Privatización socialista
Daniel Fermín Álvarez – 30 de octubre de 2015
El título de este Editorial pareciera encarnar una obvia contradicción. La verdad sea dicha, de contradicciones ha estado lleno el proceso que desde el poder han denominado como “revolucionario” desde 1999, tildado de “socialista” unos seis años después. Así, vemos un ecosocialismo petrolero, el del derrame del Guarapiche; un socialismo cristiano, el que anuncia, llegando a Maiquetía, que la revolución da la bienvenida a la tierra de leche y miel, bendecida por Jesús; el de la izquierda militarista, oxímoron notable…
Llamamos privatización socialista al abandono del Estado de espacios y funciones que les son propias, básicas, en función de dejar, a pesar del mandato popular y legal, los problemas en manos de los particulares. Cuando se intensificó la crisis eléctrica, desde 2009, las medidas del gobierno se basaron, en muchísimos casos, en ordenar la instalación de plantas eléctricas operadas por gasolina a comercios, industrias, centros comerciales y demás. Ecosocialismo y escurrir el bulto, traspasar la responsabilidad. En gran medida, se trató de una privatización de la generación de energía eléctrica.
En materia de salud, ante el colapso del sistema público, los entes del Estado se apuraron a contratar servicios de hospitalización, cirugía y maternidad con aseguradoras privadas. En los hospitales, los pacientes deben llevar los insumos, pagar de su bolsillo el material de un sistema que es gratuito solo en lo nominal. Aunque generalmente relacionemos “privatización” con grandes compras y grandes poderes económicos, cuando se le pasa el costo al ciudadano se está privatizando el servicio de salud, con toda la carga y ningún beneficio.
Lo mismo ocurre con la seguridad ciudadana. Cada vez son más las calles cerradas, en intentos vecinales por resguardarse del hampa. Vigilantes que ofrecen una sensación falsa de seguridad, con cámaras que no graban, sin ni siquiera un rolo con qué defenderse. Pareciera que hay más escoltas que nunca, y que ya no hay que vivir como un pachá para andar con guardaespaldas. Para nadie es un secreto que, a la hora de cierre y hacer caja, son muchos los comercios que “contratan” los servicios de patrullas de policías para estar a salvo de robos y ataques de la criminalidad. La privatización de la seguridad.
Pudiésemos seguir, área por área, tema por tema. La angustia de la familia que debe pagar miles de bolívares por un camión cisterna que le proporcione el más básico de los servicios ante la ineficiencia del Estado. Si acostumbramos a decir que “el agua no se le niega a nadie”, esto no parece ser cierto en la óptica gubernamental…
En esta edición, presentamos el Reporte Especial Nº 21 del Proyecto Integridad Electoral Venezuela. En esta oportunidad, el boletín aborda los temas de observación, postulaciones y pre-campaña. Recomendamos la detenida lectura y difusión de este documento importante para una mejor comprensión de lo electoral, de cara a las elecciones del 6 de diciembre.
En Opinión y Análisis, nos complace de sobremanera darle la bienvenida de regreso a PolítiKa UCAB al profesor Gustavo Moreno, quien fue su primer Editor y fundador. Ha sido un gratísimo reto continuar el gran trabajo de Gustavo frente a esta, nuestra revista, que hoy lo ve volver con una nueva columna, titulada Resistencia Ciudadana. En el primer artículo, homónimo de esta columna, el profesor Moreno presenta la que será una clave distinta en la comprensión y el análisis de nuestra circunstancia actual. En sus palabras, un espacio para la reflexión “no desde una narrativa académica, sino experiencial; subjetiva, más lírica que épica, más literaria que política…”. Moreno expone la crudeza de una crisis multiplicadora de desesperanza, y argumenta a favor de una posición de resistencia ciudadana, colectiva, gregaria, en el combate a la desolación y como manera de encontrarnos como sociedad en la construcción de nuestro futuro común. Estamos seguros de que esta será una columna sin desperdicio y esperamos, desde ya, cada nueva quincena para descubrir en la Resistencia Ciudadana posturas éticas para la edificación de un mejor porvenir.
En Debate Ciudadano, Carlos Romero escribe “La irrupción del socialismo en la Gestión Integral del Agua”. Romero destaca la creación de esta nueva instancia, a la vez que analiza las deudas del gobierno nacional en la materia, sus deudas y la manera en la que ha activado, tradicionalmente, estos mecanismos como parte de las campañas electorales. Tras repasar la institucionalidad de la gestión del agua en Venezuela, Romero denota lo más importante: “el tiempo va pasando, los problemas se van agravando y progresivamente se irá profundizando el deterioro” en medio de dudas de la ciudadanía sobre la calidad del servicio de agua en sus hogares.
En Recomendados, compartimos la invitación que nos llega de los buenos amigos del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de nuestra Universidad, que el 4 de noviembre organizará el foro Migraciones Internacionales en Venezuela: Retos para las políticas públicas migratorias. En un evento que analizará temas como las Políticas públicas sobre migraciones y participación de la sociedad civil, Migración forzada y refugio, Emigración calificada de venezolanos y Predisposición de emigrar. Sin duda, un temario más que relevante en la Venezuela del siglo XXI.
Privatizada la luz, el agua, la seguridad. Privatizada la salud, la educación, no por un gran magnate ni en un negocio millonario que secuestra lo colectivo en beneficio de una élite de poder, sino por el retiro del Estado de sus obligaciones elementales. En materia de gestión, aplica el “qué quieres tú que yo haga” más que el resolverle a la gente “como sea”.
Y la gente, precisamente, de su cuenta, desamparada ante un modelo hecho para mandar, no para gobernar, cuyo norte es la preservación del poder y no la calidad de vida de los ciudadanos. Al final, la privatización socialista termina siendo infinitamente más cruel que cualquier privatización hecha en términos transparentes para el traspaso de bienes y servicios a manos de los particulares. En la privatización socialista, el Estado se sacude las responsabilidades y asigna la carga a la gente, al pueblo que tanto tienen presente en la retórica, si no en la gestión de gobierno.
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