Por: Carlos Romero /Jueves, 03 de abril de 2014
En el año 2010 se rompió la tradición venezolana de alimentar la democracia a través de la participación electoral, y desde entonces, la voz del pueblo quedó marginada y la democracia participativa marcó su punto final en nuestra historia política.
Los resultados de la elección parlamentaria del 2010, demostró que “dos más dos no son cuatro”, como lo afirmó Francisco Monaldi [1] en un artículo en el que reflexionaba sobre un proceso electoral en el cual con el 49% de los votos válidos, una opción política, se apoderaba del 60% de la representación parlamentaria; en otras palabras, esas elecciones demostraron cómo perdiendo la mayoría de votos populares, se lograba ganar la mayoría parlamentaria. Poco importó la participación electoral del 67,5% de los electores, pues la voz del soberano no se expresó en la representación política de la mayoría.
Luego en diciembre de ese mismo año, la Asamblea Nacional, de manera “express” y a última hora antes de terminar el período legislativo, aprobó el combo de leyes del Poder Popular. Este acto legislativo, cuestionable desde el punto de vista ético y de legitimidad, evidenció que la voluntad del pueblo poco importó a los legisladores salientes.
Con las leyes del poder popular los diputados que concluían su período legislativo en el 2010 desconocieron el resultado de la consulta popular realizada el 2 de diciembre del 2007, en el cual el pueblo soberano de manera legítima rechazó la reforma constitucional que imponía el diseño comunal.
En ese mismo mes de diciembre 2010, aprovechando los últimos momentos del período legislativo, los diputados en otro acto de irrespeto a sus electores, aprobaron un par de reformas legales, a través de las cuales transformaron el diseño político del Municipio, legalizando la presencia de las comunas, y condicionando las oportunidades para el desarrollo local a la visión socialista que impone el diseño del Estado Comunal.
Las reformas a la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, a la Ley del Consejo Local de Planificación Pública, analizadas de manera integral con las leyes del Poder Popular, impusieron el modelo comunal y a este diseño condicionaron la participación, expropiando así nuestra condición de ciudadanos.
A partir del 2010 nuestra voz ciudadana en la vida pública y las distintas oportunidades para ser incluidos en los procesos de decisiones públicas, quedaron condicionados al diseño del Estado Comunal y en consecuencia, estar fuera de un registro electoral de cualquier consejo comunal, no compartir la visión socialista que se propone desde el gobierno central, querer asociarse para fines lícitos en búsqueda de perfeccionar la participación, quedó sometida a la voluntad de turno, es decir, a la discrecionalidad del Estado venezolano para legalizar o validar cualquier forma de organización de la sociedad en los asuntos públicos.
Otra pieza de la estrategia política orientada a despojarnos de nuestra condición de ciudadanos fue la suspensión de nuestro derecho a elegir a los concejales, en dos oportunidades se dio esa suspensión, una en el 2009 y otra en el 2010, pero en la segunda oportunidad, la suspensión quedó condicionada a la voluntad del CNE.
Fue en diciembre del 2013 cuando logramos nuevamente elegir a las autoridades locales, pero hoy en menos de 100 días de aquellas elecciones que fortalecieron al Poder Público Municipal, las amenazas a los Alcaldes electos por la Unidad y la destitución de los Alcaldes de San Cristóbal, Táchira y San Diego, Carabobo, ponen nuevamente en evidencia, lo poco que vale la voz del soberano.
Las protestas son la expresión de una parte de la población que no es escuchada, que no es oída, que simplemente es ignorada por el gobierno. Esa voz del soberano ha sido constante en rechazar desde el 2007 al modelo castro-comunista que se quiere imponer y que claramente se percibe como fracasado.
La desobediencia civil es la única herramienta constitucional que queda para hacerse escuchar efectivamente y para intentar recuperar a pulso nuestra condición de ciudadanos. El municipio como unidad política primaria, representa el proyecto político que hay que repensar y restaurar para alcanzar nuevamente el orden constitucional perdido.
En el 2010 la ONU en el marco de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos lideró una campaña llamada Tu voz cuenta [2], precisamente para reflexionar sobre el derecho de todos, sin discriminación, a que se escuche su voz públicamente y a ser incluidos en los asuntos públicos. Es el momento de recuperar nuestra voz ciudadana y hacerla respetar.
REFERENCIAS
[1] Prodavinci.com. 2+2 no son cuatro: por qué con menos votos el oficialismo obtuvo más diputados en Venezuela. 30 de septiembre 2010. Online en: http://prodavinci.com/2010/09/30/actualidad/2-2-no-son-cuatro-por-que-con-menos-votos-el-oficialismo-obtuvo-mas-diputados-en-venezuela/
[2] RTVE.ES. ONU dedica el día derechos humanos al derecho a la participación política. 10 de diciembre 2012. Online el 11 de diciembre 2012 en: http://www.rtve.es/noticias/20121210/onu-dedica-dia-derechos-humanos-derecho-participacion-politica/584541.shtml
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