
Al participar en el Politikafé de este martes 16 de junio, el reconocido internacionalista explicó que aquellos países democráticos con instituciones fuertes y capaces de tender puentes para el diálogo, han enfrentado correctamente la situación generada por la pandemia del coronavirus. “En Venezuela no hay diálogo entre el Ejecutivo y el Legislativo, por ejemplo, y eso agrava mucho más la situación. La cuarentena es importante, pero no puede haber cuarentena con hambre”, dijo el profesor universitario.
Yira Yoyotte
A juicio del reconocido internacionalista Félix Arellano la pandemia de la COVID-19 ha fortalecido a las democracias con instituciones fuertes y capaces de tender puentes para dialogar con todos los sectores, es decir, ha fortalecido a los Estados nación que tienen, por ejemplo, excelentes relaciones con sus parlamentos y demás poderes y organismos públicos.
El profesor universitario participó este martes 16 de junio en un Politikafé (Seminario Virtual) denominado “Hablemos de la geopolítica de la COVID-19”, organizado por el Centro de Estudios y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB). Durante el evento destacó que el caso de Venezuela resulta muy particular dado que aquí, entre otroas dificultades, no hay diálogo entre el Ejecutivo y el Legislativo.
“Esto agrava mucho más la situación porque la solución al problema queda sometida a la discreción de un solo sector, en este caso del Ejecutivo, no haber diálogo entre los poderes públicos y los distintos sectores del país debilita a la sociedad en general y se dificultan las soluciones. Considero que la cuarentena, el aislamiento social es importante, pero no puede haber cuarentena con hambre, si hubiese un diálogo entre todos los sectores del país se le diera respuesta efectiva a este lamentable panorama social”, indicó Arellano.
Luego de analizar exhaustivamente las condiciones mundiales en las cuales llegó la COVID-19, el profesor Félix Arellano explicó que la era post pandemia, de acuerdo a su perspectiva, será una era en la cual deberán fortalecerse los espacios regionales y locales y sobre todo los organismos multilaterales como la Organización Mundial de la Salud.
“Deben surgir, con mucha fuerza, acuerdos de integración y programas de liberación de aranceles. Todo esto debe revalorizarse de una manera extraordinaria y acorde a las circunstancias. No tengo la menor duda de que las regiones van a jugar un papel muy importante. El mundo no va a cambiar radicalmente, pero van a ver cambios significativos para todos los países del mundo”, dijo.
Arellano, con el verbo didáctico que lo caracteriza, destacó que a la Organización Mundial de la Salud le tocó abordar un tema muy complejo (la pandemia de la COVID-19) sin tener capacidad real para hacerlo.
“El mundo está bajo la amenaza de nuevos virus por lo tanto todas las organizaciones multilaterales y muy especialmente la OMS debe ser más precavida en el asunto, todos deben prepararse en seguridad sanitaria, en bio-laboratorios, en vacunas, en pruebas, en todo este campo científico. Ese es el desafío del futuro. No solo es un reto para la Organización Mundial de la Salud, es un reto para los Estados-Nación”.
A juicio de Arellano, es pertinente y oportuno que se apertura una investigación exhaustiva en torno al papel que ha jugado en todo esto la Organización Mundial de la Salud (OMS). Agregó que una decisión de este tipo fortalecería a ese organismo de cara a los problemas que pudieran seguir presentándose en un futuro no muy lejano.
Tendencias peligrosas en América Latina
El internacionalista, profesor universitario y miembro de la Mesa de Análisis Coyuntural del CEPyG-UCAB, Félix Arellano precisó que en América Latina, el marco de esta pandemia, han surgido algunas “tendencias peligrosas” dado que las circunstancias han fortalecido el autoritarismo en algunos países, entre ellos, Venezuela.
