
Juan Manuel Trak
11 de octubre de 2019
John Carlin, periodista británico, testigo del proceso de transición en Sudáfrica, fue deportado por parte del gobierno venezolano y declarado como inadmisible. Su visita al país tenía como propósito llevar a cabo una serie de encuentros para hablar de la importancia de la negociación como instrumento de cambio político. Carlin es autor del libro El Factor Humano, en el que desarrolla los eventos y procesos que permitieron el cambio político en Sudáfrica teniendo como epicentro la estrategia de Mandela de usar el rugby como elemento integrador de una sociedad que estuvo al borde de una guerra civil.
Desde la década de los 40, Sudáfrica estuvo gobernada por el Partido Nacional que implantó el Apartheid. El Apartheid fue un sistema político basado en la segregación racial que consolidaba las relaciones de discriminación entre blancos y negros a lo largo y ancho del territorio sudafricano. La implementación de este sistema supuso la negación de los derechos civiles, políticos y sociales de las personas de color. Esto suponía exclusión del proceso político, educación limitada, segregación racial en las zonas urbanas y rurales, discriminación en el acceso a servicios públicos y el abuso de poder de la minoría blanca sobre la mayoría negra.
En el libro de Carlin podemos observar cómo Mandela, quien estuvo preso más de tres décadas por oponerse al Apertheid, cambió su postura radical y contenciosa hacia una más pragmática y conciliadora. Eso no suponía abandonar sus objetivos sino cambiar la estrategia para alcanzarlos. En el libro de Carlin se puede observar cómo Mandela tuvo la capacidad de entender a su enemigo y, de hecho, entender que, si bien el Partido Nacional era responsable del sufrimiento que vivía su pueblo, también era parte de la solución. De allí que una de las cosas que hizo como líder fue mirar más allá de sus propios intereses y agravios, para ponerse en los zapatos del otro e intentar entender sus motivaciones.
En medio de una violencia cada vez más patente, presiones de grupos extremistas de ambos bandos y una represión cada vez más violenta por parte del Apartheid hacia la población negra y los líderes de la CNA, Mandela fue capaz de mantener el curso de acción. Su capacidad de observar más allá de lo inmediato, a pesar de lo duro y feroz de esa realidad, le permitió seguir avanzando hacia el objetivo deseado a pesar de los agravios que se acumulaban hacia la población. Una frase de Carlin resume la idea anterior:
“Si Mandela había aprendido algo en la cárcel, era mirar todo el conjunto. Y eso significa no dejarse distraer por los horrores que estaban ocurriendo y mantener la vista firmemente puesta en el objetivo distante”.
Gracias a la perseverancia y su capacidad de ganarse la confianza del que lo definía como su enemigo, logró convencerlo para que se mirasen como adversarios. Este cambio de enemigo a adversario supone que la lucha política deja de ser existencial para transformarse en agonal, donde no es la violencia lo que determina el que tiene el poder sino su capacidad de persuasión. El rugby fue un medio, entre muchos, para lograr ese fin entre la población blanca; fue el respeto hacia los elementos que dan identidad al otro lo que permitió desactivar una guerra civil.
Esa es una de las lecciones que Carlin probablemente iba a discutir en Venezuela, la acción del gobierno de Maduro solo muestra el miedo a que discursos como estos generen rupturas en su seno y aquellos con algún grado de sensatez impulsen el cambio político que requiere el país para salir de la crisis que vive hoy.
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