Opinión y análisis

Venezuela: Camino a la consolidación de una sociedad democrática

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Por:  Mercedes Martelo / Jueves, 01 de mayo de 2014

En medio de la confusión reinante, cuando resulta tremendamente difícil encontrar el significado de los procesos que estamos viviendo en Venezuela, y podemos incluso llegar a sentir la tentación de abandonar la reflexión para la generación de propuestas razonables, es de agradecer que voces de la sabiduría y la experiencia, como la del profesor Germán Carrera Damas, lleguen hasta nosotros para ayudarnos a mantener la esperanza y la convicción, de que la sociedad venezolana está fluyendo desde, por y para la democracia.

mercedes1El jueves 10 de abril de 2014, en un contexto de alta conflictividad social, y luego de algunos intentos poco estructurados, se inició a través de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el llamado camino del diálogo con el gobierno, en una primera reunión de carácter público que se prolongó durante varias horas y mantuvo un gran audiencia nacional a través de los medios de comunicación.

Este camino de diálogo, como cualquier iniciativa presentada a la consideración de la ciudadanía, ha recibido apoyos y ha sido objeto de alabanzas, pero también ha sido objeto de fuertes críticas por parte de diversos sectores que se agrupan en torno a los interlocutores, críticas que aluden principalmente a las dudas en cuanto a las posibilidades reales del diálogo, de constituir un instrumento de utilidad para ofrecer cursos de acción que puedan ser compartidos.

Existe pues una gran incertidumbre, dado el alto grado de polarización que se ha alcanzado en estos momentos, con respecto al rumbo que pueden tomar las negociaciones entre gobierno y oposición y el tipo y grado de acuerdos a los que se pudiera llegar. No obstante, este camino constituye según palabras del Secretario Ejecutivo de la MUD, Dr. Ramón Guillermo Aveledo “una ruta difícil, pero necesaria, como complemento en nuestra lucha política”. Esta primera reunión permitió al país apreciar “en cadena nacional, en vivo y en directo…el contraste claro entre dos visiones. Una aislada de la realidad en su castillo de naipes de supersticiones ideológicas y prejuicios. Otra de carne y hueso, pero también de lucha y esperanza”.

¿Esperanza de qué?, ¿qué esperanza podemos albergar respecto a este proceso de diálogo?

La esperanza según el DRAE, es un estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. Se nos antoja que esa esperanza puede ser entonces, una especie de plataforma de comunicación entre nuestro lado emotivo y nuestro lado racional para unificar esfuerzos en la dirección del logro de nuestros objetivos (conscientes e inconscientes). Por lo tanto, la esperanza resulta un estado de ánimo fundamental en este caso, para mantener nuestra condición de ciudadanos activos en la defensa de nuestro derecho a vivir en una sociedad democrática, esto es, una sociedad que se organiza (se da un marco institucional y legal) para practicar la tolerancia, permitir la expresión de la pluralidad, facilitar la cooperación y el ejercicio de las libertades individuales, en el entendido de que todos tienen deberes en tanto que tienen derechos y para que estos sean efectivos, es imprescindible el cumplimiento de aquellos, es decir una sociedad de individuos responsables y solidarios. Generalmente, la organización del marco institucional legal para las sociedades democráticas ha adoptado la forma de República, con el poder público segmentado para facilitar su control y sometido al imperio de la Ley previamente acordada.

Esta imagen ideal de sociedad democrática está muy lejos de parecerse a la sociedad en la que estamos viviendo. La realidad es que nuestra calidad de vida va en claro descenso y es tan evidente, que la publicidad gubernamental no se da abasto para difuminarla ya que las condiciones políticas y económicas se deterioran día tras día, como si estuviéramos lanzados por un tobogán que se hace larguísimo pero que se dirige al despeñadero; lo cual sin duda, contribuye a la exacerbación de los ánimos que se impacientan y exigen resultados que anuncien cambios. En este contexto, el camino del diálogo es un instrumento realmente difícil de utilizar y por eso aplaudimos a todos quienes (desde el gobierno y desde la oposición, ofrecen su esfuerzo independientemente de sus motivaciones, para que exista esta posibilidad).

mercedes2En recientes declaraciones el Dr. Aveledo señala que “ocho de cada diez venezolanos dan su apoyo al diálogo” lo cual representa un gran compromiso pero “no es un cheque en blanco ni por tiempo indefinido”

La MUD ha presentado diversas propuestas al Gobierno nacional entre las que se destacan la Ley de Amnistía, la Ley de Transparencia en las Finanzas Públicas, la conformación de la Comisión Nacional de la Verdad, la renovación de las autoridades que tienen sus lapsos vencidos en el CNE para estructurar un organismo más equilibrado e imparcial, el desarme de los grupos paramilitares y la atención urgente a los problemas de desabastecimiento e inseguridad que se están haciendo más graves cada día.