“Ya lo indicamos, en Venezuela, el Ejecutivo no tiene relación alguna con el Poder Legislativo y eso es muy grave, además no ha establecido acuerdos como ha sucedido en España, solo por mencionar un ejemplo. Aquí la pandemia ha servido para darle un carácter ideológico al delicado tema. Solo países como Uruguay y Costa Rica han ofrecido respuestas adecuadas y democráticas
El profesor Félix Arellano comenzó su exposición explicando detalladamente que el coronavirus (COVID-19) irrumpió en un escenario mundial caracterizado, entre otras cosas, por la diversidad de actores en el ámbito económico.
Recordó que después de la Segunda Guerra Mundial surgió un orden en el cual prevaleció la existencia de organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU), la economía se diversificó así como los actores globales, el tema de seguridad militar cobró fuerza, tanto, que Estados Unidos se consolidó como uno de los países más sólidos y China fue creciendo progresivamente hasta convertirse en miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y juega a ser una potencia más.
“Luego viene la crisis del año 2008, surgen movimientos políticos fuertes, se cuestiona la globalización y el transpacífico surge como un muro de contención para China, de igual manera surgió el fenómeno de Donald Trump en los Estados Unidos y también se comienza a cuestionar el multilateralismo, se debilita la Organización Mundial de Comercio, crece el nacionalismo y la xenofobia y comienzan a haber tensiones religiosas, de migración, hay conflictos armados en el Medio Oriente y comienza el debate y la imposición de la tecnología 5G. En medio de este escenario tan complejo, surge la COVID-19”, explicó el experto.
El profesor universitario ratificó que el virus surgió en China y tuvo un impacto global casi inmediato. Agregó que el primer cambio generado por esta situación fue el fortalecimiento de los Estado-Nación porque éstos se ven en la obligación de ejercer un papel muy importante en el manejo de la situación.
“La agenda política y de seguridad sanitaria pasa a ser una prioridad y eso solo lo pueden hacer los Estados, de igual forma las Fuerzas Armadas de cada país cobran una relevancia inusitada y surge una discusión apropiada entre democracia y autoritarismo”, dijo.
Arellano insistió en que los países desarrollados, democráticos y con sólidas capacidades económicas (con fondos especiales para atender el desempleo, sólidos sistemas de salud e instituciones sanitarias consolidadas) han sabido administrar de una mejor manera esta crisis.
“Los países subdesarrollados, por el contrario, debido a sus problemas de marginalidad, desempleo, falta de recursos económicos e instituciones fuertes, no han sabido y no han podido tomar decisiones a tiempo. En Brasil, por ejemplo, ya han renunciado dos ministros, han hecho un manejo errático de esta pandemia y su presidente, Jair Bolsonaro, ha tenido que enfrentar graves problemas con todo los sectores. También los gobiernos de México y Sudáfrica resultarán muy debilitados de esta situación mientras que Putin, en Rusia ha preferido mantenerse de muy bajo perfil”.
El ponente explicó que ahora China, por su falta de transparencia y el ocultamiento de información, se muestra como la “fabrica del mundo, ha crecido dentro de la escala económica mundial, pero está bajo el cuestionamiento de todos los países del mundo. Arellano, en este sentido, agrega, que China ha mantenido una estrategia de “diplomacia de mascarilla” que ha afectado su proceso de relación, entre otros con los Estados Unidos de Norteamérica.
“China nos ha sorprendido con sus respuestas, ha sido prudente, ha sido persuasiva, no agresiva, sigue expandiéndose económicamente a nivel mundial y se presenta como el país que solucionó el tema de la pandemia y lo supo manejar rápidamente”, dijo Arellano antes de comenzar el ciclo de preguntas y respuestas.
Este Politikafé, caracterizado por la excelente participación de una numerosa audiencia, fue realizado con el apoyo tecnológico del Centro de Estudios en Línea (CEL) de la UCAB y moderado por la profesora Stefania Vitale, Coordinadora de Investigaciones del CEPyG de la misma casa de estudios.
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