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El tabú y el miedo frenan las candidaturas dentro del chavismo

Tomada de Primicia

Ludmila Vinogradoff

Hablar de primarias es un tabú en el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV. También en el antiguo Polo Patriótico que agrupaba a más de once organizaciones del que se salió el Partido Comunista (PCV). Lo cierto es que el partido gobernante no ha convocado unas primarias para elegir al candidato único del oficialismo que competirá en las elecciones presidenciales del 2024. Tampoco hay anuncios del método que decidirán para designar a su abanderado oficial.

Sin embargo, Maduro ya está en campaña sin que nadie lo haya nominado ni el Consejo Nacional Electoral (CNE) lo haya autorizado, cuando adelanta su proselitismo político y apela a la entrega de zapatos y bolsos de goma a los maestros o cuadernos impresos con la figura del “superbigotes” a los niños en las escuelas.

Los maestros en cambio no quieren morrales ni zapatos de goma. “Queremos que nos paguen los salarios y que cada uno vaya y se compre el zapato que le dé la gana”, exige la docente Elsa Castilla por las redes sociales.

Probablemente el mandatario se siente holgado en las encuestas y apoyado por su sector el “madurismo”, y cree que no necesita de otra cosa que imponer sus inmensas ganas de competir para ser reelecto por segunda vez en el cargo. Pero a su alrededor se mueven otros aspirantes, que bien pudieran moverle el piso.

Entre los que han hecho públicas sus aspiraciones electorales figuran el exministro petrolero Rafael Ramírez, y de manera menos ruidosa a la chita callando, el gobernador de Carabobo Rafael Lacava, el gobernador de Miranda Héctor Rodríguez, el ex vicepresidente Jorge Arreaza y el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello.

Hasta ahora lo que ha marcado el proceso de la candidatura única chavista es la opacidad y la incertidumbre, dos rasgos típicos de los regímenes autoritarios y totalitarios que usan la fuerza para imponerse.

En el chavismo “no importa si convocan primarias o deciden por consenso o unanimidad a su candidato presidencial. Eso no importa, ellos justificarán el método de escogencia que al final es la imposición bajo el criterio de mantenerse en el poder al precio que sea”, afirma Nicmer Evans,

En conversación con Polítika UCAB, Evans, un antiguo miembro de Marea Socialista y fundador de Movimiento por la Democracia y la Inclusión, sostiene que el problema del chavismo “no es tener un candidato que tenga legitimidad o uno que pueda ganar lucha interna o que sea el más carismático, el reto fundamental es escoger al candidato que les garantice la victoria y que permita el control absoluto del poder y del manejo mafioso de la economía nacional”.

Sin líder carismático

Después de la muerte de Hugo Chávez no ha habido otro líder carismático que le dé la talla, ni siquiera los imitadores que hablan con pajaritos y espíritus transmutados han podido aproximarse a su nivel por ósmosis. Todos los que han querido copiar su voz, familiaridad y empatía para con el pueblo han fracasado en su intento.

Pero es que la ausencia de un líder carismático y de un buen gerente son las principales carencias del chavismo-madurismo. En las condiciones actuales de emergencia humanitaria ninguno de los aspirantes puede garantizar una victoria que le permita dar continuidad al desastre en el que han sumido al país después de 23 años de desgobierno.

Pese a los intentos del régimen de impulsar la apertura empresarial con la dolarización de la economía, la crisis y la ruina del país es de tal magnitud que ningún candidato chavista podría triunfar en unas elecciones limpias, libres y confiables, a menos que se imponga otra vez el fraude, las trampas, el chantaje y el ventajismo electoral, porque “en buena lid saben que no pueden ganar ninguna elección”, dijo un analista que pidió a Politika UCAB el anonimato.

La base chavista se ha resentido con la crisis. El sector popular que integra el 95% de pobreza también sufre la inflación, la carestía de los alimentos, la falta de servicios públicos, agua, luz, teléfono.

Los 24.000 jefes de calle que ha nombrado Maduro y el PSUV en el marco de las brigadas UBCH para mejorar su imagen o “espiar” a las comunidades son un hervidero de militantes descontentos y anarquizados, que no es seguro que respondan a las líneas de Miraflores.

La bolsa “Clap” de alimentos de baja calidad, “ya no es suficiente ni compensa” el hambre y los bajos salarios de los trabajadores, dicen los maestros en sus protestas. El descontento ahora se ha generalizado, así como la corrupción y el control social, que funcionó durante 23 años, ya no garantiza la victoria de los chavistas. Y eso lo saben sus líderes, acota el analista anónimo.

En su interior el chavismo vive momentos duros de enfrentamientos y peleas grupales por mantenerse en el poder. Los conflictos entre los que defienden el chavismo y el madurismo han ido escalando con la incorporación de los militares, dando una imagen de que el gobierno es un archipiélago dominado por el miedo entre sus diferentes facciones.

