
Foto: Bloomberg
La economía venezolana continúa deteriorándose en forma progresiva y sostenida. A la inestabilidad política interna, el desplome de los precios petroleros y los desequilibrios acumulados por la implementación de una política económica ineficiente, que insiste en su sesgo anti mercado y de desestimulo a la iniciativa privada, hay que agregarle la caída sostenida en la producción petrolera, el default desordenado en el servicio de la deuda externa del sector público y el tránsito de una economía de inflación elevada y crónica a una hiperinflacionaria. Para finales de 2018 se espera que el PIB, medido a precios constantes, se haya contraído un 10,5% en el año. De esta manera, en el último quinquenio el nivel del producto interno habría acumulado una reducción de 37% con respecto al nivel que tenía tan sólo en 2013. Esta pérdida acumulada podría alcanzar el 41% para finales del año que viene, de no haber cambios radicales en la política económica.
Recomendamos leer el análisis elaborado por los profesores-investigadores: Luís Zambrano Sequín, Demetrio Marotta Lanzieri, Santiago Sosa y Mikel Barroso (asistente de investigación).
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