
Benigno Alarcón Deza
Los nuevos nombramientos en los despachos de Relaciones Exteriores, Desarrollo Minero Ecológico, e Interior y Justicia, estarían enfocados de cara a un posible mantenimiento de las sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea y de un aumento de la conflictividad social. Al parecer, la negociación en México tendrá corta vida dado que el único objetivo del gobierno allí es precisamente el levantamiento o flexibilización de las sanciones, cosa que no ocurrirá si éste no se compromete a mejorar las condiciones de los procesos electorales por venir, especialmente las referidas a las presidenciales de 2024
Desde hace un par de meses se esperaban cambios en el gabinete ministerial del gobierno de Maduro, lo que finalmente se concretó el pasado 19 de este mes. Uno de los movimientos que se esperaba era el de la Almirante Carmen Meléndez, quien deja el Ministerio de Interior y Justicia luego de casi 10 meses en el cargo, tras ser elegida candidata por el partido de gobierno para la alcaldía del municipio Libertador, en Caracas. El Ministerio de Interior y Justicia pasa a manos del Almirante en Jefe Remigio Ceballos.
Igualmente asumieron sus nuevos cargos Margaud Godoy, como ministra para la Mujer y Equidad de Género; Yelitze Santaella como ministra de Educación; el Almirante William Serantes Pinto como titular del Ministerio de Desarrollo Minero y Ecológico; Félix Plasencia quien sustituye a Jorge Arreaza como Canciller, mientras este último pasa a ocupar la cartera de Industria y Producción Nacional.
Plasencia: experiencia y lealtad en el manejo de la relaciones exteriores
La selección del sustituto de Arreaza en la Cancillería está basada en buena parte en la lealtad pero también en la experiencia. Félix Plasencia, quien viene de ser el embajador de Venezuela en China, es funcionario de carrera desde 1991. Exhibe un perfil discreto y comprometido con el gobierno. Es una figura de confianza y muy cercana a los hermanos Rodríguez, especialmente a la vicepresidenta Delcy. No viene del grupo que Maduro heredó de Chávez, sino que forma parte del círulo propio que Maduro ha venido conformando e imponiendo de manera progresiva.
Plasencia estuvo en las negociaciones realizadas en Barbados y fue el enlace de la iniciativa de la Unión Europea en la conformación de un grupo de amigos. También fue el vínculo con Michelle Bachellet y en las relaciones con Rusia.
Una de las ventajas del nuevo Canciller es que, al no estar sancionado, se le podría facilitar el acceso a lugares más difíciles y le podría ser más útil a Maduro en su búsqueda de una normalización o legitimación de su gobierno.
A través de Félix Plasencia el gobierno busca profundizar su relación, gracias a la experiencia de un profesional de la diplomacia, con los aliados naturales del régimen como China, Rusia, Irán, Turquía, e incluso algunos países africanos. La misión del nuevo canciller pareciera estar más orientada hacia la profundización de las relaciones con los países aliados del gobierno por su vocación autoritaria y anti-imperialista, que a mejorarlas con países como los Estados Unidos. Tal actitud podría anunciar una mayor polarización en las relaciones internacionales de Venezuela entre países amigos y enemigos, suscribiendo la relación a los amigos bajo una lógica geopolítica que le permita continuar viviendo con las sanciones y convertir a Venezuela en un enclave de potencias extranjeras que hasta no hace mucho eran lejanas y extrañas al continente y que, en la medida que tengan éxito, pueden encontrar alianzas en las ambiciones de algunos líderes de la región.
La presencia de Plasencia también cobra valor para el régimen ante las negociaciones en México, donde busca reconocimiento y el levantamiento de las sanciones. En un proceso que se complica en la medida que Maduro amenaza con que sin levantamiento de las sanciones no hay nada de qué hablar. Pero para ello tiene que ceder, básicamente, en el tema electoral, lo que anuncia que, posiblemente, la negociación en México tenga corta vida.
La decisión electoral del G4+
Y mientras esto ocurre en el terreno gubernamental, el clima electoral sigue tomando cuerpo en todo el país con una proliferación absurda de aspirantes en todas las circunscripciones regionales y municipales, aunque el G4+ continúa sin anunciar su participación en los comicios del próximo 21 de noviembre, lo que podría ocurrir durante este fin de semana, aunque sin unanimidad, si se logran alcanzar los acuerdos mínimos para ello.
Uno de los aspectos que ha dificultado la decisión de la oposición mayoritaria liderada por Guaidó tiene que ver con las pocas concesiones hechas por el gobierno –o el CNE- para garantizar un mínimo de competitividad en el proceso. La promesas hechas a algunos actores internacionales sobre la eliminación de las inhabilitaciones, la devolución de las tarjetas a los partidos tradicionales como Acción Democrática y Primero Justicia, no han sucedido y quizá eso se relacione con algun nivel de vulnerabilidad electoral del oficialismo, por el debilitamiento de sus estructuras clientelares, que se hizo evidente en las primarias del Partido Socialista Unido de Venezuela, que funcionaron como un ensayo de movilización de cara a las elecciones, en el que aparentemente se logró movilizar un porcentaje muy bajo de su militancia.
¿Cuáles son los escenarios ahora para la oposición? Tomando en cuenta lo analizado en el evento Prospectivas II Semestre del CEPyG UCAB, se ubicarían entre el “Atrévete a Soñar” y “La Pesadilla” (ver https://politikaucab.files.wordpress.com/2020/08/escenarios-2020-ii-semestre-bad-en-formato.pdf), dependiendo de que la Unión Europea decida enviar una misión de observación electoral que, pareciera ser el caso si la oposición decide participar, pero que en el mejor de los casos, ya no sería una misión de observación electoral propiamente dicha, sino una comisión técnica con comptencias muy limitadas en virtud del tiempo y la imposiblidad de su despliegue a nivel nacional, y de cuán favorable sea el resultado final para la oposición representada en la tarjeta unitaria.
Un triunfo electoral de la oposición, lo que luce hoy cuesta arriba aunque no imposible si Guaidó y el G4+ se presentan unidos y llaman a votar, se traduciría en una importante relegitimación de la oposición, mientras que una derrota acarrearía un costo político difícil de reparar y la inevitable lucha de todos contra todos, tras la elección, por el liderazgo que hasta ahora Guaidó detenta. Si el G4+ decidiera finalmente no participar, lo más probable es que Henrique Capriles sí lo haga respaldando candidaturas con su propio partido “La Fuerza del Cambio”, con resultados igualmente negativos y costos políticos muy elevados para todos, y en especial para él.
Por otra parte, los decisores de la oposición saben que el informe técnico elaborado por la Unión Europea sobre este proceso electoral es muy negativo en cuanto a las condiciones electorales y políticas para una elección. Por su parte, la decisión con respecto a si los europeos enviarán una misión técnica para evaluar las elecciones se tomará, seguramente, después del cierre del proceso de postulaciones y de la decisión del G4+ sobre su participación.
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