Los candidatos

El único que decidió dar la cara y enfrentar tanto el desprestigio de los chavistas como la hostilidad interna del gobierno fue el exministro del Petróleo, el denominado zar del petróleo, Rafael Ramírez. Desde su asilo en Italia el ha manifestado desde hace tres años su intención de ser presidente y ha lanzado su candidatura con la consigna de reivindicar el legado del exmandatario difunto.

Pero su lanzamiento le ha salido caro. El régimen de Maduro ha ordenado su extradición acusándolo de corrupción y desfalcar los fondos petroleros, y como Italia se lo ha negado, entonces el mandatario ha atacado a su familia. El primero en ser detenido fue su hermano Fidel Ramírez.

Fidel Ramírez es un médico gastroenterólogo que fue detenido en Venezuela este 14 de septiembre. Su hermano respondió, en un comunicado, lo siguiente:

«Mi hermano Fidel Ramírez es un reconocido médico con una trayectoria intachable ética y profesionalmente, de más de 36 años al servicio del país. Nunca ha estado mi hermano vinculado ni al gobierno, ni a Petróleos de Venezuela, S.A (PDVSA), ni ha tenido responsabilidad política alguna en el país. Su única actuación pública ha sido su diagnóstico médico al Presidente de la República Hugo Chávez, en un momento difícil para todos».

La detención de su hermano obedece a una presunta retaliación de Maduro por su intención de lanzar su candidatura y por haber acusado a los hijos de la primera dama Cilia Flores de estar involucrados en la corrupción de PDVSA.

El exministro ha solicitado la liberación inmediata de su hermano, quien incluso fue médico del fallecido expresidente Hugo Chávez, al tiempo que solicitó a la comunidad internacional, organismos de protección de derechos humanos y sectores políticos y sociales del país «rechazar esta acción del gobierno que cierra los espacios de actuación política de los venezolanos, cercenando derechos constitucionales e imponiendo el miedo como norma».

Otro de los candidatos que ha tomado vuelo con sus alas de vampiro, según la propaganda que él mismo se hace en los murales de Valencia, es el gobernador de Carabobo, Rafael Lacava. Su miedo no le ha permitido enfrentar abiertamente a Maduro.

Y para no hacerle sombra al mandatario ni contradecirle sus intenciones, Lacava declara: «no seré candidato mientras Maduro sea el candidato”. Así deja en el aire toda clase de interpretaciones.

Otro que aguanta las ganas de lanzar su candidatura es el ex vicepresidente, ex canciller y actual ministro de Comunas Jorge Arreaza. El exesposo de Rosa Virginia Chávez, la hija primogénita del difunto mandatario, se está labrando un camino hacia la Presidencia de la República a la chita callando, discretamente y en solitario, para cuando las circunstancias lo permitan.

Para nadie es un secreto que Jorge Arreaza que después de haber disfrutado de los más altos cargos del gabinete de Maduro lo hayan asignado a finales de 2021 a candidato para la gobernación de Barinas, donde perdió frente al candidato de la oposición.

Después de su aplastante pérdida en Barinas, cuya campaña la hicieron las hijas de Chávez, Arreaza fue nombrado ministro de las Comunas, desde donde piensa enfilar su nueva proyección electoral.

Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV, también anda en campaña. En medio de las lluvias del huracán IAN, el diputado dio un mitin en Maturín este fin de semana. Su programa televisivo “Con el mazo” es la tribuna por donde descarga contra los opositores y los disidentes del chavismo, y es por ahí donde se conocen los planes represivos del régimen.

Con la apertura, Maduro intenta lavarse la cara internacionalmente. Y ha abierto las puertas del país a los cantantes internacionales para que hablen bien de Venezuela. Sin embargo, Cabello ha atacado a unos siete artistas amenazándolos para que suspendan por su cuenta los conciertos.

Según los analistas políticos, Cabello sabotea el plan de Maduro de mejorar su imagen en el plano internacional al atacar a los cantantes que han hablado mal del régimen.

Al final cuál de los líderes va a quedar como candidato del chavismo, es una gran pregunta que Nicmer Evans responde: “tengo dudas de si Maduro quedará como el candidato para mantener el control del poder en el chavismo. Todo indica que Maduro está hoy estable pero no sabemos si después en el futuro será el candidato. Incluso porque a él en el fondo no le conviene ser el candidato”.

En el chavismo no se descarta que adelanten el proceso para definir candidaturas en el 2023 y en consecuencia la presidencial, dicen las fuentes. Todo dependerá del desgaste y la necesidad de aprovechar las ventajas y las oportunidades antes de que se agoten al final. El pragmatismo en su máxima expresión. 

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