exhortación” de la Asamblea Nacional.
La elección parlamentaria de 2015 va a realizarse con base en este sistema paralelo que tan buen resultado le dio al oficialismo en 2010. Sin embargo, tal sistema entraña un gran riesgo para quien no está en capacidad de lograr la mayoría. En 2015, todo hace prever que habrá un cambio en la correlación de fuerzas en el país y la mayoría oficialista hasta ahora reinante, podría ser sustituida por una mayoría opositora. Ese es el mensaje que se esconde en el 20% de ventaja en intención de voto.
- El 20% y el sistema de representación proporcional
El voto lista se cuenta mediante el sistema de representación proporcional, en el cual, cada lista, obtiene curules en proporción al voto obtenido. Este es un sistema donde todos los participantes suelen ganar escaños si obtienen el número de votos exigido para obtener un diputado. Por este sistema se van a elegir 54 diputados de los 167 que integrarán la Asamblea Nacional en el período 2016-2021, esto es, el 32.33% de las bancadas. Este sistema refleja más exactamente la verdadera fuerza electoral de los partidos. Por ejemplo, en 2010, en los cargos obtenidos por el sistema proporcional, la MUD logró 26 y el PSUV 25 escaños.
- El 20% y el sistema electoral nominal
El voto nominal se cuenta mediante un sistema mayoritario en el cual gana el que obtenga más votos, así sea uno, y pierde el que llega de segundo aun cuando obtenga una alta cantidad de sufragios. Acá no ganan todos sino el que saca un voto más. Por medio de esta modalidad se van a elegir 113 diputados, es decir, 67.67% de los escaños. Es una desproporción evidente con los candidatos tipo lista.
En 2010, por este método, a pesar de la pequeña diferencia entre oficialismo y oposición en el voto nacional (48% a 47%), el PSUV logró 73 diputados y la MUD 38, sin contar los diputados indígenas. El oficialismo está seguro de repetir, en 2015, el resultado de 2010.Y por eso, repite el sistema paralelo. Es en este tipo de voto donde más influencias pueden tener las manipulaciones ya que basta con obtener unos votos demás para ganar: migración de votantes en varios estados en porcentajes por encima del promedio nacional (5%): (Apure 16,2%, Amazonas 10%, Barinas 8,9%, Yaracuy 8,7%, Cojedes 8,3%, entre otros); creación de 1012 Centros de Votación de los cuales 673 están ubicados en Comunas y Bases de Misiones, sumadas a otros localizados en instalaciones de Colectivos, edificios de Misión vivienda, oficinas del gobierno. En ellos votarán 351.170 electores (PIEV, N° 17, Septiembre 2015).
La mayoría de esos Centros tienen 1 mesa de votación y junto con los Centros de menos de 3 mesas, carecen del Sistema Automatizado de Identificación (SAI) que está a la entrada del Centro de Votación y, de acuerdo, al CNE, está pensado para impedir el doble voto o la usurpación de identidad de los electores y sólo aplica en los Centros de 3 o más mesas.
La introducción del SAI fue una de las sorpresas tecnológicas de las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012. Los electores, en centros de votación con más de 3 mesas, se encontraron con la sorpresa del entonces llamado Sistema de Información al Elector (SIE) que enviaba información del flujo de votantes a una sala de monitoreo en la cual la oposición no tenía testigos. En horas de la tarde, el oficialismo aplicó la llamada “operación remolque.”
- El resto del paquete para rebanar los votos y los diputados: El gerrymandering o charcutage, desmembrando las circunscripciones o la cuota de diputados que le corresponden
Hay otras medidas dirigidas a potenciar el voto oficialista y debilitar el voto opositor. Uno de ellos es el gerrymandering, por el cual, se modifican las circunscripciones electorales dividiendo aquellas en las que la oposición suele ganar o tiene más posibilidades y unificando a aquellas circunscripciones donde el oficialismo es más débil con otras donde es más fuerte, con lo cual se le restó posibles diputados a la oposición y se les sumaron al oficialismo. Así se hizo en 2010.
En estas elecciones, observamos que el gerrymandering se ha aplicado no como descuartizamiento territorial sino como traspaso de diputados de circunscripciones típicamente opositoras a otras típicamente oficialistas. Un ejemplo de ello, es el diputado sustraído a la circunscripción N° 2 de Miranda, en la cual la oposición obtuvo 2 diputados (de 2 posibles) en 2010 y ahora sólo elegirá uno. Este diputado fue trasladado para Los Valles del Tuy, a una circunscripción que votó por el oficialismo en 2010.
La pregunta aquí es si en esta zona de Miranda el oficialismo seguirá siendo mayoría. Las encuestas dicen que no. Consultores 21, ha detectado que de 12 diputados la oposición obtendría 11 en el estado. Al igual que el Estado Miranda, hay otros 5 estados que pierden 1 diputado y pasan a circunscripciones donde el oficialismo ganó en 2010. De manera que si, razonamos en forma plana, mecánica, podríamos decir que la MUD arranca su carrera parlamentaria con 6 diputados menos gracias a una manipulación administrativa que le hizo perder población a ciertas áreas y puso a ganarlas a otras. Sin embargo, el 20% en intención de votos pesa mucho en estas elecciones y lo que se pierde en una circunscripción (si es que se pierde) se puede ganar sobradamente en otras, pues, la crisis existencial de los venezolanos también juega.
- Mala distribución (malapportionment) y crisis representacional
Una conducta institucional que repite en estas elecciones es la de darle mayor cantidad de diputados a los estados con menos población y electores en desmedro de los estados con más población y más electores. En las elecciones parlamentarias de 2010 fue claramente utilizado: se le dio más representación a estados con un menor número de electores (18 estados con el 48% de los votantes eligieron 101 diputados, el 61%); y menos representación a estados con un mayor número de habitantes y votantes (5 estados más el Distrito Capital con el 52% de los electores, eligieron 64 diputados, el 39%).
Esto se conoce como malapportionment o mala distribución de los escaños parlamentarios a fin de favorecer a una opción determinada. Los estados minoritarios en población y electores serán los receptores de la mayor parte de la representación nacional y estadal, pues, no hay que olvidar que los diputados representan a la nación y a los estados. Los representantes de estados minoritarios serán los voceros fundamentales de Venezuela y, por ende, los estados más grandes no contarán con una representación adecuada a su población quedando ésta con una exigua representación. Toda una crisis representacional creada por otra medida administrativa.
- Elecciones bajo Estado de excepción
Remito sobre este punto a mi artículo en una entrega anterior en esta misma revista. El tema está en pleno desarrollo y volveremos sobre él a fin de chequear sus posibles efectos en las elecciones del 6D.
Todo lo señalado en estos dos artículos busca alertar acerca de las acciones de ESTADOCOP para evitar una derrota el 6D y llamar la atención de la MUD a fin de desarrollar estrategias que neutralicen todas estas manifestaciones del ventajismo institucionalizado en Venezuela. Los electores deben tener esta información y reflexionar al respecto, pues, ellos también deben desarrollar estrategias dirigidas a impedir que las manipulaciones den sus frutos.
Categorías:Opinión y análisis