El Ejecutivo por su parte, todavía no da señales de voluntad política para concretar puntos de convergencia y posibles líneas de acuerdo en torno a estos y otros temas, antes bien, utiliza el recurso del doble lenguaje, tan ampliamente utilizado por la élite en el gobierno en los últimos años, para insistir en llamar al diálogo dando la impresión de apertura pero al mismo tiempo, cerrando las posibilidades de llegar a pactar tal como se desprende de las recientes declaraciones del Presidente Nicolás Maduro durante un acto de celebración por los 15 años del referendo consultivo que dio paso a la Asamblea Constituyente para la elaboración de la Constitución de 1999, las cuales fueron ampliamente reseñadas por la prensa nacional; según estas declaraciones: “quien se quiera parar (de la mesa de diálogo) que se pare ya, nadie va a chantajear al Gobierno con el diálogo…no nos pueden exigir resultados contra el tiempo, quien se quiera ir que se vaya y punto”, agrega el Presidente: “Nosotros no nos sentamos con ningún sector, jamás nos hemos sentado ni nos sentaremos a pactar absolutamente nada, una cosa es debatir, dialogar, y otra cosa es retroceder; no hay pacto, no hay negociación, ni con las burguesía ni con nadie”

mercedes3¿Acaso estas declaraciones significan que el Gobierno sólo pretende una conversación para pasar el tiempo y relajar tensiones, como las que pueden tener dos compañeros de trabajo sin mayores obligaciones, un viernes al final de la tarde?

Entre tanto, en el país continúan aplicándose políticas públicas orientadas a seguir aumentando los ámbitos de actuación y control del gobierno, con lo cual seguirán profundizándose las situaciones de desabastecimiento. La llamada Ley de Precios Justos por ejemplo, aparte del despropósito jurídico-económico que constituye, es la excusa para que miles de fiscales se desplieguen en el territorio nacional con la “misión” de visitar cada tienda, comercio, fábrica, oficina de servicios, en función de supervisar el proceso de compra-venta y garantizar que se mantienen dentro del “margen de ganancia estipulado” ¿Acaso se puede pensar razonablemente que estos fiscales tienen la suficiente preparación y recursos para analizar la situación de cada negocio y recomendar las sanciones que proceden a su juicio?, ¿es que no quieren escuchar o no logran entender que en las modernas economías los precios ya no se fijan en función de la estructura interna de costos de las empresas?. La competitividad de las empresas en las economías modernas depende de que logren adaptar su estructura interna de costos a las condiciones del entorno y los requerimientos de la sustentabilidad. ¿Tienen idea los “técnicos” del gobierno de cómo se va a afectar la productividad en el país con la aplicación de esta Ley?

A nuestro modo de ver, esta ley, junto a otro conjunto de leyes que establecen una gran cantidad de tributos adicionales a los impuestos regulares del IVA y el ISLR, sepulta cualquier posibilidad de ejercicio de lo que antes se llamaban “las garantías económicas”. Durante años se criticó a los gobiernos del período 1958-1998 porque no eran “verdaderamente democráticos” ya que “mantenían suspendidas las garantías económicas”; muchos de quienes hoy ocupan puestos en el gobierno, fueron voceros de tales críticas a lo largo del tiempo; su comportamiento actual revela qué poco les interesaban realmente las garantías económicas.

El hecho es que en la Venezuela actual, la libertad económica está en vías de extinción y este hecho está documentado a través de mecanismos de medición internacional. ¿Acaso no es este un tema que debe formar parte del proceso de diálogo? La gravedad de aspectos como la inseguridad ciudadana, el desabastecimiento en aumento y la creciente inflación (que en realidad reflejan las consecuencias pero no las causas del problema) parece no dejar tiempo y recursos para el abordaje del tema. Algunas voces especializadas como la de las Academias, lo han venido planteando con insistencia pero sin lograr que salte a la palestra pública con la prioridad que le corresponde. El gobierno por su parte prefiere hablar en los términos militares que le son propios utilizando términos como guerra económica, ofensiva y contraofensiva económica. ¿Acaso le conviene al gobierno lograr la desintegración total del aparato productivo (ya casi inexistente) para aumentar su capacidad de control sobre una población que hambrienta y desorientada aceptaría la dominación dócilmente?

Igualmente preocupantes son otros procesos y políticas que continúan desarrollándose sin que se hagan visibles para su tratamiento como tema de interés para la generación de acuerdos entre las partes dialogantes. Por ejemplo, continúa el proceso de construcción de espacios político-administrativos que constituyen una nueva ordenación del territorio (Ver Plan de la Patria) fuera de los parámetros establecidos en la Constitución vigente. Continúa también el proceso de ideologización y adoctrinamiento a través de los cambios en los textos escolares, en los nombres de las materias a cursar y en la estructura organizativa de los planteles educativos, los cuales han sido objeto de análisis y denuncias sin que se terminen de rechazar en virtud de lo que pretenden imponer y que no está planteado en la Constitución. Y así como estos casos, otros muchos en diferentes ámbitos de la vida nacional están pendientes de diálogo para definir lo que se puede aceptar y lo que es inaceptable. En todo caso, lo que resulta inaceptable es que se continúe violando la Constitución, como consta en las numerosas y diversas denuncias que se presentan frecuentemente ante los medios de comunicación (no queremos pensar en los que no se denuncian) y se pretenda que esto siga siendo aceptado por la sociedad como si no estuviera pasando.

Es altamente probable que nos encontremos frente a un gobierno constructor de totalitarismo para apuntalar el desarrollo de una élite que aspira a manejar el poder económico y socio-político del Estado para su propio beneficio a nivel particular. Para muchos ciudadanos este panorama es desalentador, pero justo cuando la noche parece más oscura, es que comienza a salir nuevamente el sol.

He aquí entonces que nos encontramos en Analítica.com, una entrevista al Dr. Germán Carrera Damas, reconocido historiador y político venezolano, realizada por la periodista Macky Arenas a principios de abril, incluso antes de que se iniciara el proceso de diálogo entre gobierno y oposición, en la cual se encuentran numerosos elementos para sostener la esperanza en nuestras posibilidades de desarrollo en un entorno democrático:

– GCD: “¿Quieres un diagnóstico sencillo de lo que está pasando en Venezuela?
– MA: ¡Por favor!
– GCD: “Estamos en trance de superar –y lo estamos logrando- la segunda gran crisis en la instauración de una sociedad democrática.

A continuación me tomo la libertad de transcribir algunos párrafos de la entrevista por su carácter esclarecedor.

“Puede parecer extraño a las personas que no tienen presente el punto de partida en el caso de la sociedad venezolana… desde 1830, cuando rompimos la República de Colombia y se formó el Estado de Venezuela –que así se llamó y luego República de Venezuela- hasta 1946, cuando se realizó la elección para la Asamblea Nacional Constituyente, la cual dio origen a la instauración de la república liberal democrática, marchando hacia convertirse en una sociedad democrática… (tuvimos) alternabilidad en el poder, separación de poderes, validación de la opinión pública, libre asociación de los intereses sociales, partidos, gremios y demás. Pero, sobre todo, expansión de los canales de movilidad social vertical, es decir, la educación y la economía en primer lugar. Este período, de unos 40 años, produce gran avance en la tarea de echar las bases de una sociedad democrática, algo que nadie sabía cómo hacer. De allí las incoherencias y dificultades, perfectamente normales….Lo que la gente ve como irregularidades son, en realidad, los trabajos difíciles de inaugurar otro modo de ser. Pero no en la estructura política, sino en la sociedad.

Por ejemplo, cuánto le cuesta a un empresario, formado a la antigua, entender que el trabajo es un factor de la producción, igual que el capital y la tecnología y que, en consecuencia, el trabajo no es enemigo de esta labor sino que debe ser entendido como parte del todo. Pero en 1946 en Venezuela no había empresarios. Se comenzó esa formación, clave para una sociedad democrática. Es por ello que ese período marcó un gran avance…(la crisis se presenta) no por desgate, sino ¡por logros! Tomemos dos áreas, educación y trabajo. Cuando ésta era una sociedad incompleta no había esa presión fuerte tan necesaria. Pero una de las medidas más extraordinarias que se tomaron en este país fue reconocer los derechos políticos a la mujer. Eso significó duplicar –y más que duplicar- la demanda social pues la mujer se incorporó a la vida civil. Los sistemas políticos y administrativos no estuvieron en capacidad de canalizar esas exigencias… Nosotros en medio siglo quisimos adelantar tres siglos, que era lo que correspondía en ese momento. Yo estoy ahora hablando contigo, periodista destacada, muy conocida, pero piensa que yo me gradué en un liceo donde sólo había 4 muchachas. Eso pasó en toda la sociedad”

“….La democracia venezolana se consolida en el exilio, en la cárcel, en el martirio. Durante Pérez Jiménez la democracia no murió, siguió siendo una realidad. Entró en una fase crítica, de acuerdo, pero brotó de allí todavía con más fuerza. Y esto es lo que va a suceder ahora”

“…Lo que me atrae y me fascina de la situación actual es que veo mujeres, cuyas madres votaron en 1946 por primera vez, levantarse sobre la base, no de un marido, no de un partido, para aspirar al ejercicio del poder en sus más altos niveles, sino apoyadas en su talento y del arrojo. Para mí, es el mejor símbolo de que la sociedad venezolana marcha hacia convertirse en verdaderamente democrática. Eso me conmueve. De otra manera no se entiende la resistencia que ha presentado durante 15 años de esfuerzos por destruirla. Los pueblos no se mueven por ideas sino por creencias. Y la democracia se ha convertido en creencia…”

Para mayores detalles les invito simplemente a la lectura completa de esta conversación que nos ofrece muchas luces para la comprensión y aceptación de lo que nos pasa…con razón, la sabiduría del refranero popular dice que “la esperanza es lo último que se pierde”.

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Germán Carrera Damas: “Los pueblos no se mueven por ideas, sino por creencias”
Entrevista realizada por Macky Arenas. Analítica.com con fecha 05 de abril de 2014

Mercedes Martelo
mercedesm2005@gmail.com

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